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Beata María Patrocinio de San Juan

Biografía

Giner Gomis, María Cinta. Beata María Patrocinio de San Juan. Tortosa (Tarragona), 5.I.1874 – Portichol- Benifairó de Valldigna (Valencia), 13.XI.1936. Religiosa misionera claretiana (RMI), mártir y beata.

Nació en una familia originaria de Carcagente, “tierra de las naranjas”, en Valencia. El padre, funcionario del ferrocarril, se encontraba en Tortosa por motivos de trabajo. Fue bautizada en la parroquia de la catedral el día siguiente de su nacimiento, recibiendo el nombre de María Cinta, advocación de la Virgen muy venerada en esa ciudad. Poco después, la familia se trasladó a Carcagente, donde la niña aprendió de sus padres, profundamente cristianos, a conocer a Dios. Continuó su formación en el colegio que las Misioneras Claretianas tenían en esa ciudad desde hacía algunos años. Atraída por la llamada de Dios y el ejemplo de vida evangélica de las religiosas, quiso seguir las huellas de Cristo con el mismo estilo de vida y en la misma comunidad. María Cinta inició el postulantado el 3 de marzo de 1892 y el noviciado en mayo del mismo año, recibiendo el nombre de María Patrocinio de San Juan. Hizo la profesión solemne el 16 de septiembre de 1893. Después de la profesión religiosa se dedicó a la enseñanza, siendo profesora de geografía, música y trabajos manuales, suscitando el entusiasmo y la dedicación de sus alumnas. Les hablaba de las necesidades de la Iglesia en los países de misión y abría sus corazones a las necesidades de los más pobres. Estaba convencida de que un corazón abierto hacia los otros es más capaz de abrirse a Dios. Enseguida se le confió una misión de mayor responsabilidad: formar las nuevas generaciones de misioneras.

María Patrocinio fue nombrada maestra de novicias, realizando este servicio durante casi veinte años. Su corazón dedicado al amor del Señor, su vida de intensa unión con Dios, su serenidad y capacidad de consejo, hicieron que las novicias recordasen por muchos años sus palabras de ánimo y de paz: “Siempre debemos preguntar al Señor si le satisface nuestro modo de hacer las cosas”. En 1925 la enviaron como superiora a la fundación de una comunidad y colegio en un barrio obrero de Puerto de Sagunto, en el que permaneció hasta 1931. Por entonces se había vuelto difícil la situación sociopolítica y eclesiástica de España. Frente a las primeras manifestaciones de hostilidad hacia la Iglesia y después, directamente, también contra la misma comunidad, la madre Patrocinio permaneció serena, invitando a las hermanas a confiar en Dios, a vivir en paz y a perdonar. Ella solía ofrecerse al señor diciendo: “Señor, si necesitas una piedrecita para tu pedestal, para que Tú puedas reinar, heme aquí”. En el mes de mayo de 1931 tuvieron que salir del convento entre insultos y malos tratos.

Volvió a Carcagente, entristecida porque el Señor no la había considerado digna del martirio. En mayo de 1936, también la comunidad de Carcagente debe abandonar el convento, que es convertido en prisión. María Patrocinio se refugió primero con su familia y luego en casa de unas ex alumnas. La someten muchas veces a molestos interrogatorios por ser religiosa, y el 13 de noviembre es detenida por los milicianos. Subió con decisión al coche, donde se encontró con su hermana Carlota, también religiosa, a la que confortó y animó para la muerte inminente. Durante el trayecto sólo brotaron de sus labios palabras de perdón y gratitud hacia sus verdugos: “Vosotros no sabéis lo que hacéis, algún día os pesará; yo acepto con gozo lo que Dios permite porque me vais a abrir el cielo; ¡desde el cielo rogaré por vosotros! Yo os perdono de todo corazón, no sabéis lo que hacéis”. Les hablaba de un modo tan convincente que alguien advirtió: “Matadla enseguida, porque si no, nos va a cambiar a todos”. En el Portichol-Benifairó de Valldigna (Valencia), su sangre fue derramada por la fe, junto a la de otras personas de Valencia y alrededores. Se inició su proceso de beatificación el 16 de septiembre de 1963, siendo arzobispo de Valencia monseñor Olaechea. María Patrocinio fue beatificada por Juan Pablo II el 11 de mayo de 2001, junto a trescientos treinta y dos mártires de la archidiócesis de Valencia.

 

Bibl.: J. Álvarez Gómez, Historia Religiosa de María Inmaculada Religiosas Claretianas, Roma, Ediciones Claretinas, 1980; Amar es darse, Roma, Ediciones Claretinas, 2001; Proceso de Beatificación, Positio sobre el martirio de la Madre María Patrocinio Giner, Roma, Ediciones Claretianas, ciclostilada, 2001.

 

José Luis Martínez Gil, OH

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