Ayuda

Fulvio di Costanzo

Biografía

Costanzo, Fulvio di. Marqués de Corleto (I). Portanova (Italia), s. t. s. xvi – ?, 1620 sup. Jurisconsulto, poeta, regente del Consejo de Italia.

Noble napolitano del Seggio de Portanova. Su padre fue Cola Francesco di Costanzo, sobrino, asimismo, de Angelo di Costanzo, y hermano de Lelio di Costanzo, renombrados poetas en volgare napolitano.

Educado en un ambiente muy celoso de la cultura autóctona, su padre, miembro de la vieja nobleza de Seggio, jurisconsulto consejero de Capuana y al mismo tiempo baglivo de Nápoles (que compró en 1559 por 50.000 ducados y a su muerte lo heredó Fulvio) fue un raro ejemplo de encrucijada de diversos poderes que convergían en individuos que como él fueron las piezas clave del sistema español en Italia.

Como subraya Mireille Peytavin, en su persona se superponían y comunicaban tres ámbitos, el de los servidores del Rey, el de la nobleza y el de la oligarquía de la ciudad. Fulvio heredó estas cualidades, comenzó su carrera como juez de la Cámara de la Vicaría civil y adquirió la tierra de Corleto, afianzando su posición privilegiada al proyectar sus intereses hacia el territorio, haciéndose con un patrimonio feudal que le habilitase para vincularse por sangre y negocios al baronazgo. Su ascenso suscitó envidias y las sospechas sobre su trabajo como magistrado llevaron a que fuera examinado en 1581 por el visitador Lope de Guzmán sin hallar con qué procesarle. En 1585 pasó a la Vicaría criminal, después fue fiscal de la Sommaria y más tarde al Consejo de Santa Clara.

Hacia 1590 era conocido en Nápoles no sólo como prestigioso (y poderoso) magistrado, sino como erudito y poeta. Para alcanzar tal fama tuvo un papel importante su amistad con el gran poeta Torcuato Tasso, autor de La Gerusalemme Liberata. Siendo juez comisario cayó bajo su atención un litigio de Tasso con el príncipe de Avelino, advirtió la importancia del caso, conocedor y quizá admirador de la obra del poeta utilizó su influencia para conseguir un arreglo amistoso entre el escritor y el aristócrata, que discrepaban respecto al pago de los servicios del escritor.

Su hermano, Giovanni Battista di Costanzo, que era arzobispo de Cosenza (desde el 5 de abril de 1591) actuó confidencialmente ante el príncipe, señalándole un arreglo que podía cifrarse en una pensión de 300 ducados anuales, que quedó finalmente en 150. Costanzo no sólo se preocupó por este asunto, favoreció al poeta en sus causas judiciales y éste se sintió favorecido por el juez, en una carta a su amigo Orazio Feltro escribía “Mi raccomandi al signor Fulvio Costanzo e m’avvisi della sua volontà, s’è lecito saper la volontá de’ giudici innanzi alla sentenza. Io aveva pensato di mandarle un picciol consulto di monsignore Papio, m nàspetto il parere di vostra signoria”, Roma, 20 de julio de 1593 (Serassi, 1858: 306 n. 3). En otra carta, el escritor hablaba de tentar al Rey y a los tribunales de Nápoles para salir victorioso de sus pleitos: “Scrivo al Signor Fulvio di Costanzo, e desidero risposta, e potrei morire en questa espettatione” (Tasso a Orazio Feltro, Roma 25 de enero 1593) (Serassi, 1827: 180, carta 196). De estos asuntos nació una cierta correspondencia intermediada por Orazio Feltro “Ora le mando quest’altra letrera con un sonetto inchiuso nelle nuove nozze del signor Fulvio di Costanzo pregandola che coglia procurarmene risposta”, Roma, 1 de julio de 1594 (Serassi, 1827: 189 carta 208). En noviembre de 1594 Tasso escribió una carta a la princesa de Avellino en la que se manifestaba fiel servidor de la casa, agradeciendo al marido que “già m’aveva ricevuto fra gli amici e servitori suoi”, no era tiempo de recordar ni de “pensare alla lite” y todo sin romper la cortesía gracias a los Costanzo: “Ma si contenti almeno che siano adbiti in questa causa il Signore Fulvio di Costanzo e Monsignore Rev. Suo fratello, co’quali in questa materia ho ragionato”, Roma 13 de noviembre de 1594 (Serassi, 1827: 194, carta 211).

Indudablemente el prestigio literario del juez, el reconocimiento público como poeta laureado contó con la difusión y la aprobación del más grande poeta de su tiempo en lengua italiana.

Además de la fama literaria, Costanzo alcanzó la cumbre de su carrera judicial, con el ascenso al Consejo de Italia, donde permaneció entre 1597 y 1602.

