Iunius Brutus, Decimus. D(ecimus) Iunius M(arci) f(ilius) M(arci) n(epos) Iunius Brutus. Italia, p. m. s. II a. C. – ¿f. s. II a. C.? Senador romano y general en Hispania.
Fue uno de los grandes militares de Roma y protagonista, durante dos años, de la conquista de la Península Ibérica. Amigo del poeta Accius, se dice que éste grabó sus versos en los templos que Brutus consagró con los botines de sus campañas; se le considera un filoheleno en la Roma de su tiempo. Estuvo casado con una Clodia. Se desconoce su carrera anterior al consulado del año 138 a. C., que le daría el mando de las tropas de la Hispania ulterior.
Su presencia en Hispania debe situarse en dos años consecutivos, el 138 y el 137 a. C. En el primero de estos, como procónsul enviado a la Península para pacificar las zonas septentrionales de Lusitania, dirigió una campaña de sur a norte, tomando como base de operaciones Olisipo (Lisboa), ciudad que fortificó (Estrabón, Geografía, 3, 3, 1) para asegurar la navegación al interior y el suministro de los víveres que iba almacenando (Apiano, Iberia, 73, 75). Esta primera campaña, seguramente, llegó sólo hasta la línea del Duero, que no llegó a cruzar.
El año 137, tras obtener la prórroga de sus atribuciones como procónsul de la Ulterior, Brutus repitió el camino del 138 por la vía litoral de sur a norte desde Lisboa (Apiano, Iberia, 73-75; Estrabón, Geografía, 3, 3, 2), un antiguo camino que pudo ser la vía de penetración de la joyería de inspiración griega y fenicia en la Galicia castreña, y alcanzó la desembocadura del Duero (Festo, 5, 1), entrando en tierra de los que Roma llamaría los Callaeci, un nombre tomado del pueblo que habitaba en las cercanías de Cales (Oporto, Portugal). Luego llegó hasta el río Limia, que Estrabón (Geografía, 3, 3, 4) dice que unos llamaron Belión y otros Lethes; este último nombre deriva de la creencia difundida entre las tropas de que aquél era el mítico Lethes o río del Olvido, que hacía perder la memoria a quien lo cruzara, un mito que, según algunas fuentes, desbarató Brutus, cruzándolo en primer lugar y llamando luego por su nombre a los soldados (Plutarco, Cuestiones romanas, 34; Floro, 1, 33, 12; Livio, Per., 55). La campaña concluyó en la desembocadura del Miño, el Minius latino (Estrabón, Geografía, 3, 3, 4); cerca de allí pudo contemplar cómo “el sol caía en el mar y sus fuegos se apagaban en las aguas” (Floro, 1, 33, 12), lo que interpretó como la evidencia del sacrilegio que había cometido por cruzar el río del Olvido (Limia). Tras esto, volvió sobre sus pasos y se enfrentó a los Bracari y a sus aliados lusitanos en la región de Bracara Augusta (Braga, Portugal), según se sabe por Apiano (Iberia, 74), que describe el incidente como una de las grandes batallas de la Hispania antigua; a esta misma campaña pertenece el ataque a Talabriga (Apiano, Iberia, 75). Al término de su estancia peninsular, Brutus fundaría Valencia con veteranos de la guerra; más difícil es explicar su relación con el nombre de la ciudad de Brutobriga, atestiguado en monedas y en una mención de Esteban de Bizancio.
Si la expedición de Brutus en Callaecia fue sobre todo una operación militar, la ausencia de grandes batallas ha hecho pensar que fuera al mismo tiempo una primera exploración de los recursos minerales de la región, fundamentalmente en busca de oro y estaño.
De vuelta a Roma, celebró el triunfo y la obtención del botín el año 136 a. C., recibiendo el sobrenombre de Galaico por sus campañas contra los Callaeci; Ovidio magnifica su éxito indicando que “tiñó el suelo de sangre hispana” (Ovidio, Fastos, 6, 461-462), y Veleyo Patérculo (2, 5) le destaca como el principal general romano en Hispania hasta la conquista de Numancia por Escipión (c. 185 a. C.-129 a. C.), precisamente uno de los amigos de Brutus y que escribió sobre él un elogio perdido, el De imperio D. Bruti. Tras esta etapa, parece que participó en algunas campañas en el Illyricum y el año 129 a. C. era augur en Roma.
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Juan Manuel Abascal