Esteban Maturén, Ángel. Zaragoza, 15.I.1949 – Tarazona (Zaragoza), 7.III.2005. Pintor, escultor y grabador.
Hijo de conocidos anticuarios, utilizó Ángel Maturén como nombre artístico. Asistió al estudio Goya de Zaragoza y a la escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y Bilbao, sin olvidar estudios parciales en la escuela superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1968 estudia Cerámica en el tallerescuela de Cerámica de Muel (Zaragoza) y cofunda el grupo 8 de Logroño, ciudad en la que mantiene estudio desde 1970 hasta 1973. Tras vivir en Sierra Luna (Zaragoza) y en diversas ciudades, regresa a Zaragoza en 1976. Vive varios años en Lanzarote, como experiencia inolvidable que influye en un período de su obra. En 1991 funda en Tarazona (Zaragoza) la Fundación Maturén, en la que se organizan exposiciones de muy variados artistas. Hasta su muerte fijó su residencia en Tarazona.
Escultor desde 1965, con dieciséis años, ceramista con escasa producción y grabador, cuya obra más representativa corresponde a la pintura. Como pintor tiene excepcionales cualidades por dominio de la línea, el color y la técnica, sin obviar su alta producción, pues su única profesión la vinculó al acto creativo. Su obra, hasta 1968, comienza con el impresionismo, un marcado hiperrealismo, una serie abstracta de 1964 y algunas obras, de 1966, con incorporación de objetos encontrados. En 1967 se decanta por otros materiales y por figuras asiluetadas como crítica contra la dictadura, mientras que, en 1968, se interesa por el informalismo y una serie mediante cuerpos indefinidos.
Durante los setenta el informalismo expresionista se potencia por énfasis del color al servicio de un ámbito misterioso y dramático. Tras dos series con geometría en el centro de la composición o elementos figurativos, desde 1982 comienza con los bodegones y desde 1991 inicia los paisajes influenciados por su estancia en Lanzarote, de ahí la destrucción de la naturaleza y temas como animales domésticos, pirámides, cangrejos, anguilas o peces, junto con ánforas, piernas, huellas de manos y flotantes manos, casi siempre con cierta carga simbólica.
En su última obra, desde mediados de 2000 hasta finales de 2004, en y desde Tarazona (Zaragoza), el cambio es radical, quizá por su deteriorada salud. La impresionante riqueza de texturas, por grosor debido al material que posibilita marcados entrantes y salientes, se acompaña por estrictas abstracciones con alguna forma geométrica que regula el énfasis expresionista.
En ocasiones se perfila un animal muerto o figuras masculinas, sobre todo en una espléndida serie de cajas como obras escultóricas. Los colores dominantes, aparte de algún plano llamativo, corresponden a los oscuros. Obra con máxima intensidad y carga dramática. Meses antes de morir, cansado de dicha serie abstracta, había comenzado a pintar algún paisaje de su querido Moncayo.
A lo largo de su carrera artística, por obra realizada, la mujer ocupa un lugar preponderante, sobre todo desde la década de 1980 hasta 2000, salvo alguna posterior excepción. Erotismo al servicio de figuras femeninas desafiantes en plena juventud, solitarias y, a veces, con rasgos de tristeza indefinida. Vivió para el arte.
Obras de ~: Mi pequeño homenaje a Fermín Aguayo, 1977; Mediterráneo, 1991; A Baltasar Gracián (serie Osadía), 2000- 2002.
Bibl.: VV. AA., Diccionario Antológico de Artistas Aragoneses, 1947-1978, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1983; M. Pérez-Lizano Forns, “Maturén, Ángel” en, VV. AA., Gran Enciclopedia Aragonesa 2000, t. XIII, Zaragoza, El Periódico de Aragón y Prensa Diaria Aragonesa, 2000, pág. 3129; Ángel Maturén, 1949-2005. Vida y Arte como acción, Zaragoza, Ayuntamiento de Tarazona y Diputación Provincial de Zaragoza, 2005.
Manuel Pérez-Lizano Forns
