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Pedro Bernardo Murillo Velarde

Biografía

Murillo Velarde, Pedro Bernardo. Laujar de Andarax (Almería), 6.VIII.1696 – El Puerto de Santa María (Cádiz), 30.XI.1753. Sacerdote jesuita (SI), historiador, jurista, geógrafo y cartógrafo.

Hijo del capitán Jacinto Murillo Velarde, natural de Laujar y regidor perpetuo de presidio. Sus abuelos paternos fueron Pedro Murillo Velarde y María de Ocaña y Contreras. Según las pruebas de legitimidad y limpieza de sangre que presentó Pedro Murillo al solicitar una beca en el Imperial Colegio de San Miguel de Granada, descendía por línea directa de varón del sargento mayor Pedro Murillo Velarde, que participó en la conquista de las Alpujarras, en el reinado de Felipe II. Por línea materna tenía también ilustres ascendientes, como Vicente Bravo y Henestrosa, natural de Burgos, que encontró la muerte luchando contra la rebelión de los moriscos en 1568. Pedro Bernardo era el séptimo de los trece hijos que tuvieron sus padres. Él y su hermano Manuel Antonio estudiaron en Granada y este último siguió con lucimiento la carrera eclesiástica. La vida de Pedro Bernardo tuvo más amplios horizontes; la familia trasladó su residencia a Granada en 1699 y allí contó con el padrinazgo de su tío Andrés Murillo Velarde, que era entonces canónigo de Murcia y fue luego prebendado en Toledo, culminando su currículo como obispo de Pamplona.

Este mecenazgo abrió a Pedro las puertas de los colegios jesuitas de Murcia y Toledo, en los que estudió Gramática y Filosofía. Se dedicó con profundidad al estudio de la Historia, que simultaneó con los anteriores. Esta labor le preparó cumplidamente para realizar la gran obra de su vida: Geographia Histórica, en diez volúmenes (1752).

El año 1711 Pedro volvió a Granada, donde fue alumno del Imperial Colegio de San Miguel, fundado por Carlos V. El profundo cariño que siempre profesó a esta ciudad le hizo escribir una bellísima descripción de ella en el primer volumen de su citada Geographia. De Granada pasó a Salamanca, como alumno del prestigioso Colegio Mayor de Cuenca y se graduó bachiller en Cánones con muy brillantes calificaciones.

Después de pasar unas vacaciones en Toledo, donde vivía entonces su tío canónigo, ingresó en la Compañía de Jesús, en Madrid, el 23 de octubre de 1718.

Comienza aquí una nueva época de su vida: tras el primer año de noviciado, pasó al Colegio de Alcalá de Henares y allí amplió sus estudios de Filosofía y Teología. Ordenado sacerdote, sus superiores lo destinaron a la Provincia de Filipinas y llegó a Manila en 1723, cuando contaba veintisiete años. Al principio explicó Teología en el colegio jesuítico de San José de la capital filipina y adquirió merecida fama, que lo llevó a la Cátedra de Prima de Sagrados Cánones de la Pontificia y Real Universidad de Manila, fundada en 1723. Su labor docente no le impidió dedicarse activamente a la evangelización de la isla y a la defensa de los indios. Entre otros cargos desempeñó los de secretario de la Provincia jesuítica de Filipinas, calificador del Santo Oficio, vicerrector de la residencia de San Pedro de Macati, visitador de las misiones de Mindanao y rector de la residencia de Antipolo, donde se venera la imagen de la Virgen de La Paz y Buen Viaje, patrona del archipiélago.

Fue también un fecundo escritor. Su primera obra, publicada en Manila en 1732, se titula Modo Práctico para entablar la vida Cristiana. Su Práctica de Testamentos, publicada en 1745, tuvo cinco ediciones en el siglo XVIII. Tres veces se reeditó su Curso de Derecho Canónico, y aún encontró tiempo para redactar la Historia de la Provincia de Philipinas de la Compañía de Jesús, continuación de la obra de Pedro Chirino, que abarca los años 1616 a 1716. Aunque como historiador participa de los defectos habituales en su época, contiene noticias de interés que la hacen útil todavía y ocupa un lugar destacado en la historiografía de las órdenes religiosas establecidas en Filipinas.

Lo que Pedro Murillo dejó sin redactar fue completado por el padre Francisco Colín, aprovechando los materiales reunidos por el primero.

