Maroto, José Joaquín. Antequera (Málaga), 14.IV.1762 – ?, 1835 post. Fiscal de Quito, fiscal de Caracas.
Hijo de Manuel Maroto de Rojas y de Ana Josefa Sánchez de Córdoba. Estudió en el colegio de San Dionisio de Granada y recibió el grado de bachiller, licenciatura y doctorado en Teología de la Universidad de Orihuela en diciembre de 1780. Después de cuatro años adicionales estudiando Jurisprudencia, obtuvo el grado de bachiller en Leyes de Orihuela el 16 de diciembre de 1784. La Chancillería de Granada lo aprobó para ejercer Leyes el 13 de julio de 1789 y el Consejo Real lo incorporó el 27 de septiembre de 1794. Fue admitido por individuo del Colegio de Abogados de Málaga en 1790 y fue aprobado para servir varas de primera entrada.
Después de casi una década de ejercer Leyes en Madrid, Maroto fue nombrado auditor de Guerra y asesor de la Intendencia de Cumaná por consulta de 3 de octubre y título del 19 de noviembre de 1803. En 1810 la Junta de Caracas secuestró su biblioteca y su modesta propiedad y lo expulsó a él y su familia de Venezuela. Llegó a Cádiz en mal estado, su fortuna cambió cuando el Consejo de Regencia le concedió honores de oidor de la Audiencia de Caracas como compensación. Por Decreto del 6 de diciembre de 1810 y título del 13 de junio de 1811, lo nombró fiscal de la Audiencia de Quito para reemplazar a Miguel de Lastarría. Parando en Puerto Rico debido a “una grave enfermedad”, fue a Cuba después de recuperarse para tomar la residencia del capitán general marqués de Someruelos. Nunca llegó hasta Quito. Fue un candidato para un nombramiento como magistrado en la Audiencia de Cuba a principios de 1812. El 6 de mayo de 1813 fue nombrado fiscal de Caracas, pero unos insurgentes tomaron posesión de su navío en ruta y regresó a Puerto Rico, casi muerto y sin salario, hasta que pudiera unirse a la reestablecida Corte en mayo de 1816. Siguiendo la independencia de Venezuela, dejó el país, yendo a La Habana, donde permaneció de 1819 a 1835, trabajando como abogado y recibiendo la pensión de cesante. En 1828 buscó sin éxito un nombramiento como oidor de Cuba.
En 1829 fue un solicitante para un nombramiento como asesor del gobernador de La Habana. En 1830 fue descrito como “oidor emigrado”. En 1831 nuevamente buscó un nombramiento como oidor de la Audiencia de Cuba. En 1833 aún era descrito como fiscal de Caracas cuando tomó la residencia del gobernador de Cuba. El mismo año, solicitó algún puesto en las Indias. En 1835 recibió una licencia para regresar a España.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Caracas 165; Lima 600; Ultramar 50, n.º 40; 153, n.º 44; 160, n.º 62; 161, n.º 17; 162; 797; Diversos-Colecciones 44, n.º 1.
M. A. Burkholder y D. S. Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas, 1687-1821, Westport, Connecticut, Greenwood Press, 1982, págs. 198-199.
Mark A. Burkholder