Vermúdez, Cristina. ?, c. 985 – ¿Asturias?, post 1037. Infanta de León. Hija de Vermudo II (982-999) y de la reina Velasquita Ramírez.
Hoy es bien sabido que Vermudo II el Gotoso (982-999) estuvo casado primeramente, al menos entre 981 y 989, con una dama de la nobleza occidental llamada Velasquita Ramírez, de la que tuvo al menos una hija llamada Cristina Vermúdez; que luego, probablemente en 992, contrajo segundo matrimonio con Elvira García, hija del conde García Fernández de Castilla, de la que nacieron tres hijos: Sancha, Teresa y Alfonso V; y que además, en momentos indeterminados de su vida tuvo varias concubinas, una de las cuales se llamó Justa, de las que nacieron al menos tres hijos: Pelayo, Ordoño y Elvira Vermúdez.
Sin embargo, este completo panorama familiar del rey Gotoso, bien fundamentado en crónicas y documentos, y aceptado hoy unánimemente por la crítica moderna, fue enmarañado en el siglo XII por el obispo Pelayo de Oviedo, que conociendo los nombres de las dos reinas consortes, y la existencia de al menos dos concubinas hermanas, y dos hijos ilegítimos (Ordoño y Elvira), añadió que el rey Vermudo tuvo de una “rustica femina nomine Velasquita”, de la que constata incluso su filiación como “filia Mantelli et Vellalae” de Mieres, a la infanta doña Cristina: “genuit infantissam dominam Christinam”.
Una filiación sorprendente, en efecto, pues aunque don Pelayo fue gran detractor del rey Gotoso, al que no duda calificar como “indiscretus et tyrannus”, es seguro que convivió en Asturias con los bisnietos de la propia infanta Cristina. Pero lo cierto es que el testimonio del Ovetense no prosperó, pues si fue asumido en el siglo XIII por Lucas de Tuy, que varió un tanto el nombre de la concubina mierense, callando además su condición de campesina, al escribir que Vermudo, de una “foemina, nomine Liesquita, pulcherrima genuit infantissam Christinam”, lo cierto es que en el mismo siglo el obispo Rodrigo de Toledo reparó el error al constatar con toda claridad que la reina Velasquita “genuit Christinam infantem”.
Sabemos que Velasquita llegó a conocer el matrimonio de su hija Cristina, gracias a una escritura fechada el 31 de mayo de 1024, en cuya virtud, la propia Cristina, que en efecto se declara viuda de “viro et domino nostro dive memorie domno Ordonio”, funda el monasterio asturiano de San Salvador de Cornellana, acompañada por su madre: “Velasquita regina”. Un testimonio documental que viene a avalar el testimonio de Pelayo de Oviedo al respecto (defectuosamente asumido luego, curiosamente, por Lucas de Tuy y Rodrigo de Toledo), pues en efecto, constata que Cristina fue esposa de un infante Ordoño hijo de Ramiro, el ciego, del que tuvo varios hijos, esto es, “genuit ex infante Ordonio filio Ranimiri infantis caeco plures filios et filias”, a los que da el nombre de Alfonso Ordóñez, Sancha Ordóñez e Ildonza, que fue condesa: “Adefonsum…Ordonij, Sanciam Ordonij et comitissam Eldonciam”. Un misterioso infante ciego, hijo de un no menos misterioso Ramiro, al que Tudense y el Toledano no dudan en calificar filio Ranimiri regis, identificable con Ramiro III (967-985), según probó en su día Sánchez Candeira en su estudio sobre la Velasquita y su descendencia.
Así pues, la infanta Cristina Vermúdez, hija de Vermudo II y Velasquita, y el infante Ordoño, hijo de Ramiro III y Sancha, tuvieron dos hijas y un varón llamado Alfonso Ordóñez, del que ha quedado memoria en el Tumbo de San Juan de Corias, en relación con una ”villa de Aulaneda” que fue propiedad del “infante domno Ordonio”, el cual se la dejó a “filio suo Adefonso Ordonii”, de quien pasó a sus hijas “Christina Adefonsi” y “Enderquina Adefonsi”, la cual vendió finalmente a su hermana la parte que había recibido “de patre suo Adefonso Ordonii et matre sua domna Fronildi”.
Sobre la segunda hija, Sancha Ordóñez, que en consecuencia llevaba el nombre de su abuela paterna, no ha llegado ningún documento hasta hoy, es cierto, pero hay indicios muy sólidos para pensar que contrajo matrimonio con el noble asturiano Fernando Gundemáriz, y que fueron padres de la condesa Urraca Fernández y de Cristina Fernández, esposa del conde ovetense don Diego, y padres a su vez de doña Jimena Díaz, la mujer del Cid.
Y por lo que respecta a la condesa Ildonza, la tercera hija de Cristina y del infante Ordoño, todavía aparece junto a su madre en una escritura particular ovetense, fechada el 22 de diciembre de 1037, en la que también está presente su propio esposo Pelayo: “Cristina Ueremundi regis filia confirmat; Eldoncia comitissa confirmat; Pelagius comes confirmat”. Un importante noble asturiano que figura desde edad muy temprana en el corte del rey Alfonso V, donde ejerció las funciones de “armiger” entre 1015 y 1020. En una carta ovetense del siglo XI, sin data, su mujer “Yldoncia, prolix Ordonii”, ya viuda, rememora a “uiro meo comes Pelagio Froilaz”, a “suo germano comes Xemeno Froilaz” y a su suegro el “comes Froilaz Xemenes et... filio eius comes Pelagio Froylaz”. Y por otro instrumento ovetense de 1056 sabemos que Ildonza Ordóñez y Pelayo tuvieron al menos cuatro hijos: “Munio Pelaiz, Ordonio Pelaiz, Petrus Pelaiz, Pelagius Pelaiz… filios de Pelagio Froilaz et comitissa domna Eslonza”.
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Manuel Carriedo Tejedo