Como cartógrafo su obra más destacada es la Carta Hidrográphica y Corografía de las Islas Philipinas, levantada por orden del gobernador Fernando Valdés Tamón. Este primer mapa científico del archipiélago estaba casi terminado en julio de 1733; al año siguiente el gobernador remitió a España doce ejemplares. Las planchas grabadas por Nicolás de la Cruz Bagay, uno de los mejores grabadores filipinos del siglo XVIII, cayeron en manos de los ingleses cuando éstos ocuparon Manila en 1762, durante la Guerra de los Siete Años, y al evacuar la ciudad se las llevaron a Inglaterra, donde se hizo otra edición. En la Biblioteca Nacional de París hay un ejemplar de la primera edición, que lleva doce viñetas con interesantes escenas de la vida cotidiana, que permiten conocer la indumentaria de la época y los diversos tipos de población que convivían en la capital de archipiélago, la casa, la flora y fauna del país, etc. Hay también planos de Zamboanga y Cavite y una panorámica de Manila y sus alrededores. En las viñetas se advierten claramente dos manos distintas y parece que las mejores son las que corresponden al buril de Francisco Suarez, “indio tagalo”, no obstante su nombre y apellido, que fue sin duda el mejor grabador filipino del siglo XVIII. En 1744 se hizo otra edición del mapa de Murillo Velarde, reducido a la cuarta parte de su tamaño, con notables variantes respecto a la primera, puesto que éste no estaba destinado a servir como carta de navegación y por ello no lleva arañas ni derroteros. Esta plancha sirvió para ilustrar la Historia de la Compañía de Jesús del mismo autor, impresa en Manila el año 1749.

Nombrado procurador general de la Provincia de Filipinas, salió de Manila el 19 de diciembre de 1749 y viajó por la vía del océano Índico, llegando a Pondichery el 28 de enero siguiente. Estuvo en Roma entre 1751 y 1752 y pasó por Barcelona, siendo investido por la Universidad de Cervera doctor honoris causa en ambos Derechos. Ya en Madrid publicó un Catecismo de la Doctrina Cristiana y el mismo año 1752 vio la luz su Geographia Histórica que había empezado a escribir en Filipinas. Uno de los censores de esta obra, el padre Gaspar Álvarez, maestro de Matemáticas en el Colegio Imperial de Madrid, la califica de “completa, erudita, universal, metódica, exacta [...]”, y el académico numerario de la Real Academia de la Historia Pedro José Pérez Valiente pondera el enorme esfuerzo requerido por este trabajo, más aún teniendo en cuenta que su autor realizó a la vez muy importantes actividades misionales.

Pocos meses después de publicar su magna obra, cuando se preparaba para regresar no se sabe si a América, o a Filipinas, falleció en El Puerto de Santa María a los cincuenta y siete años y algunos meses de edad.

 

Obras de ~: Relación de las fiestas que hizo el Colegio de la Compañía de Jesús de Manila en la canonización de San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga, Manila 1730; Cursus Iuris Canonici Hispani et Indici, Matriti, E. Fernandez, 1743; Historia de la Provincia de Filipinas de la Compañia de Jesús [...] que comprende [...] desde el año de 1616 hasta el de 1716, Manila, Imprenta de la Compañía de Iesus, 1749; Geographia Histórica del Mundo, Madrid, Oficina de Gabriel Ramírez, 1752, 10 vols. (ts. I y II reeds. en Madrid, 1763 y 1791); Práctica de Testamentos en que se resuelven los casos más frecuentes en la disposición de las últimas voluntades, Manila, Imprenta de Andrés Ramírez, 1745.

 

Bibl.: B. Pazuengos, Carta edificante sobre la vida virtudes y muerte del padre Pedro Murillo Velarde, Murcia, 1756; J. Toribio Medina, La imprenta en Manila, Santiago de Chile, 1896; Bibliografía española de las Islas Filipinas (1523-1810), Santiago de Chile, Imprenta Cervantes, 1897; A. Palau y Dulcet, Manual del librero hispanoamericano, t. X, Barcelona, Librería Palau, 1957, págs. 364-365; C. Quirino, Philippine Cartography (1320-1899), Manila, Carmelo & Bauermann, 1959; L. Díaz-Trechuelo, “Grabadores filipinos del siglo XVIII”, en Anuario de Estudios Americanos (Sevilla), t. XIX (1962); F. Esteve Barba, Cultura virreinal, Barcelona, Salvat, 1965; Institutum Historicum Societatis Iesu, “Murillo Velarde, Pedro”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, pág. 1753; R. M.ª Serrera Contreras, “Estudio preliminar”, en la ed. facs. del vol. IX de P. Murillo Velarde, Geographia Histórica, Granada, Universidad, 1990; Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu-Universidad Pontificia Comillas, 2001.

 

Lourdes Díaz-Trechuelo y López Spinola, Marquesa de Spínola

 

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