Sota Ocejo, Ramón. Pedreña (Cantabria), 23.IV.1938 – 28.VIII.2012. Profesional de golf, profesor de golf y empresario.
Séptimo hijo de Marcelino y Asunción, nació en Pedreña, cuna de remeros y golfistas que han dado un prestigio muy singular a esta localidad.
El 29 de diciembre de 1928, diez años antes de nacer Ramón, se constituyó la Asociación Real Club de Pedreña, habiendo aceptado el Rey D. Alfonso XIII, el título de Presidente Honorario de la misma. Ocho meses después, el 19 de agosto de 1929 se inauguró el campo del Real Golf de Pedreña, con la asistencia de los Reyes, los Infantes, el duque de Alba (primer presidente del Club), la marquesa de Pelayo y un numeroso grupo de personalidades. Este campo de golf sería determinante para Ramón Sota y su apellido ha quedado unido, de igual forma, a la historia de este Club. Ramón tuvo seis hermanos, Alfonso, Inés, Ascensión, Carmen, Marcelino y Pedro, de los cuales Ramón, Marcelino y Pedro fueron profesionales y caddies de golf. Su hermana Carmen se casó con Baldomero Ballesteros y tuvieron cuatro hijos, entre ellos el mundialmente conocido Seve Ballesteros Sota. Ramón tuvo cuatro hijos, Ramón, Lourdes, José Antonio y Gabriel, los tres varones son profesionales de golf. Patricia, sobrina de Ramón, fue la primera mujer profesional del Real Golf de Pedreña. Con todos estos antecedentes, bien pueden afirmarse que largo es el apellido Sota cuando se habla o se escribe de golf.
Sota empezó de caddie en el Golf de Pedreña desde muy pequeño. El propio Ramón contaba sus inicios: “mi padre era labrador. Aquí en el golf empezaron a trabajar mis hermanos. Aquellos primeros años fueron malos; esto estaba recién hecho y casi no había trabajo, venía muy poca gente a jugar. Yo empecé de caddie a los nueve años, había hambre y recuerdo muchas calamidades. Veníamos al club a ganar alguna peseta. Los pequeños casi no tirábamos de la bolsa de palos, más bien recogíamos bolas. Por 18 hoyos nos pagaban 5 pesetas. A mi madre la costaba 40 pesetas al mes la clase en la escuela donde iba, o sea que yo sabía que tenía que dar, por lo menos, ocho vueltas de 18 hoyos para pagar la escuela”. La profesora de la escuela, doña María Luisa Bedia Trueba, inspectora de Enseñanza Primaria y doctora en Psicología, comentaba que Ramón era “un chico bastante responsable para su edad, inquieto, callado y concentrado en sí mismo”.
En 1954, a los 16 años, Ramón se hizo caddie profesional y dos años después jugó su primer Campeonato de España de Profesionales de Golf. Se jugó en el Real Golf de Pedreña y en este torneo se proclamó Campeón de España y comenzó su carrera como profesional. Las crónicas de ese día describen al vencedor como “un muchacho de regular estatura, con elegancia natural y el sello innegable de la gente pescadora de Pedreña”. Tres días después Víctor de la Serna publicó un artículo en ABC titulado: “Pedreña, que existe y vive”, donde escribe: “Aquí se llama don Ramón de la Sota un aldeano con una facilidad tremenda. Porque aquí los aldeanos son hidalgos y muy picajosos en materia de linaje. Este don Ramón tiene dieciocho años y hace dos era caddie de Pedreña que se había especializado en ‘pescar’ las pelotas que caían a la bahía. Anteayer ha ‘pescado’ el campeonato de España de Profesionales. El pedreñero ha remachado de un mazado en su bolita blanca la fama deportiva de su aldea inventada”.
En 1959, 1960 y 1961 Ramón Sota volvió a ganar el Campeonato de España de Profesionales. Viendo que las posibilidades del golf en España eran realmente escasas y que los premios y sobre todo el dinero se encontraban en las competiciones de Europa y América, decidió que había que aprovechar sin más demora lo que “tenía en sus manos” y para ello superar su primer hándicap: “el inglés”. Comenzó a recibir clases de inglés en Santander con el profesor Antonio Ugarte a quien le pidió “hablar inglés, así que enséñeme frases con las que me entiendan cuando vaya a Inglaterra”. Ciertamente aquello funcionó y años después era francamente asombroso oírle hablar con un extraordinario acento británico.
Sus primeros viajes para competir fueron a Inglaterra; eran viajes duros, sin apenas dinero, durmiendo a veces en las estaciones de tren. El propio Ramón contaba: “lo pasé mal o mejor dicho lo pasamos mal, porque en muchas ocasiones me acompañaba mi hermano Marcelino”. Jugó en varias ocasiones el torneo más importante del Reino Unido, el British Open. En dos ocasiones quedó entre los diez primeros. No obstante, Sota se dio cuenta que Gran Bretaña no era su tierra de promisión. Aquel país no le iba por dos motivos: los campos de golf no se prestaban a su juego y los premios en metálico estaban años luz de los que existían en América.
