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Antonio Tomasich y Haro

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Biografía

Tomasich y Haro, Antonio. Almería, 1815 – Madrid, 25.X.1891. Miniaturista.

Nació en el seno de una familia acaudalada, propietaria de una compañía naviera dedicada al comercio en el Mediterráneo. Su padre había nacido en Split en 1787, y se había especializado en el negocio de los intercambios comerciales con las costas andaluzas. Cuando en 1808 España fue invadida por las tropas napoleónicas, armó por su cuenta los buques de su flota, decidido a luchar contra los franceses; logró, entre otros éxitos, vencer a un buque de guerra galo, capitaneado por Babastro, en la costa entre Marbella y Estepona. La Regencia que gobernaba en nombre de Fernando VII le concedió el empleo de teniente coronel de Caballería, el título de comandante de fragata y la Cruz Laureada. Finalizado el conflicto, se estableció en Almería, donde contrajo matrimonio con Magdalena Haro. De este matrimonio nació Antonio Tomasich.

La pérdida del negocio familiar, como consecuencia de la guerra, hizo que la familia se trasladase a Madrid, donde el Rey, dados los méritos conseguidos por su padre, costeó los estudios de Antonio Tomasich. Instalado en París en 1831, a la muerte de Fernando VII, y cuando contaba dieciocho años de edad, decidió regresar a España y unirse a las filas carlistas, incorporándose a los voluntarios de Aragón que mandaba el general Cabrera; alcanzó el grado de oficial de Estado Mayor. Fue herido en combate y le quedó como secuela una profunda cicatriz en la parte superior izquierda de la frente. Perdida esta Primera Guerra Carlista por el bando en que participaba, atravesó otra vez la frontera camino de Francia en julio de 1840.

Establecido de nuevo en París, fue la necesidad en que se halló en el exilio lo que le condujo a ganarse la vida mediante el arte de la miniatura, para lo cual tenía ya gran capacitación. Su formación corrió a cargo del miniaturista Picot. El perfeccionamiento de su técnica y la notable calidad de sus obras fueron aportándole una numerosa clientela, origen de su posterior fortuna. De fecha tan temprana como 1844 data un autorretrato en que, junto a su maestría artística, se descubre un rostro de considerable belleza donde se evidencia con gran nitidez la herida de guerra antes citada. Guapo y apuesto, combinó su talento artístico con las dotes de seductor que siempre le acompañaron y que le abrieron el acceso a la Corte de Luis Felipe I de Orleans.

De espíritu inquieto y aventurero, en 1846 se trasladó a México, donde consiguió gran éxito, siendo artífice del auge que a partir de esos momentos alcanzó el arte de la miniatura en este país. Participó con sus obras en las exposiciones organizadas por la Academia de Bellas Artes de San Carlos entre 1850 y 1855. En estos años inició una gran amistad con el pintor Pelegrín Clavé (1811-1880), director de la referida Academia, que realizó un retrato al óleo de Tomasich que en la actualidad se encuentra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Parte de la fortuna conseguida en el país azteca la invirtió en empresas mineras mexicanas. Durante estos años, y en relación con su profesión, pasó también largos períodos en Estados Unidos. En 1856 se trasladó a Cuba, sin perder sus contactos artísticos con México, donde envió alguna de sus obras.

En 1862, y tras una ausencia de más de veinte años, regresó a España; fijó su residencia en Madrid, pero se trasladó a París con relativa frecuencia y durante largas temporadas por motivos profesionales. Se desarrolló a partir de estos momentos la etapa más fecunda de su carrera. Se convirtió en el miniaturista más solicitado de la capital española, pues a pesar de la fotografía contó con una selecta clientela que no renunciaba a ser retratada mediante la miniatura, arte que acabó convirtiéndose en un auténtico lujo.

Los encargos llegaron de la Familia Real, nobleza y altas personalidades. Su técnica alcanzó tal grado de madurez y perfección que es considerado por los expertos como el miniaturista español más importante del siglo xix y uno de los mejores de Europa, siendo asimismo catalogado como el último de fama mundial. El 20 de abril de 1864 Isabel II le nombró miniaturista de Cámara; Amadeo de Saboya revalidó sin más este nombramiento y Alfonso XII volvió a conceder el título con fecha 24 de abril de 1875.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1862, donde fue premiado con Mención Honorífica y en la aragonesa de 1868. En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1871 obtuvo —fuera de reglamento— la 3.ª Medalla y la 2.ª en la de 1876. En el período 1872-1873 residió en Londres, donde retrató, entre otros, al príncipe de Gales (futuro Eduardo VII) y a lord Gladstone. También participó en la Exposición Universal de París de 1878.

Si ya en su niñez Fernando VII había sufragado sus estudios, desde su establecimiento en España en 1862 gozó de gran consideración por parte de la Familia Real, que, sin duda, valoraba la calidad de sus obras. Entre los miembros de la Casa de Borbón merece destacarse el trato deferente y la amistad de que fue objeto por parte de la infanta Isabel (la Chata) quien, mecenas de artistas en general, le tuvo en gran estima. Ya había fallecido el artista cuando la reina regente María Cristina compró a su viuda (el 27 de febrero de 1892) dos miniaturas de Tomasich: una de la Virgen de la Silla y otra de la Reina María Antonieta, por la cantidad de 2875 pesetas. Y en 1903 Alfonso XIII adquiría por 2500 pesetas una miniatura —copia de un retrato de Tiziano— que se conserva en el Palacio Real de Madrid y que había obtenido Medalla de Oro en exposiciones celebradas en Londres y París.

Tomasich había contraído matrimonio en 1867 con Leonie de Barrés y Bertrand (vizcondesa de Barrés), de familia legitimista francesa, cuyo padre murió en la batalla de Los Arcos (Navarra) el 8 de noviembre de 1873, luchando bajo las órdenes de Carlos VII. Retratada por el miniaturista, en la actualidad la obra se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El resto de su producción, muy numerosa, se reparte por colecciones públicas y sobre todo privadas de gran cantidad de países.

 

Obras de ~: Autorretrato, 1844; XXIII condesa de Valencia de Don Juan, 1857; Amadeo I de Saboya, 1871; Reina María Victoria, 1871; Eduardo, Príncipe de Gales, 1873; Lord Gladstone, 1873; Alfonso XII, 1876; Martín Belda, I marqués de Cabra, 1882.

 

Bibl.: J. Ezquerra del Bayo, “Apuntes para la historia del retrato-miniatura en España I y II”, en Arte Español (Madrid) (1945), págs. 82-96 y 141-147; M. Rodríguez de Rivas, “Los miniaturistas Roxas, Delorme y Tomasich”, en Arte Español, t. XV (1945), págs. 67-70; M. Tomás, La miniatura retrato en España, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 1953, págs. 89-90; M. C. Espinosa Martín, “Antonio Tomasich (1815 -1891)”, en I Salón de Anticuarios en el Barrio de Salamanca, Madrid, Unión Gráfica, 1991, págs. 11-15; C. Tessainer y Tomasich, “Antonio Tomasich, mi bisabuelo (1815-1891)”, en Goya, Revista de Arte (Madrid, Fundación Lázaro Galdiano), 240 (1994), págs. 342-345.

 

Carlos Federico Tessainer y Tomasich

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