Uriz y Lasaga, Joaquín Javier. Sada de Sangüesa (Navarra), 25.V.1747 – Pamplona (Navarra), 17.IX.1829. Canónigo, canonista, abogado, arcediano, obispo de Pamplona.
Después de haber hecho los estudios de Cánones y Leyes en la Universidad de Huesca, se graduó de bachiller en Leyes en Irache en 1767. Durante algún tiempo ejerció la abogacía, pero luego se ordenó de sacerdote, siendo elegido canónigo el 17 de enero de 1777 y doce años más tarde arcediano de la tabla de la Catedral de Pamplona.
En 1783 fue nombrado visitador de Roncesvalles y desde 1803 hasta 1815 fue prior de su colegiata. Pío VII lo nombró obispo de Pamplona el 13 de abril de 1815 y el 7 de noviembre del mismo año tomó posesión de su diócesis y en ella trabajó intensamente hasta su muerte, visitando las parroquias y escribió numerosas cartas pastorales, circulares y edictos. Destacó por su caridad para con todos y por su espíritu pastoral al que dedicó un verdadero tratado dirigido al ministerio de los sacerdotes. Aunque durante el Trienio Constitucional (1820-1823) se pronunció a favor de la Constitución de Cádiz obedeciendo tal vez a consignas del nuncio, según opinión de su biógrafo Goñi, fue desterrado a Burgos en agosto de 1822; pero, a media jornada, una partida de voluntarios realistas lo salvó y condujo hasta territorio francés, donde permaneció hasta la entrada de los Cien Mil Hijos de San Luis.
Construyó a sus expensas y dotó espléndidamente la Inclusa o Casa de Maternidad y de Niños Expósitos, de Pamplona; restauró y dotó el Seminario Conciliar y el Episcopal, y entregó elevadas cantidades de dinero a Roncesvalles, a la Catedral de Pamplona, a las casas de beneficencia de Pamplona y a los pobres de los lugares más apartados.
Murió casi repentinamente de un ataque de apoplejía, y fue enterrado en la Barbazana de Pamplona.
Obras de ~: Causas prácticas de la muerte de los niños expósitos en sus primeros años, remedio en su origen de un tan grave mal y modo de formarlos útiles a la Religión y al Estado con notable aumento de la población, fuerzas y riqueza de España, Pamplona, 1801, 2 vols.; Prevenciones para el ejercicio de la cura práctica espiritual, Pamplona, 1827.
Bibl.: T. de Amatriain, Oración fúnebre, Pamplona, 1829; J. Ibarra, Historia de Roncesvalles, Pamplona, La Acción Social, 1936, págs. 836-840; A. Pérez Goyena, Ensayo de bibliografía navarra, vol. VI, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1953, págs. 747-748; J. Goñi Gaztambide, Joaquín Xavier de Uriz, el obispo de la caridad (1815-1829), Pamplona, Diputación Foral de Navarra, Consejo de Cultura, Institución Príncipe de Viana, 1967; R. Ritzler y P. Séfrin, Hierarchia catholica, vol. VII, Patavii, Il Messaggero di S. Antonio, 1978, pág. 297; F. Díaz de Cerio, Regesto de la correspondencia de los obispos de España en el siglo xix con los nuncios, según el fondo de la Nunciatura de Madrid en el Archivo Vaticano (1791-1903), vol. III, Ciudad del Vaticano, Archivio Vaticano, 1984, págs. 41-43; J. Goñi Gaztambide, Historia de los Obispos de Pamplona. Siglo xix, vol. IX, Pamplona, Eunsa, 1991.
Vicente Cárcel Ortí