En su último año de estancia en Madrid obtuvo como concesión graciosa del rey Felipe III el título de marqués de Corleto. De ahí pasó al Consejo Colateral de Nápoles y compaginó el puesto con otros cargos y rentas que le confirieron prestigio y riqueza, presidente de la diputación d’acqua e mattonata (1604-1607) e grassiere (1610). Indudablemente con su regreso cargado de honores y de cargos, su prestigio social se vio acrecentado por su participación en las academias literarias de la capital, tanto en la casa del virrey como en la suya propia, destacando su labor de mecenazgo, de promoción de las letras y los estudios humanísticos, incluido el arte del ajedrez, al que parece que era aficionado según se ha constatado en la dedicatoria que le dirigió el doctor Alessandro Salvio en su Trattato dell’inventione et Arte liberale del Gioco di Scacchi. Diviso in discorsi, sbaratti et partiti (tipografía de Battista Sottile, Nápoles 1604). En 1615 la Junta de la Visita General del reino de Nápoles decidió encomendar al senador de Milán, Juan Rodríguez de Salamanca la visita particular de Costanzo y otros tres oficiales del reino, Juan Alonso Suárez del Colateral y los consejeros de Santa Clara Giacomo de Franchis y Giovanni Battista de Leonardis. Por entonces, Costanzo era un hombre muy poderoso y cabeza del grupo de letrados que habían propuesto el blindaje de la judicatura como estado, en 1615 el conde de Lemos fracasó en su intento de reformar los tribunales y acusó directamente a estos magistrados, contra los que se lanzó la Visita. El duque de Osuna tuvo menos paciencia, los encarceló en 1618, provocando una tensión tal con el Consejo de Italia que se expidieron órdenes para que “él ni ningún Visorrey que adelante fuere en aquel Reyno ponga la mano en procesar a los ministros perpetuos que sirven en los tribunales del”. Subraya Peytavin que más adelante, en el proceso de su Visita, puede advertirse una lógica en la actuación de Costanzo a su paso por los tribunales napolitanos (Vicaría, Summaria, Consejo de Santa Clara y Colateral) como es la de blindar y hacer impenetrables los espacios jurisdiccionales y la autoridad de los magistrados (Peytavin, 2003: 325). Es perceptible en el pulso por el nombramiento de oficiales, que se arroga la corona, pero que Costanzo sortea bien suprimiendo puestos de oficiales bien asumiendo sus “subalternos” el cobro de las costas de los juicios y procedimientos. En la Bagliva, por ejemplo, el cobro irregular de tasas de testamentarías, escamoteadas al fisco real y que fueron a parar directamente a Costanzo y sus hombres nos llevan a pensar en corrupción, en una idea patrimonial del ejercicio del poder, pero es natural desde la concepción de la magistratura como estado y, por tanto, dueño de rentas que le son propias. Incluso en los informes de la Visita se advierte más una preocupación “de soberanía” que de robo de bienes y rentas “estatales”. En el tribunal de los pobres, Fulvio operó de la misma manera y, curiosamente, siguió los mismos pasos que su padre, Cola di Costanzo, inculpado en el proceso de Visita de aumentar la cifra de “commis” y que se resolvió con una real orden de 1567 que autorizaba un número de veintiséis comisarios, Fulvio consiguió en 1602 aumentar esa cifra a treinta y seis pero el visitador Juan Beltrán de Guevara se llevó la sorpresa de encontrar en nómina a ciento seis. Los visitadores se encontraron este panorama en todos los tribunales y es preciso consultar en las colecciones de pragmáticas del reino el título de officialibus para advertir las dimensiones que toma el fenómeno. Otro aspecto notable es la acusación, no probada pero plausible, efectuada en 1609 de que Fulvio adquirió la plaza de regente de Italia abonando dieciocho mil ducados a Francesco d’Aponte para sucederle en el puesto. La amistad entre ambos era conocida, aunque cuando Costanzo se instaló en Madrid se transformó en enemistad, su común preocupación por transformar la judicatura en un estado lo muestra la pervivencia y continuidad de sus respectivos linajes en la magistratura napolitana, el hijo de Costanzo, Fulvio junior, siguió una carrera calcada a la de su padre, pasando por todos los puestos de la judicatura y culminando el encumbramiento personal con el robustecimiento honorífico y simbólico de su solar al obtener en 1625 el título de Principe di Colle d’Anchise. No se ha encontrado la fecha de su fallecimiento, aunque todo hace suponer que se produjo en 1620. D’Andrea en sus Avvertimenti ai nipoti relata una anécdota sucedida durante su funeral al increpar su viuda, Lucrecia Caraffa, al juez Rovito y salir a la luz en tan grave solemnidad los odios, rencores y la sorda lucha por el poder que había en la magistratura.

 

Obras de ~: [“Rime”, “Commentario sopra i tre ultimi libri del Codice” y “Allegazione”], en Diversorum jurisconsultorum allegationes; Supplicatio ad Paulum V P. M. pro tollenda vel moderanda constitutione Gregorii Papae XIII super immunitate ecclesiastica, Napoli, 1626.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Papeles del marqués de Corleto, VI, leg. 79; Defensiones de Fulvio di Costanzo, VI, leg. 83, Descargos de F. C., VI, leg. 367.

P. Serassi, Lettere inedite di Torquato Tasso, Pisa, Niccolo Capurro, 1827 (cartas 196, 208 y 211); C. Minieri Riccio, Memorie Storiche degli scrittori nate nel Regno di Napoli, Napoli, Tipografia dell’Aquila di V. Puzziello, 1844, pág. 109; F. Capecelatro, Degli annali della città di Napoli (1631-1640), Napoli, 1849, pág. 65; P. Serassi, La vita di Torquato Tasso, vol. II, Firenze, Bianchi Barbera, 1858, págs. 306 y 503; M. Peytavin, Visite et gouvernement dans le Royaume de Naples (xvie.-xviie.

siècles), Madrid, Casa de Velázquez, 2003, págs. 246-251, 307- 308, 324-331, 338, 362, 367, 369, 375 y 393.

 

Manuel Rivero Rodríguez

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares