Alcázar Estupiñán y Doria, Felipe del. Conde de la Marquina (II), señor de la Fuente del Rosalejo. Cádiz, 18.XI.1682 – Alburquerque (Badajoz), 1764-1765. Militar.
Hijo primogénito de los seis habidos del matrimonio entre Andrés del Alcázar y Zúñiga (Bornos, 1654 – Cádiz, 1723) —caballero de Alcántara (22 de enero de 1687), I conde de la Marquina (22 de diciembre de 1698), presidente de la Casa de Contratación de Sevilla y consejero del Supremo de Indias— y de Manuela Ventura de Estupiñán Doria (Cádiz, 1666 – 1732), celebrado en Cádiz, el 29 de julio de 1679.
Fue bautizado en la capilla del Sagrario de la catedral gaditana el 6 de diciembre de 1682, recibiendo los nombres de Felipe, Pedro, Pablo, Melchor y Ponciano, apadrinado por su tío Melchor de Alcázar, caballero calatravo y militar, como lo fueron su padre y sus cuatro tíos.
También Felipe siguió la carrera de las armas, fue nombrado coronel del regimiento ofrecido a Felipe V por la ciudad de Cádiz el 18 de abril de 1704, que pasó su primera muestra el 25 de agosto de dicho año y que, el año 1707, recibiría el nombre perpetuo de Úbeda. Antes del 30 de septiembre de 1709 había ascendido al generalato, con el grado de brigadier, contando apenas veinticinco años de edad y sin que al parecer hubiera descollado hasta entonces en acción de alguna importancia. Juan A. Samaniego refiere que “el año 1710 se empeñó en detener a los enemigos en Bujaraloz y quedó prisionero”. Conviene precisar que, pese a haber ordenado Felipe V cantar el tedeum en Madrid por la victoria de sus armas en el desfiladero de Peñalba (15 de agosto de 1710), hubo de abandonar precipitadamente su campamento en dicha villa y retirarse a Osera, donde llegó el 16. El mismo día, el regimiento de Úbeda era sacrificado en Bujaraloz, intentando retrasar algún tiempo la persecución enemiga.
Lo más probable es que la orden partiera del marqués de Villadarias, que tenía intenciones de desplegar su ejército entre el Gállego y el Ebro, en torno a Villafranca, pero la misma noche del 16, al incorporarse el marqués de Bay para tomar el mando de las operaciones, dispuso éste la retirada hasta Zaragoza, donde sería derrotado el 20 en las alturas de Monte Torrero. Alcázar no recobraría su libertad hasta 1713, en que fue agregado al regimiento de Toledo como coronel reformado. Su carrera estaba ya ineluctablemente marcada, no por su honrosa resistencia en Bujaraloz, sino porque tras la ocupación de Madrid por los aliados (21 de noviembre de 1710), su padre se había adherido al partido archiducal. Aunque la Junta de Dependencias encargada de su causa entendió que su culpa “nacía más del temor que de voluntad” (Saavedra, 2000) y fue levemente condenado al destierro de la Corte (1716), sin privación de sus bienes, el daño infligido al hijo —en una época en que tanto los méritos como los deméritos paternos se proyectaban sobre las carreras filiales— fue irreparable.
En 1735 permanecía sirviendo de coronel agregado en el Regimiento de Toledo (AGS), del que nunca llegaría a ser su coronel titular pese a tener mayor graduación que otros que lo mandaron. En 1758 era teniente de rey de la plaza de Alcántara, hallándose por entonces en el tercer lugar del escalafón de brigadieres del Ejército, solamente superado por el suizo Eugenio Nieulant y Miguel de Salcedo; además, desempeñaba un puesto generalmente cubierto por un sargento mayor o un teniente coronel. Por fortuna, la promoción general decretada por Carlos III en 1762, de la que no podía ser excluido, le llevó a lucir el entorchado de mariscal de campo, recibiendo poco después el gobierno vacante de la plaza de Alburquerque, que fungió hasta el final de sus días. Había casado en Jerez de la Frontera, el 2 de junio de 1710, con María Josefa Bernarda de Barrios y Leal (Cádiz, 25.VI.1689 baut.– Jerez, 1.XI.1720), hija del general de la flota de Nueva España Ignacio de Barrios y Leal, gentilhombre de boca de S. M., caballero de Calatrava, y de Petronila Antonia de Jáuregui y Guzmán, en la que procreó cuatro hijos: Andrés, que le premurió; Ignacio José del Alcázar y Barrios (Jerez, 1715-Santiago de Chile, 1795 ant.), que heredaría el título paterno hallándose de capitán en Indias, donde fijaría su residencia; Manuela y María.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Estado, Relación de grados y antigüedad de todos los coroneles de los Regimientos de Infanteria de actual servicio, 30 de noviembre de 1709 (leg. 3488); Expediente de pruebas del caballero de la orden de Carlos III de Felipe del Alcázar y Carvajal Barrios y Castellet, natural de Barcelona, 1794 (Orden de Carlos III, exp. 852), donde se halla copia de los siguientes documentos: a) partida de bautismo de Felipe del Alcázar, 6 de diciembre de 1682 (fol. 26); b) testamento de María Josefa Bernarda de Jáuregui y Guzmán, Cádiz, 29 de agosto de 1720, donde menciona a sus cuatro hijos (fol. 39); c) partida de matrimonio de D. Andres del Alcázar y doña Manuela Estopiñan, 26 de julio de 1679 (fol. 48); d) testamento de doña Manuela Ventura Estopiñan Doria, Condesa de la Marquina, viuda de D. Andrés del Alcázar, conde que fue del mismo título y presidente de la Real Audiencia y Casa de Contratación de las Indias, 6 de junio de 1738 (fol. 52); e) testamento de doña Petronila Antonia de Jáuregui y Guzmán, Jerez, 3 de julio de 1710; f) certificación de hábito de D. Andrés del Alcázar y Zúñiga, por merced de 2 de diciembre de 1686, aprobada lisa y llanamente, sin dispensación alguna, por decreto de 22.I.1687 (fol. 59v.); Archivo General de Simancas, Secretaria de Guerra, Estado de la Revista de Ynpección que se le ha pasado al Regimto de Inf.ª de Toledo en 21 y 22 de Henero de 1735 (leg. 1122).
Calendario manual y Guía de forasteros, Madrid, Imprenta Real, 1758; P. J. Fernández Pradel, Linajes vascos y montañeses en Chile, Santiago de Chile, Talleres Gráficos San Rafael, 1930, págs. 358, 369 y 496-497; J. A. Samaniego, Disertación sobre la antigüedad de los Regimientos, Madrid, Ministerio de Defensa, 1992 (1.ª ed. 1738), págs. 125 y 126; J. C. Saavedra Zapater, “Entre el castigo y el perdón. Felipe V y los austracistas de la Corona de Castilla, 1706-1715”, en Espacio, Tiempo y Forma, Serie IV, H.ª Moderna, 13 (2000), págs. 469-503.
Juan Luis Sánchez Martín