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Pedro Antonio Ordeñana y Goxenechea

Biografía

Ordeñana y Goxenechea, Pedro Antonio. Bilbao (Vizcaya), 25.VI.1717 baut. ?, 1771 post. Intendente de Marina.

Pedro Antonio de Ordeñana nació en el seno de una acaudalada familia de comerciantes vizcaínos. Su padre, Miguel de Ordeñana, era dueño de un navío llamado San Ignacio y compartía la propiedad de otros cuatro. Sus actividades mercantiles se centraron principalmente en importar y exportar lanas, manteniendo negocios con Londres, Nantes, Bayona y Ámsterdam y un comercio terrestre vinculado con las cabañas ganaderas castellanas. El patriarca del clan también participó en política local. En 1712 fue elegido regidor segundo del Ayuntamiento de Bilbao y en 1717 cónsul en el Consulado bilbaíno y en su Casa de Contratación. Su madre, María Josefa de Goxenechea, regentó en propiedad una tienda de “mercadurías”. La bonanza económica y buena posición social de la familia Ordeñana se derrumbó en 1718, cuando Pedro Antonio sólo contaba un año. Miguel de Ordeñana supo de la quiebra de sus negocios en Bayona. Cuando regresó a Bilbao, encontró sus bienes, casa, lonja y tienda intervenidas por el corregidor. Ante tal situación se desplazó con su familia al Colegio de la Compañía de Jesús, en cuya residencia permanecieron asilados durante un tiempo. Los años siguientes fueron un continuo batallar por recuperar su nombre y amortizar las deudas de sus múltiples acreedores. Miguel de Ordeñana murió en junio de 1727 sin haberlo conseguido. Dejaba viuda y siete hijos en una precaria situación financiera. Pedro Antonio Ordeñana contaba entonces con diez años y se quedó con su madre ayudando en la tienda. Sus tres hermanos mayores, José Antonio, Agustín Pablo y Miguel Ignacio, se encontraban ya desarrollando sus carreras profesionales fuera de Vizcaya. El primero llegó a ser canónigo capiscol de la Catedral de Toledo; el segundo, el brazo derecho y hombre de máxima confianza del ministro de Hacienda, Marina, Guerra e Indias, marqués de la Ensenada, y el tercero, jesuita y profesor de Teología y Filosofía en la Universidad de Salamanca.

Se desconoce el momento de la partida de Ordeñana a la Corte. En 1753, fecha de su ingreso en la Orden de Santiago, el primer testigo de las pruebas afirmó no conocer al pretendiente “porque salió éste muy pequeño de esta villa y no ha vuelto a ella”. La carrera de Ordeñana está profundamente ligada al mundo de la Marina, y, si bien no formó parte del exclusivo núcleo de los principales colaboradores del marqués de la Ensenada, sí gozó de su protección y estima. Las primeras cartas entre ambos datan de 1744, cuando Ordeñana trabajaba como ministro en una de las cuatro fragatas que operan en la base naval francesa de Tolón (Toulon) y estaba encargado de todas sus dependencias de Marina y Ejército. Ese mismo año pasó a Cádiz como oficial primero del cuerpo de Marina en el ministerio de la Escuadra de Bajeles al mando del teniente general Juan José Navarro, I marqués de la Victoria. En 1749 ascendió a ministro de Marina de Palma de Mallorca; en 1751, a ministro de los navíos de la escuadra dirigida por Pedro de la Cerda, comisario real de Guerra y Marina y contador del departamento marítimo de Cartagena; y el 20 de julio de 1752, a ministro principal de la escuadra de Pedro de la Cerda. Acto seguido, recibió órdenes del marqués de embarcarse en el Septentrión y pasar a Orán con fin reservado. El contenido de su misión le sería revelado sólo cuando llegase a su destino por el comandante general de aquella plaza.

El 2 de agosto Ensenada le mandó embarcar hacia Cartagena de Indias, prohibiéndole subir a otro bajel distinto del Septentrión. El 29 de agosto zarpó a la mar en dicha escuadra. Se ignora la fecha en la que Ordeñana regresó a España y los planes del ministro para él en aquel destino tan comprometido para los intereses españoles en América. Sí se puede asegurar que, entre octubre de 1753 y julio de 1754, todavía se encontraba en Cartagena y que la caída de Ensenada y de su hermano le sorprendió allí. Después, las referencias sobre su persona se vuelven cada vez más silenciosas. No se encuentran hasta marzo de 1765, cuando su hermano Agustín Pablo le designó como su heredero universal. Pocos meses más tarde, el 22 de junio, Pedro Antonio de Ordeñana fue nombrado intendente de Marina con destino en Ferrol. Desde este puesto en 1767 se vio en la obligación de embarcar a los padres jesuitas expulsados de España rumbo a Italia, mostrando grandes escrúpulos a la hora de llevar a cabo esta orden. Entre los desterrados estaban su hermano Miguel Ignacio y su buen amigo, el padre José Francisco de Isla. En este puesto de intendente Ordeñana se mantuvo hasta 1771, año en que se pierde su pista.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Secretaría de Marina, legs. 233 y 402; Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Santiago, exp. 3.950; Archivo del Museo Naval, Catálogo de la Colección Vargas Ponce, t. XXXIII, docs. 334 y 337-340, y t. XXXIV, docs. 3, 7-8, 228 y 286; Archivo Nacional de la República de Cuba, Correspondencia de Capitanes Generales, leg. 6, n.º 225; Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid, 16.179.

L. Fernández, Cartas inéditas del Padre Isla, Madrid, 1957, pág. 242; J. L. Pando Villarroya, La Administración en la Armada Española, Madrid, Pando, 1985, pág. 68; C. Ribechini Plaza, Venturas y desventuras de un mercader en el Bilbao del xviii, San Sebastián, Txertoa, 1995; E. Giménez López, “El Ejército y la Marina en la expulsión de los jesuitas de España”, en Expulsión y exilio de los jesuitas españoles, Alicante, Universidad, 1997, págs. 67-114; C. Ribechini Plaza, Los Ordeñana Goxenechea. Una familia vizcaína en el siglo xviii, Villatuerta (Navarra), C. Ribechini, 2003, págs. 103-105; C. González Caizán, La red política del Marqués de la Ensenada, Novelda (Alicante), Fundación Jorge Juan, 2004.

 

Cristina González Caizán