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Martín José de Iriarte y Urdániz

Biografía

Iriarte y Urdániz, Martín José de. Urriza (Navarra), 8.X.1799 – Gayangos (Burgos), 1872. Teniente general, caballero de la Real y Militar Orden de San Fernando, diputado y senador.

Realizó en Oñate (Guipúzcoa) sus primeros estudios, que hubo de interrumpir cuando tenía nueve años debido a la persecución que sufrió su familia por los invasores franceses, ingresando en 1810 como cadete en el Regimiento de Guipúzcoa, en el que servía como coronel su hermano mayor, Fermín, a cuyo lado luchó durante la Guerra de la Independencia.

Se halló el 28 de febrero de 1810 en la acción de Ormáiztegui (Guipúzcoa), pasando a continuación a formarse en el Colegio Militar de Potes, al tiempo que luchaba durante 1811 en el País Vasco en las acciones de Azcoitia y Azpeitia, y al año siguiente en las de Arechavaleta, Vergara, Elosua, Loyola, Lequeitio y otras muchas. Al término de sus estudios, en diciembre de 1812, volvió destinado al Regimiento de Guipúzcoa, con el empleo de subteniente, con el que intervino en el bloqueo de San Sebastián y en la batalla de San Marcial.

Durante los años siguientes, al término de la guerra prestó el servicio ordinario de su empleo, hasta que en 1816 fue trasladado al Regimiento de Burgos, con el que en mayo del año siguiente partió hacia el Perú, donde a su llegada pasó a formar parte del Ejército Expedicionario a Chile, bajo las órdenes del general Osorio; en el mes de noviembre obtuvo el empleo de teniente y pasó a servir al Regimiento de Arequipa.

En enero de 1818 desembarcó la expedición en Talcahuano, uniéndose estas tropas a las del brigadier Ordóñez para continuar la marcha hacia Santiago, dando lugar el 19 de marzo a la acción de Cancharrayada, que supuso una seria derrota para la División de O’Higgins y obligó a San Martín a retirarse hacia el norte. La muerte de su capitán obligó a Iriarte a tomar, durante esta acción, el mando de su Compañía, con la que tomó al contrario una batería de diez piezas, siendo por ello recompensado sobre el campo de batalla con el empleo de capitán.

El 5 de abril intervino en la batalla de Maipú, de carácter adverso para las tropas españolas y en la que cayó prisionero de San Martín, siendo conducido a Santiago de Chile y posteriormente a Buenos Aires, tras atravesar los Andes.

Durante un año vivió, junto con otros prisioneros españoles, en la isla de Santa Elena, en unas condiciones muy penosas, realizando trabajos forzados y pasando hambre y privaciones, lo que le animó a tratar de evadirse, consiguiéndolo junto con otros dos oficiales en 1819. En Buenos Aires recibieron ayuda de una dama, que les proporcionó una barca para cruzar el río de la Plata y llegar a la Colonia de Sacramento, donde embarcaron hacia Montevideo, con tan mala fortuna que una tormenta hizo naufragar el buque, salvándose milagrosamente y siendo recogidos por un navío inglés, que les llevó a su destino.

No tardó en volver a embarcarse, esta vez con rumbo a Lima, donde a su llegada se incorporó al Regimiento de Arequipa, con el que participó ininterrumpidamente en las campañas de los años siguientes, cruzando los Andes en varias ocasiones. En 1822 fue recompensado con el empleo de comandante del Regimiento del Infante, por su destacada actuación en la acción de Huaypacha, en la que tomó a los insurgentes todos los parapetos en los que se habían hecho fuertes.

El 9 de diciembre de 1824 se halló en la batalla de Ayacucho, en la que, al caer muerto su caballo, quedó atrapado bajo él y fue hecho prisionero. Trasladado a Lima, allí embarcó rumbo a España, llegando a Cádiz en septiembre de 1825.

Durante los siguientes cuatro años permaneció ignorado y en situación de licencia indefinida en Valladolid, hasta que, al crearse en 1829 el Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras, fue destinado al mismo en el mes de noviembre en clase de 2.º comandante y con destino en la Comandancia de Vitoria, sirviendo a continuación en las de Zamora y Sevilla.

Al iniciarse la guerra civil fueron puestos los Cuerpos de Carabineros bajo el mando del general Rodil, con el que marcharon a las provincias del norte. A su llegada fue puesto al mando del 1.er batallón de Carabineros y encuadrado en la División de Vanguardia.

