García Molina, Santiago. Beato Diego de Cádiz. Moral de Calatrava (Ciudad Real), 14.XII.1892 – Paracuellos del Jarama (Madrid), 29.XI.1936. Religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH), mártir y beato.
Sus padres se llamaban Francisco y Cayetana, eran labradores y vivían honradamente, llevando una vida cristiana. Fue bautizado el mismo día de su nacimiento, recibiendo el nombre de Santiago. El sacramento de la confirmación lo recibió el 22 de octubre de 1900. Frecuentó la escuela de su pueblo natal, sobresaliendo por sus capacidades intelectuales y aprovechando en los estudios. También la asistencia religiosa proporcionada por la parroquia, junto al ejemplo que encontraba en su hogar, favorecieron para su vida cristiana de buenas costumbres y sensibilidad moral.
A los dieciocho años surgió la vocación en su alma, solicitando el ingreso en los Hermanos de San Juan de Dios en la casa de Ciempozuelos el 11 de enero de 1911, donde comprobó su vocación hospitalaria, adaptándose a ella con especial voluntad y buen espíritu.
Pasó a Carabanchel Alto, donde tomó el hábito el 24 de septiembre de 1912 con el nombre de fray Diego de Cádiz. Su maestro de novicios fue el también beato Juan Jesús Adradas, de cuyo extraordinario maestro resultó un aprovechado discípulo: obediente, humilde, entregado, activo y caritativo hospitalario.
Emitió la profesión de los votos temporales el 28 de septiembre de 1913, y los solemnes el 29 de febrero de 1920. Después de un tiempo pasado en el hospital infantil de Barcelona, estuvo destinado durante ocho años (1920-1928) en Colombia, formando parte de la comunidad de Sibaté y ejerciendo el cargo de superior del psiquiátrico de las Mercedes de Santafé de Bogotá (1925-1928). A la vuelta a España, estuvo de familia en el hospital infantil de San Rafael de Madrid y en el de Juan Grande de Jerez de la Frontera, hasta que en 1934, nombrado secretario provincial, se incorporó a la comunidad de Ciempozuelos. Asistía puntualmente a todos los actos de comunidad y profesaba una tierna devoción a la santísima Virgen, a quien tributaba constantes obsequios. Igualmente “su caridad con el prójimo, y particularmente con los enfermos era dulce y abnegada, acudiendo a la enfermería y sirviendo a los pacientes con la más tierna solicitud”. Del beato Diego de Cádiz se ha hecho el siguiente perfil humano moral: “Estaba dotado de una sensibilidad exquisita; era de carácter dulce, afable, de modales corteses, jovial, expansivo, optimista y alegre; era, en suma, la estampa viva de bondad”. A ello habría que añadir “su extraordinaria confianza en la providencia, que era sin límites, aun en los momentos más críticos y adversos”.
Apresado la tarde del 7 de julio de 1936 fue llevado a la famosa cárcel de San Antón de Madrid. En la cárcel “siempre se le veía alegre, dispuesto a dar la vida por la fe, si así era servido el Señor; conformidad que nos servía de aliento en aquellos momentos decisivos”. Siguiendo las orientaciones recibidas del superior dentro de la cárcel, con el mayor disimulo y en emotiva ceremonia propia de catacumbas, “el último día de su vida, antes de ser llevado él también a la muerte, con ánimo esforzado y tranquilidad que pasmaba, dio la profesión religiosa ‘in artículo mortis’ a los novicios de la Orden compañeros de cárcel”.
El 30 de noviembre de 1936, fue asesinado en Paracuellos del Jarama. Al morir, el beato Diego de Cádiz García tenía cuarenta y cuatro años de edad y veintitrés de profesión religiosa como Hermano de San Juan de Dios. Abierta su causa de muerte como martirio en la Curia diocesana de Madrid (1952) y aprobada en Roma el 14 de mayo de 1991, fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II. Su fiesta litúrgica se celebra el 30 de julio como “Mártires de la Hospitalidad”.
Bibl.: O. Marcos Bueno, Violencias, profanaciones y asesinatos cometidos por los marxistas en los Establecimientos de San Juan de Dios: Ciempozuelos, Carabanchel Alto y Talavera de la Reina, Palencia, Editorial Hospitalaria, 1938; R. M. Saucedo Cabanillas, “Hasta el Cielo”. Biografía y martirio de 54 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, Madrid, ARGES, 1952; O. Marcos Bueno, Testimonio Martirial de los Hermanos de San Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1980; F. Lizaso Berruete, Testigos de la misericordia hasta el martirio, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1992.
José Luis Martínez Gil, OH