Didius, Titus. T(itus) Didius T(iti) f(ilius) Sex(ti) n(epos). Italia, c. 140/130 a. C. – Ercolano (antes Herculaneum) (Italia), 11.VI.89 a. C. Senador romano y general en Hispania.
Se le considera hijo de Titus Didius, tribuno de la plebe del año 143 a. C. y autor de la lex Didia sumptuaria.
Se carecen de otros datos sobre su origen y relaciones familiares.
Aunque se disponen de suficientes evidencias sobre su carrera, no es posible conocer ésta al detalle durante los más de veinte años en que se mantuvo plenamente activo en la vida pública romana. Los primeros datos le sitúan como magistrado monetal en el año 113 o 112 a. C. pero no reaparece hasta el año 103 a. C., en que ocupó el tribunado de la plebe y trató de ejercer el derecho de veto en la condena a Quintus Servilius Caepio.
El año 101 a. C. fue nombrado pretor y enviado al frente de las tropas a Macedonia, derrotando a los Escordiscos en Tracia. Entre los años 100 y 99 a. C. fue gobernador de Macedonia, quizá con rango de procónsul, según se conoce por la ley délfica sobre la piratería, volviendo a Roma a finales del año 99, donde se le autorizó la celebración del triunfo (Cicerón, Contra Pisón, 61; Floro, 1, 39, 3-5; Rufo Festo, Breviario, 9; Ammiano Marcelino, Historia, 27, 4, 10).
Su carrera dio un vuelco importante, en su desarrollo geográfico y en su nivel político, con la designación para el consulado del año 98 a. C. junto a Quintus Caecilius Metellus Nepos. Además de impulsar diversas medidas sobre mercados y medidas, se le asignó el gobierno de la Hispania Citerior y el mando de las tropas que operaban en este territorio.
Sus actividades militares en la Península Ibérica se prolongaron desde el año 97 al 93 a. C. como procónsul, también en la Citerior, protagonizando diversos enfrentamientos. Entre los combates librados por Didius en Hispania, las fuentes (Salustio, Historia, 1, 88; Plutarco, Sertorio, 3, 3; Apiano, Guerras ibéricas, 99-100, etc.) aluden básicamente a los incidentes en la Celtiberia.
Gracias al relato de Apiano se conocen algunos de esos escenarios bélicos. La primera de estas referencias es un combate contra los Arévacos en el que habrían perecido veinte mil de éstos (Apiano, Guerras ibéricas, 99). Cita Apiano (ibid.) a continuación la conquista de Termes (Montejo de Tiermes, Soria), ciudad que Titus Didius ordenó trasladar al llano y edificarla sin murallas. En el mismo pasaje se refiere el autor de Alejandría a la conquista de Colenda, una ciudad aún sin identificar, que se rindió a Didius tras nueve meses de sitio y cuyos habitantes fueron vendidos como esclavos. Más confusa es la noticia de un cuarto enfrentamiento referido a una ciudad cercana a Colenda y también de ubicación desconocida dentro de la Celtiberia: según Apiano (Guerras ibéricas, 100), el año 102 a. C. Marcus Marius, con la aprobación de una comisión de diez senadores enviados a Hispania para organizar los territorios conquistados, fundó una ciudad en la que asentó a los indígenas que habían servido como auxiliares en la guerra contra los Lusitanos; debido a las dificultades de su subsistencia —y así sigue el relato de Apiano— esas gentes se habían dado al pillaje, por lo que Titus Didius preparó una estratagema para reunirlas y aniquilarlas; el autor insiste en que de nuevo esta acción fue aprobada por la citada comisión senatorial y que fue la causa directa de la posterior celebración del triunfo por parte de Didius en Roma.
Durante sus campañas en Hispania entre los años 98 y 93 a. C., Titus Didius invernó en la ciudad de Castulo, cerca de Linares (Jaén), siguiendo así una costumbre que se remontaba a los inicios de las guerras de Roma en la Península Ibérica y que hacía de Turdetania y Carpetania el escenario del descanso de las tropas; con él viajaba como tribuno militar Quintus Sertorius, que algo más de una década después protagonizaría la historia de Roma. En una de esas estancias en Castulo, quizá el año 97 a. C., los castulonenses pidieron ayuda a sus vecinos de Orisia para atacar a las tropas romanas y acabar así con sus arbitrariedades; tras el ataque sorpresa, Sertorio y algunos de los soldados consiguieron escapar y repeler la agresión, volviéndose luego contra la ciudad de origen de los atacantes, en la que causaron numerosas víctimas antes de vender al resto de la población como esclavos (Plutarco, Sertorio, 3).
A su vuelta a Roma el año 93 a. C. celebró el triunfo sobre los Celtíberos (ex Hispania de Celtibereis), el segundo en su carrera tras el de Macedonia. Es probable que con el botín de sus campañas llevara a cabo la restauración de la Villa publica en el Campo de Marte.
Tras un trienio sin noticias en las fuentes sobre las actividades de Titus Didius, durante la guerra civil en Italia se le encuentra el año 90 a. C. sirviendo como legado consular a las órdenes del cónsul Lucius Iulius Caesar (Apiano, Guerras civiles, 1, 40). A juzgar por los datos de Veleyo Patérculo (2, 16, 2) el año 89 a. C. estuvo, de nuevo como legado militar, a las órdenes de Sila, protagonizando con sus tropas la conquista de Herculaneum; según Ovidio (Fastos, 6, 567 s.), murió durante esa batalla el 11 de junio del año 89 a. C.
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Juan Manuel Abascal