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Domingo de Lizaso Azcune Beriztain

Biografía

Lizaso Azcune Beriztain, Domingo de. Azpeitia (Guipúzcoa), 5.VIII.1649 – c. 1700. Genealogista.

Fue bautizado por Bartolomé de Ibarzábal en la iglesia parroquial de San Sebastián de Soreasu de Azpeitia, como hijo de Domingo de Lizaso y de Francisca de Beriztain, su legítima mujer. Por otra parte, en el libro segundo de casados de esta misma parroquia se afirma que sus padres Domingo de Lizaso, natural de Zarauz, y Francisca de Beriztain, natural de Azpeitia, se casaron en 1646. El mismo Lizaso puntualiza que su madre se llamaba Francisca de Azcune Beriztain.

Domingo de Lizaso contrajo matrimonio en San Sebastián el 19 de marzo de 1670 con García de Orozco, vecina de Tolosa (Guipúzcoa). Tuvieron por hijos a Pedro Ignacio, presbítero beneficiado de San Salvador de Usúrbil (Guipúzcoa), y a María Josefa.

En su obra, Domingo de Lizaso se cita como alguacil mayor del Santo Oficio en la muy noble y muy leal ciudad de San Sebastián, al igual que como escribano de número y archivista de la misma ciudad. Nada se sabe por el momento de su actividad como alguacil de la Inquisición.

Como archivero se conoce su actuación en el pleito que la ciudad de San Sebastián sostuvo con la villa de Rentería por el dominio del puerto de Pasajes.

De su actividad privada consta que el general Ignacio de Soroa le invistió con plenos poderes como cabezalero de su testamento. Puntualmente, también actuó como procurador de los menores, hijos de Ignacio de Soroa, vecino de Usúrbil, y que se presentó ante el juez de Tolosa el 13 de abril de 1693. En esta misma línea está constatado que en 1700 Miguel de Soroa, teniente general de Artillería de los presidios de Guipúzcoa, solicitaba censuras generales sobre los bienes de su padre Ignacio de Soroa, que habían sido administrados por Domingo de Lizaso.

De la única obra de Lizaso que se conserva, el historiador Joaquín Antonio de Camino y Orella afirma que “Lizaso trabajó con prolijidad dos tomos del Nobiliario de Guipúzcoa; pero sólo puede llamarse a sus manuscritos un tratado del blasón y nobleza de los primitivos y esclarecidos solares esparcidos por el distrito de dicha provincia, pues se habla poco de sus repúblicas en general” (Camino y Orella, 1923: 5).

En 1801, en su viaje a San Sebastián, Vargas Ponce encontró el ejemplar de Lizaso en manos de Miguel Antonio de Remón, vicario de la parroquia de Santa María de San Sebastián. Se hizo entonces una copia que es la única que se conserva de la obra de Lizaso.

La copia del Nobiliario fue descubierta por Juan Carlos de Guerra en 1880, pero fue Carmelo de Echegaray el que la presentó a la Diputación de Guipúzcoa para su publicación. Joaquín Pavía y Birmingham hizo una excelente copia del manuscrito conservado en la Real Academia de la Historia de Madrid, que él describe así: “La copia del Nobiliario tiene dos tomos con las notas de Vargas Ponce, por las cuales se viene en conocimiento de que el segundo tomo está completo y conforme al original de Lizaso. Desgraciadamente el primer tomo está incompleto, pues el mismo Vargas Ponce omitió copiar todo el libro primero, por innecesario, comenzando por el libro segundo que trata de la Casa de Lazcano, siguiendo por la de Loyola y otras no menos ilustres de la alta Guipúzcoa; pero dejando sin terminar este tomo, con lo cual faltan Casas tan importantes de conocer como la de San Millán y otras”. En efecto, se estudian ocho linajes, siendo veinticuatro las casas de ese género que existían en Guipúzcoa.

Pavía y Juan Carlos Guerra recogen la opinión del mismo Vargas Ponce cuando confiesan: “Suministra exactas y curiosas noticias de los marinos ilustres de Guipúzcoa, en especial durante los siglos xvi y xvii, y que, es tan veraz como puede ser un Nobiliario.

Únase a estas cualidades, la circunstancia de que habiendo sido Lizaso, además de Escribano de número de esta ciudad, Archivero Municipal, tuvo a la vista los documentos de todo género que hacían del Archivo de San Sebastián uno de los más curiosos de nuestra patria, y que, por desgracia nuestra, desaparecieron en el horroroso incendio de 1813”. Así se comprende que en el segundo tomo del adjunto Nobiliario aparecen casi todas las casas ilustres de esta ciudad, como la de Oquendo, Engómez, Aguirre, Blancaflor, Aramburu, entre otras, muchas de las cuales han desaparecido por completo. Juan Carlos de Guerra, en la “Introducción” a la obra, hace serias rectificaciones a algunas de las afirmaciones nobiliarias de Domingo de Lizaso.

 

Obras de ~: Nobiliario de los Palacios, Casas solares y linajes nobles de la M. N. y M. L. Provincia de Guipúzcoa por D. Domingo de Lizaso, Alguacil Mayor del Santo Oficio en la M. N. y M. L. Ciudad de San Sebastián, escribano de número y archivista de ella, con una introducción de D. Juan Carlos de Guerra, Abogado de los Tribunales y socio correspondiente de la Academia de la Historia, San Sebastián, Imprenta de la Provincia, 1901.

 

Bibl.: J. A. de Camino y Orella, Historia civil, diplomática, eclesiástica, antigua y moderna de la Ciudad de San Sebastián, con varias noticias particulares concernientes a la provincia de Guipúzcoa, Madrid, Imprenta Vicente Rico, 1923; J. L. Sales Tirapu e I. Ursúa Irigoyen, Catálogo del Archivo diocesano de Pamplona. Sección Procesos, t. XVIII, Pamplona, Gobierno de Navarra. Departamento de Educación y Cultura, 2004.

 

José Luis Orella Unzué

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