Destacó, el 20 de agosto, en la acción de las Peñas de San Fausto y, el 1 del mes siguiente, en la de Abárzuza, ambas en la provincia de Navarra. Seguidamente fue trasladado a la provincia de Álava, ocupando con sus fuerzas la plaza de Guevara, desde donde acudió el 28 de octubre en auxilio de dos batallones de la División que habían ocupado Alegría, al mando del brigadier O’Doyle, no llegando a tiempo de impedir que Zumalacárregui los destrozase por completo y ocasionase la muerte del citado brigadier. Antes de finalizar el año se halló en la acción de Mañeru (Navarra), que obligó a los carlistas a levantar el sitio que habían puesto a Ciga, causando baja posteriormente en el Cuerpo de Carabineros, por reorganización de éste, y pasando agregado en primer lugar al Estado Mayor del general Luis Fernández de Córdoba y en el mes de noviembre al ejército de Cataluña, bajo el mando del general Espoz y Mina.

En el primer mes de 1836 tomó parte en el sitio puesto a la fortaleza del santuario de Nuestra Señora del Hort (Barcelona) y a continuación se hizo cargo del mando de la 3.ª brigada del dicho ejército, con la que acudió en mayo al levantamiento del sitio de Gandesa (Tarragona), puesto por Cabrera y Torner, persiguiendo a este último y obligándole a pasar el Ebro. Seguidamente combatió en la provincia de Castellón en la acción de la Cenia, levantó los sitios de Vinaroz y Benicarló, y se hizo cargo de la Comandancia General de la provincia de Tarragona, en la que continuó enfrentándose a las partidas carlistas.

La derrota del 7.º batallón carlista a principios de 1837 le valió el ascenso a brigadier, tras lo cual abandonó la Comandancia de Tarragona y pasó a la de Pamplona, siendo un año después puesto a las órdenes del general en jefe del ejército de Cataluña. Al tratar de incorporarse a su destino desde Madrid, fue hecho prisionero por Palillos en Villatobas, consiguiendo fugarse días después y regresar a Madrid.

Habiendo quedado sin efecto el destino anterior, en el mes de diciembre de 1838 fue nombrado comandante militar de la provincia de Cuenca.

El 6 de febrero ganó la Cruz de San Fernando de 3.ª Clase en la acción de Utiel (Valencia), en la que cayeron derrotados el batallón de Tiradores del Cid y dos escuadrones carlistas. En julio fue baja en dicha Comandancia y destinado en clase de coronel de Estado Mayor al ejército de Galicia, donde a su llegada se hizo cargo de la Comandancia General de la provincia de Orense, que muy pronto consiguió pacificar. Antes de que finalizase el año fue elegido diputado por La Coruña, por cuyo motivo se trasladó a Madrid.

El 7 de octubre de 1841 se enfrentó a la sublevación que tuvo lugar en Madrid, por lo que fue recompensado con el empleo de mariscal de campo, pasando a desempeñar el cargo de 2.º cabo de la Capitanía General de Castilla la Nueva, destino que abandonó al haber sido elegido senador por la provincia de La Coruña, pasando a desempeñar, durante las dos legislaturas siguientes, el puesto de secretario de la Alta Cámara.

En agosto de 1842 fue nombrado inspector general del Cuerpo de Carabineros de la Real Hacienda, recién creado por el general Rodil, presidente del Gobierno.

Al producirse, al año siguiente, el pronunciamiento contra Espartero, se mantuvo fiel a él, siendo ascendido a teniente general y nombrado capitán general de Galicia, pero el resultado de la acción de Torrejón de Ardoz y la salida de España del duque de la Victoria le obligaron a dimitir de sus cargos, pasando tras ello a la situación de cuartel en Madrid y de allí a París, de donde acudió a Galicia para ponerse al frente del pronunciamiento de Vigo, pero el fracaso del movimiento en otras ciudades le obligó a refugiarse en Portugal.

En abril de 1846 intentó por segunda vez sumarse al pronunciamiento de Galicia y fracasó de nuevo, teniendo que regresar a Portugal, desde donde fue desterrado a Inglaterra, residiendo en este país hasta que en julio de 1847 fue amnistiado, regresando a Madrid, de donde tendría que huir en marzo del año siguiente al producirse los sucesos del día 26, volviendo a emigrar, esta vez a Francia.

De nuevo amnistiado en julio de 1849, regresó a España, donde apoyó el alzamiento del mes de julio de 1854, siendo nombrado capitán general de las Provincias Vascongadas tras recuperar el poder el general Espartero.

Durante los años siguientes desempeñó el cargo de diputado por Cuenca, en dos ocasiones, en 1855 y 1858, y el de senador con carácter vitalicio desde 1858, y fue inspector general de Carabineros entre diciembre de 1855 y octubre de 1856, y entre julio de 1858 y junio de 1863.

 

Bibl.: P. Chamorro Baquerizo, Estado Mayor General del Ejército Español, t. I, Madrid, Imprenta de Tomás Fortanet, 1851-1854; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2003.

 

José Luis Isabel Sánchez

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