Salamanca, Juan Tomás de. ?, s. m. s. xvi – 1608. Juez español que desarrolló su carrera en los dominios italianos durante el reinado de Felipe III.
En 1589 el doctor Alfonso de Hermosa fue promocionado al puesto de regente español por Nápoles en el Consejo de Italia. Era uno de los más señalados juristas españoles allí residentes, que se había labrado una buena reputación en el Sacro Real Consejo de Nápoles (Consejo de Capuana), uno de los tres tribunales de justicia más importantes del Reino. El 25 de abril de 1589 cubrió su vacante en aquel tribunal un discreto jurista castellano, Juan Tomás de Salamanca, bien relacionado y que contó entre sus amigos con un prominente miembro de la magistratura napolitana, Nicola Antonio Gizzarello. Poco después ascendería a juez de lo criminal en la Gran Corte de la Vicaría en 1590, iniciando una brillante carrera. Según cuenta Carlo Tapia, por aquellos años fue designado por el Consejo de Italia para iniciar pesquisas para procesar al senador milanés Francesco Sessa, por lo que viajó con una comisión especial a Lombardía (Decissionis: 80-81 y 150-152). Fue un caso delicado que hubo de realizarse discretamente, pues se trataba de verificar voces y rumores sobre la mala fama y la corrupción moral de la magistratura lombarda, siendo dicho senador reputado por sodomita. En 1592 regresó a su plaza en la Vicaría y se sabe que el condestable de Castilla, Juan Fernández de Velasco, gobernador de Milán, escribió en 1594 al conde de Miranda manifestando su satisfacción por la limpieza efectuada en los tribunales milaneses. Aun cuando realizara satisfactoriamente esa misión (al menos para el condestable), su fama como letrado se vio ensombrecida en 1603 por la denuncia de la princesa María Spinelli contra sus abogados, quienes, para no ser objeto de represalias, se habían negado a firmar la recusación al juez por parcialidad contra su defendida. En 1604 se enemistó con su amigo Nicola Antonio Gizzarello al competir ambos para beneficiar a sus linajes con la dote de la rica heredera Beatrice Fraya, convirtiéndose su rivalidad en lo que la sociedad napolitana de entonces calificaba como “inimicizie capitali”. Estos datos dan cuenta del perfil de un poderoso magistrado capaz de imponer su voluntad en los tribunales y liberarse de viejas tutelas y compromisos, avanzando con paso firme a la cumbre del poder judicial, viéndose confirmado con su promoción a la Corte, donde entraría en contacto con los hombres que regían los destinos de la Monarquía. Así, en 1605 fue nombrado regente por Nápoles en el Consejo de Italia, aunque tardó casi un año en tomar posesión; su juramento tuvo lugar el 26 de noviembre de 1606, en manos del presidente, por aquel entonces el condestable de Castilla, dando fe del mismo el secretario Lorenzo López de Zárate (estando presentes como testigos Lorenzo de Aguirre y Luis Ortiz de Matienzo de las otras secretarías). Permaneció en el Consejo hasta 1608, cuando ya consideraba que su paso por la Corte había dado los frutos esperados para su promoción al Consejo Colateral, cima y final de la carrera de los grandes magistrados napolitanos. Nuevamente la oportunidad se la brindó la plaza vacante de Bernardino Barrionuevo, marqués de Cusano, dejándole el paso libre al codiciado puesto de la Cancillería y del Consejo Colateral de Nápoles, siendo nombrado para sucederle el 12 de diciembre de 1607. Quizá no llegó a salir de la Corte, la merced concedida el 20 de noviembre de 1608 por la que el Rey concedía a sus hijos Jerónimo, Francisco, Miguel y Catalina 400 ducados anuales de pensión (consignados en las rentas del Reino, a partes iguales con sucesión entre ellos según fueran falleciendo), tiene todo el cariz de una especie de compensación de orfandad que habitualmente se concedía a los descendientes de los ministros de la Corona fallecidos en servicio. Por otra parte, quien tomó posesión de la plaza del Colateral fue Giovanni de Montoya y Cardona el 11 de noviembre de 1611, según se dice en su provisión para cubrir la vacante dejada por la defunción de Barrionuevo, es decir, la plaza no había sido cubierta y Salamanca no había llegado a tomar posesión de ella.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Consejero del Sacro Real Consejo de Nápoles (Consejo de Capuana) el 25 de abril de 1589, SP. 149, 111v.; Nombramiento y juramento en el Consejo de Italia, SP. 168, 261v. Merced a sus hijos. SP. 169, 278v.; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Estado, leg. 1997. Regente de la Cancillería y del Consejo Colateral de Nápoles el 12 de diciembre de 1607.
N. Toppi, De origine omnium tribunalium, Napoli, 1655-1659, vol. III, págs. 53-54; P. L. Rovito, Respublica dei togati, Napoli, Jovene, 1981.
Manuel Rivero Rodríguez