Orellana, Alonso Martín de. Lima (Perú), 22.I.1644 – 28.VII.1681. Letrado, fiscal y oidor de Audiencia en Indias.
Hijo del capitán Sebastián Alonso Martín de Orellana y Meneses, natural de Puebla de Los Ángeles, y de Gertrudis Godínez de Luna, natural de Lima.
Inició sus estudios en el Real Colegio de San Martín de Lima, al que ingresó en beca real por nombramiento del virrey conde de Alba, manteniéndose en él entre los años 1654 y 1662, época en la cual se graduó de bachiller y de licenciado en Leyes por la Universidad de San Marcos de Lima, tras lo cual pasó a los Reinos de España a continuar sus estudios. En Castilla se matriculó en la Universidad de Salamanca y se graduó en ella de bachiller en Cánones el 22 de abril de 1665, y en el año siguiente fue nombrado diputado del claustro y para asistir a las cuentas generales de ella, leyendo públicamente en la Universidad en la cual sustituyó la Cátedra de Prima de Cánones por el doctor Martín de la Parra desde San Juan hasta septiembre de 1667 y, por nombramiento del rector, leyó y sustituyó la de Digesto Viejo desde San Lucas hasta fin de curso, y en el año de 1668 sustituyó la de Volumen, y presidió seis actos de conclusiones, tras lo cual se graduó de licenciado en Cánones por la Universidad de Ávila en 1669.
Sobre consulta de Cámara del 10 de diciembre de 1674, en la que ocupaba el primer lugar de la terna, fue nombrado fiscal de la Real Audiencia de Santiago de Chile para ocupar la vacante producida por haberse mandado depositar en Panamá al fiscal Cárdenas y Solórzano, extendiéndosele su título por real provisión fechada en Madrid el 28 de diciembre del mismo año. No pudo viajar en los galeones de aquel año, y permaneció en el Reino de España, época en la que obtuvo merced de hábito de la Orden de Santiago (1677). Por Real Cédula del 17 de marzo de 1677 fue autorizado para hacerlo en los próximos, y así se le concedió licencia para que pasara a su destino el 9 de abril de 1678 en compañía de dos criados.
Si bien viajó a las Indias, no llegó a tomar posesión de la fiscalía de Santiago de Chile, ni menos del gobierno de Valdivia, para el que había sido nombrado en 1676 por el virrey del Perú, conde de Castellar, así como tampoco de la plaza de oidor de la Real Audiencia de Santiago, a la que había sido ascendido sobre consulta del 29 de julio de 1680, pues murió en Lima, antes de trasladarse a su destino.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.540 A, l. 1, fol. 173v.; Contratación, 5.795, l. 1, fols. 167r.-169r.; Chile, 2, 223; IndiferenteGeneral, 123, n. 33; Quito, 210, l. 4, fols. 301r.-302r.; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Inquisición, leg. 1.248, exp. 32; Archivo Nacional Histórico de Chile, Real Audiencia, 3136.
M. Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú, t. VI, Lima, Imprenta Bolognesi, 1885, pág. 164; J. de Mugaburu y F. de Mugaburu, “Diario de Lima (1640-1694)”, en Colección de Libros y Documentos referentes a la historia del Perú, VIII, Lima, Imprenta y Librería Sanmartí y Cía., 1918, pág. 123; L. Roa y Ursúa, El Reyno de Chile, 1535-1810. Estudio histórico, genealógico y biográfico, Valladolid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1945, pág. 749; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, págs. 518- 519; G. Lohmann Villena, Los americanos en las órdenes nobiliarias, ts. I y II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1947, págs. 292-293 y págs. 53 y 111-112, respect.; G. Guarda, La sociedad en Chile austral, Santiago de Chile, Universitaria, 1980, pág. 128.
Javier Barrientos Grandon
