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Juan de Dios González Dávila

Biografía

González Dávila, Juan de Dios. ?, p. t. s. XVIII – ¿Campeche (México)?, c. 1786. Militar, coronel del Ejército e ingeniero en jefe.

Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros el 18 de abril de 1744 como ingeniero delineador, después de aprobar los exámenes preceptivos. Fue su primer destino el peñón de Alhucemas, donde estuvo trabajando en sus fortificaciones. A partir de 1748, estuvo destinado sucesivamente en Barcelona, en Ciudadela (isla de Menorca) y en la costa de Granada, ya promovido a ingeniero extraordinario. También en 1748 estaba de nuevo en Alhucemas, donde levantó un Plano de la fronteriza costa de los moros de la plaza de Alhucemas.

En 1753 era destinado a la conclusión de la torre artillada del río de la Miel en Málaga y en ese mismo año solicitaba pasar a las Indias. En junio, también de 1753, estaba como ingeniero ordinario en Mérida (México), donde levantó varios planos de la ciudad de San Benito. Al siguiente año estaba construyendo el fuerte de San Felipe de Bacalar, realizando, además, varios planos de la provincia del Yucatán, donde estaba situado el citado fuerte. En los comienzos de 1754, recibía la orden de observar a los ingleses, situados en los ríos Valis y adyacentes, rechazando un ataque en el mes de marzo, formando después un proyecto de defensa de aquel puerto y una “relación circunstanciada” de las entradas de los ríos, avenidas, etc. En ese mismo año participaba en la expedición organizada por el mariscal de campo y gobernador de Yucatán, Melchor de Navarrete.

En 1755 pasó a la plaza de San Francisco de Campeche, donde realizó unos reconocimientos de la fortificación, con sus edificios reales, y un proyecto de lo que se debía ejecutar en ellos. Además, levantaba varios planos y perfiles. Al siguiente año era nombrado comandante interino de la Artillería del Yucatán, al tiempo que se le encargaban los estados de la artillería, municiones y pertrechos de Campeche, de la ciudadela de San Benito y del fuerte de San Benito de Bacalar. En 1757 estaba dirigiendo las obras de reparo del Real Colegio Tridentino de Mérida.

En 1763 realizó una Relación de la Isla de Tris (de Términos en Campeche) y, tres años después (1766), con dirección a la provincia de Yucatán y la costa de Honduras hasta la isla de Tris, salía en una nueva expedición, cuyos resultados vertía en el Reconocimiento de la Provincia del Yucatán y parte de la costa de Honduras, desde la Punta de Castilla, pasando por el Oeste y Cabo de Catoche, hasta la Isla de Trinidad o Presidio del Carmen. Acompañaba al documento con tres planos: Del Surgidero de Sisal, Parte de la Isla del Carmen y un tercero de la Provincia de Yucatán con las poblaciones de Mérida, Campeche, Valladolid y Bacalar. Además, en el informe consiguiente, añadía la descripción de las fortificaciones de Mérida, Campeche y del fuerte de Bacalar y daba noticias de todos los cabos, ensenadas, islas, ríos y puertos de esas costas. Respecto a Campeche, decía “la bahía de Campeche estaba al abrigo de vientos, pero de poco calado que obligaba a los navíos a desembarcar alejados de la ciudad”. Agregaba más datos sobre el almacén de pólvora y sobre los barrios de Guadalupe y San Román donde existían casas de madera, guano, piedra, etc. Finamente, según el citado informe, en esa fecha de 1766 se había terminado totalmente el perímetro murado de la plaza de Campeche. La traza era un octógono irregular con ocho baluartes en sus ángulos y bóvedas a prueba de bombas en su interior, para acuartelamientos, almacenes y aljibes.

En 1770 dibujó el plano del proyecto que se propone en el Presidio de Nuestra Señora del Carmen, en la isla de Frías, provincia de Yucatán, así como un plano de una parte de la isla del Carmen y del golfo de Campeche, también en Yucatán, así como un plano de la citada provincia.

En 1772 levantaba dos planos del fuerte de San Felipe de Bacalar, en el que, según estos planos, construyó nuevas garitas y se elevaron y reforzaron las cortinas.

En 1776, González viajó a la costa del Pacífico del virreinato mexicano, para informar sobre el castillo de San Diego en Acapulco, principal elemento de la defensa de Nueva España en esa costa, señalando la necesidad de realizar unos reparos de urgencia, aunque todas las obras ejecutadas fueron destruidas por el terremoto de ese mismo año. Finalmente, en 1781, seguía trabajando en obras auxiliares en la plaza de Campeche.

La orden Real de 1778 sobre construcción de aduanas fue debida a que el Consejo de Indias tuvo constancia de una instalación inadecuada, pues ambas aduanas de Mérida y Campeche tenían edificios impropios de su importancia comercial. Trasladaron esta orden al comandante de Ingenieros Juan de Dios González para realizar un nuevo proyecto, pero no lo pudo realizar al no disponer de un solar adecuado.

El 1 de junio de 1781, daba el visto bueno al plano y perfiles que el ingeniero militar Juan José de León había realizado de la batería provisional de San Roberto en Campeche. En una relación que formulaba respecto a los últimos baluartes de Campeche, señala que, hasta entonces, “había servido en el Regimiento Inmemorial del Rey tres años y dos meses y en el Cuerpo de Ingenieros llevaba treinta y seis años”.

El 19 de mayo de 1786, Rafael Llobet recibía un oficio del gobernador de la plaza de Cádiz “comunicando Real Orden por la que se destina al ingeniero Ordinario Rafael Llobet a la Provincia de Yucatán reemplazando al difunto Ingeniero Jefe Juan de Dios González”.

 

Obras de ~: Reconocimiento de la Provincia del Yucatán y parte de la Costa de Honduras, en que se manifiestan los surgideros, cabos, ensenadas, etc. Que deben fortificarse, y relación exacta de la ciudadela de San Benito de Mérida, plaza de Campeche, Fuerte de Bacalar y Presidio del Carmen, Mérida (México), 1766.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exps. personales.

H. Capel et al., Los ingenieros militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad, 1983; J. A. Calderón Quijano, Historia de las Fortificaciones en Nueva España, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1984; C. Martínez Martínez, “Los problemas militares en la segunda mitad del siglo XVIII”, vol. XI-2, en VV. AA., Historia General de España y América, Madrid, RIALP, 1985; H. Capel et al., De Palas a Minerva, Barcelona, SERVAL - CSIC, 1988; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697- 1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1994; J. A. Calderón Quijano, Las Fortificaciones españolas en América y Filipinas, Madrid, MAPFRE, 1996; C. Virgili Belda, “La proyección hispanoamericana de la Academia de Matemáticas de Barcelona”, en VV. AA., La Academia de Matemáticas de Barcelona. El legado de los Ingenieros Militares, Barcelona, Ministerio de Defensa, 2004; A. Gil Albarracín, Documentos sobre la Defensa de la Costa del Reino de Granada (1479-1857), Barcelona – Almería, G.B.G., 2004; A. Cámara, “Introducción. Esos desconocidos Ingenieros”, en VV. AA., Los ingenieros militares de la Monarquía Hispánica en los siglos XVII y XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa - Asociación Española de Amigos de los Castillos, 2006, págs. 13-29; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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