Candanedo, Juan de. León, 1587 – 1660. Platero.
Nacido en León, Juan de Candanedo es el único platero de esta ciudad al que se le reconoce una estancia prolongada en Valladolid, entre 1613 y 1615, durante la que debió entrar en contacto con alguno de los talleres de platería que prosperaban en la capital del Pisuerga. En una vida plagada de altibajos, hay dos aspectos fundamentales que hablan de su importancia como platero en la ciudad de León: el haber sido, por un lado, fiel contraste municipal, y, por otro, maestro platero de su iglesia mayor. Durante la década de 1650, Candanedo se vio aquejado de una enfermedad que le hizo perder progresivamente la vista, dolencia que arrastró hasta la fecha de su muerte, acaecida durante 1660.
En su vida privada, Juan de Candanedo estuvo por dos veces relacionado con otros tantos crímenes distintos en un corto período de tiempo. En 1616 estaba preso en la cárcel real de su ciudad, inculpado por el asesinato de un soldado en la plaza de San Martín que le había llevado a ser condenado a muerte, una sentencia que no llegó a hacerse efectiva; asimismo, se le involucró en la muerte del doctor Rodríguez de Cuevas, acusación de la cual salió indemne en 1621.
Fue admitido como maestro platero de la catedral en 1636, tres años después de que se le relacionara por primera vez con el cargo de fiel contraste y marcador de la ciudad. Dadas una serie de continuas indisposiciones de salud, en ambos puestos contó con la ayuda de los también orfebres Jerónimo de Neira y Juan de Mora.
Fue este último el cargo en el que más se distinguió a lo largo de su carrera, siendo el responsable no sólo de inspeccionar y validar las piezas de plata que pasaban por su oficina, si no de acometer los inventarios que quedaban en los testamentos de los más insignes difuntos leoneses de su tiempo y que en algunos casos quedan documentados como pequeños tesoros.
Sobre sus actividades como platero fuera del ámbito catedralicio cabe destacar la ejecución de la cruz procesional de la iglesia de San Martín que entregó finalizada en 1633.
Empleó el mismo punzón tanto para firmar sus piezas labradas como para identificar las que se encargaba de contrastar; consta de su apellido completo dispuesto en dos líneas –“canda/nedo”– y suele ir acompañado de la marca de la ciudad, renovada por él mismo tras la desaparición de su predecesor Hernando de Arguello.
Obras de ~: Cruz procesional de San Martín, León, 1633; Cáliz de Llamas de la Rivera, León, c. 1635; Vinajera con bandeja de San Marcelo, León, c. 1640; Copón, catedral de León, c. 1640.
Bibl.: M.ª V. Herráez Ortega, “Los contrastes y marcadores de la platería leonesa en los siglos xvii y xviii”, en Estudios Humanísticos, n.º 21 (1999), págs. 263-274; R. Domínguez Casas, Museo Monasterio de Santa Cruz. Madres Benedictinas de Sahagún, León, Edilesa, 2001; J. Alonso Benito y M.ª V. Herráez Ortega, Los plateros y las colecciones de platería de la Catedral y el Museo Catedralicio-Diocesano de León (siglos xvii-xx), t. XI, León, Universidad, Secretariado de Publicaciones, 2001 (col. León, historia y sociedad).
Javier Alonso Benito