Alvarado Bracamonte, Juan de. Jerez de la Frontera (Cádiz), c. 1565 – Panamá, V.1637. Letrado, fiscal en Filipinas y oidor en Panamá.
Hijo de Luis Sáez de Alvarado Bracamonte y de Inés de Salazar, contrajo matrimonio con María de Ávila y Gaztelu, a quien dejó viuda en Panamá, sumida en gran pobreza y necesidad.
Estudió en la Universidad de Salamanca, graduándose de bachiller en cánones en 1585, y de licenciado por la misma facultad en la Universidad de Osuna dos años más tarde. Pasó a Lima y allí incorporó sus grados en la Universidad de San Marcos leyendo en ella durante seis años las cátedras de Vísperas y Prima de Leyes y de Cánones. Fue recibido como abogado por la Real Audiencia de Lima y se desempeñó como abogado del cabildo de la ciudad y defensor general de los indios.
Sobre consulta de Cámara de 7 de agosto de 1606 fue nombrado fiscal de la Audiencia de Manila. Se despachó su título el 5 de octubre de ese mismo año y arribó a Manila a mediados de 1609, pues la audiencia escribía al rey el 17 de julio de aquel año que le había dado posesión de su plaza y que “quedaba sirviendo las cosas de su cargo con mucho celo del servicio de V. Mag.”, mas tan buenos principios pronto se irían diluyendo.
En Filipinas se malquistó con el oidor Manuel de Madrid y Luna, y sus diversos encuentros movieron al gobernador Juan de Silva a informar al Consejo, el 4 de agosto de 1615, de los escándalos que daban los oidores de la audiencia y el fiscal, y acompañaba un testimonio, que daba cuenta de “algunas palabras de pesadumbres graves y escandalosas” que habían tenido el oidor y el fiscal. El Consejo de Indias, el 7 de junio de 1618, ordenó escribir al gobernador para que en el Real Acuerdo leyera a los oidores y al fiscal una real carta de reprensión “con apercibimiento que demás de que se procederá contra ellos se proveerán sus plazas si no se enmendaren con general satisfacción de aquella república, que tan escandalizada está de su proceder”.
Mientras sirvió en Manila se hicieron llegar diversas relaciones al Consejo para dar cuenta de que había casado a sus hermanas con vecinos principales de Filipinas y emparentado con personas interesadas en causas de justicia, además de no haberse manejado en el servicio de su empleo con el crédito que se debía.
Esta vez el Consejo fue más severo y decidió, el 28 de enero de 1619, trasladarle a una plaza de oidor en Panamá, y se escribió carta al gobernador de Filipinas para que ordenare al fiscal: “que precisamente se embarque en la primera ocasión a servir aquella plaza, sin admitirle ninguna excusa para dejarla de acetar ni detenerse, porque lo que ha habido para promoverle no ha sido hacerle merced”. A pesar de tan estrecha orden, su paso a Tierra Firme no se produjo de inmediato porque Alvarado de Bracamonte, con el favor del gobernador, permaneció un tiempo más en Manila ocupado en defenderse de la residencia que le tomaba el oidor Álvaro de Mesa y Lugo, quien le señaló su casa por prisión mientras no diera fianzas de juzgado y sentenciado.
Embarcó el 3 de agosto de 1621 en la nao Nuestra Señora de la Vida, pero cinco días después la nave encalló y hubo de regresar a Manila, en cuyo suceso perdió casi todos sus bienes, y sólo en el año siguiente viajó a Panamá, donde permaneció hasta su muerte.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5308, n. 1, r. 31; Contratación 5788, l. 1, fol. 408r.-409r.; Chile, 67; Escribanía, 409A; Filipinas, 1, n. 105; Filipinas, 7, r. 5, n. 59; Filipinas, 20, r. 3, n. 28; Filipinas, 20, r. 9, n. 56; Filipinas, 20, r. 13, n. 82, 85, 91, 92; Filipinas, 20, r. 14, n. 97; Filipinas 20, r. 15, n. 105; Filipinas, 85, n. 37; Filipinas, 329 l. 2, fol. 28r.-280v.; Panamá, 64B, n. 26.
E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, vol. II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, págs. 472, 523.
Javier Barrientos Grandon