Con los primeros dineros que ganó en Gran Bretaña tomó su decisión más importante: en 1963 se casó con María del Pilar Sanz y cumplió alguna de sus orgullosas ilusiones: “me casé, con casa propia y un Seat”.
Viajó por todo el mundo. Pronto llegaron los triunfos internacionales y, porque no decirlo, el dinero. Las calamidades económicas de Ramón durante su niñez habían forjado una voluntad de saber que “había que aprovechar el momento, que era necesario ahorrar, pues la vida es corta”. La década de los 60 empezó a traer para Ramón Sota fama internacional y mejores condiciones para viajar y seguir ahorrando. Compitió en Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y Asia y ganó numerosos e importantes torneos: Campeón del Abierto de Biarritz (1960,64,65 y 66), del Open de España (1963),del Open de Portugal (1963,69 y 70), del mano a mano disputado en Madrid con Bobby Nichols (1965) , del Open de Francia (1965), del Open de Brasil (1965), del Open de Puerto Rico (1966), del Torneo Internacional Francis Bronw, Singapur (1969), del Abierto de Filipinas (1969), del Open de Madrid (1969), del Gran Premio Martini Rossi (1970), del Open de Alemania (1970), del Open de Holanda (1971), del Open de Italia (1971), etc.
Ramón Sota fue, en su día, el primer jugador español mejor clasificado (sexto puesto) en el Master de Augusta (1965) donde compitió con jugadores de prestigio mundial como Jack Nicklaus, Arnold Palmer y Gary Player. Representó, en varias ocasiones, a España en el Campeonato del Mundo, Copa Canadá, siendo subcampeón por equipos (1963 y 1965). Fue proclamado primer jugador europeo en el Campeonato del mundo (1969) y elegido mejor jugador del Continente Europeo establecido por American Express (1971) además de lograr más de treinta triunfos internaciones.
A lo largo de su vida profesional recibió varias condecoraciones: La Gran Cruz de Caballero de la Orden de Isabel la Católica, Medalla de Oro al Mérito en Golf, Medalla de Oro de la Federación Española de Golf, Medalla de Plata al Mérito Deportivo, Medalla al Mérito Civil, Insignia de Oro de la Federación Cántabra de Golf, Socio de Honor del Real Golf de Pedreña.
Recorriendo el mundo y jugando al golf, fue sembrando “la semilla del Golf” que facilitó el camino a otros muchos jugadores españoles y en 1972 se retiró de la alta competición, con tan sólo 34 años. El propio Ramón lo explicaba: “siempre he tenido buena salud; comía bien y siempre me encontraba fuerte. En vísperas de un torneo dormía mal, sólo pensaba en la salida del tee del uno del día siguiente. El esfuerzo a realizar para dominar los nervios hace a muchos sufrir de vejez prematura y los puttes se niegan a entrar. No aciertas a dar a la bola bien”. Eran los famosos Yips que según el diccionario del golf son desórdenes nerviosos que pueden destruir la habilidad del jugador para patear. En aquellos años no había psicólogos deportivos, se lamentaba Ramón. Después de su retirada, Sota se dedicó principalmente a la enseñanza del golf.
Su gran obsesión fue administrar bien los ahorros ganados con sacrificios increíbles a lo largo de su corta vida como profesional. Sota recuerda que un día jugando en Pedreña con Emilio Botín, le pidió consejo sobre cómo invertir sus ahorros y don Emilio parece ser que le dijo: “Ramón, invierte en aquellas cosas que entiendas”. Sencillo pero sabio consejo que Sota comprendió a la primera. Hijo de labrador, Sota, que sabía de “praos”, fue comprando fincas en Pedreña y sus alrededores. Poco después pudo cumplir su gran ilusión y construir un campo de golf de 9 hoyos, diseñado por su sobrino Seve Ballesteros: el “Campo de Golf y Escuela de Ramón Sota”, que hoy regentan sus hijos.
A finales del año 2004, un grupo de amigos tuvieron la idea de crear una Fundación para ayudar, entre otros fines, a jóvenes jugadores de golf. Con la autorización de Sota esa fundación se denominó Fundación Ramón Sota-Golf. Pocos años después, falleció, con 74 años, en el pueblo que le vio nacer, Pedreña.
Fuentes y bibl: Archivo del Real Golf de Pedreña: Acta Fundación del Club 1928; Pedreña, 75 Aniversario. Archivo Fundación Ramón Sota.
M. Garrido y P. Garrido, Ramón Sota, La Semilla del Golf, Santander, Fundación Ramón Sota, 2006.
Manuel Garrido Martínez