Santa Clara, Cristóbal de. Salamanca, c. 1482 – Santo Domingo (República Dominicana), 1539. Tesorero de la isla La Española durante la gobernación de Nicolás de Ovando.
Según Las Casas, Cristóbal de Santa Clara era natural de Salamanca y debió nacer en torno al año 1482. Por una información de 1530, en la que declaraba tener entre cuarenta y seis y cuarenta y ocho años, se deduce que cuando arribó a la isla La Española en la misma flota de Nicolás de Ovando, tenía en torno a veinte años. Pasó a Indias como asistente del tesorero Rodrigo de Villacorta. Las Casas lo define como un “mancebo cuerdo... muy hábil, gran contador y en muchos otros dones, para entre hombres, gracioso; por los cuales todos y más, el comendador mayor le amaba y daba todo su favor”. Era amigo del lujo y del gasto. Tras la repentina muerte de Villacorta, Ovando, que se había convertido en su principal valedor, decidió nombrar al joven Santa Clara como tesorero interino hasta que llegara la confirmación real.
Una vez que dispuso del cargo, cuentan que se dedicó a dar grandes fiestas gastando lo que no tenía, por lo que tuvo que recurrir a los dineros de la real hacienda para costear el lujo al que se había acostumbrado. En la isla llegó a comentarse que en una de sus fiestas se utilizaron saleros de plata llenos de oro en polvo.
En 1507, Ovando no tuvo más remedio que reconocer su descuido al apoyar con tanta parcialidad al gastizo tesorero y cesarlo. Hechas las cuentas por el contador de la isla Cristóbal de Cuéllar, se encontró que el desfase subía a 86.962 pesos, 3 tomines y 10 granos de oro.
Un año después, en 1508, Ovando no tuvo más remedio que sacar a subasta pública todos los bienes del tesorero. El comendador puso mucha diligencia en que se vendieran a muy subidos precios los bienes subastados, y dicen algunos testigos que a los compradores les hizo promesas varias, como joyas, piezas de plata, caballos e indios, logrando que muchos vecinos pujasen al laza. Un cronista dice que el nuevo tesorero le vendió “hasta las sábanas de la cama”. La subasta dio un beneficio de 92.000 pesos de oro, más de lo que se necesitaba para pagar la deuda, con lo que la Hacienda real quedó compensada, e incluso el Monarca decidió quedarse con todo.
Después de esta dura experiencia, Ovando siguió protegiendo al tesorero aún después de su caída. No dejó de ser un personaje importante de la isla, y durante muchos años ostentó el cargo de regidor del Cabildo de la ciudad de Santo Domingo.
En 1513 se atrevió a reclamar a la Audiencia de Santo Domingo el salario de los servicios prestados (más de 203 pesos de oro).
Al final de sus días y siendo alcalde de Santo Domingo, se vio envuelto en otro escándalo: fue acusado de haberse quedado con 17 pesos de oro de los 334 que llevaba Antonio de Portillo a España. El 13 de marzo de 1536, la Audiencia dominicana condenó a Santa Clara a restituir la suma cohechada en el plazo de nueve días y lo inhabilitó para desempeñar cualquier oficio real.
Murió en la ciudad de Santo Domingo el año 1539, pero meses antes consiguió del Emperador que nombrara regidor de Santo Domingo a su hijo Luis de Santa Clara.
Bibl.: B. de Las Casas, Historia de las Indias, ed. de J. Pérez de Tudela, Madrid, Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo, 1956; J. Pérez de Tudela, Las Armadas de Indias y los orígenes de la política de colonización (1492-1505), Madrid, 1956 (en Revista de Indias, años XIV y XV, n.os 57-58, 59, 60 y 61-62); E. Rodríguez Demorizi, El pleito Ovando-Tapia. Cominzos de la vida urbana en América, Santo Domingo, Editora del Caribe, 1978; D. Ramos, “El gobierno del Comendador Ovando: el nuevo orden”, en Historia General de España y América, t. VII, Madrid, Editorial Rialp, 1982; “Las cuentas de Cristóbal Colón”, en J. Gil y C. Varela, Temas colombinos, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1986, págs. 9-10; L. Arranz Márquez, Repartimientos y Encomiendas en la Isla Española. El Repartimiento de Alburquerque de 1514, Madrid, Fundación García Arévalo, 1991; E. Mira Caballos, Nicolás de Ovando y los orígenes del sistema colonial español, 1502-1509, Santo Domingo (República Dominicana), Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español, 2000.
Luis Arranz Márquez
