Millán, Pedro. Llerena (Badajoz), 1662 – Buenos Aires (Argentina), 23.VI.1732 post. Capitán de caballos, funcionario, prior de la Orden Tercera de Santo Domingo.
Hijo legítimo del capitán Benito Millán y de Catalina Rodríguez Baja de Gata. Llegó al Río de la Plata en la leva de 1681. Desde joven fueron reconocidas sus cualidades para el desempeño militar, y recompensado en 1714 con la distinción de “persona fidedigna” para guardador de pesos, según costumbre de la época. A partir de sus dos matrimonios, se vinculó con familias criollas prominentes. Contrajo primer matrimonio el 29 de septiembre de 1694, con María Pérez de Otárola, natural de Buenos Aires, con carta dotal de 1696 por 5.000 dólares, en concepto de contribución a las cargas conyugales.
Durante el gobierno del capitán Agustín de Robles (1691 y 1700), fue comisionado para el reconocimiento de minas de oro en el Uruguay. En 1720 pasó a la actual provincia de San Juan para impedir las faenas de sebo y grasa, en virtud de los perjuicios ocasionados a la ciudad de Buenos Aires, y a los severos controles existentes.
El 12 de agosto de 1725 contrajo su segundo matrimonio con Juana Rodríguez de Figueroa, con carta dotal de la misma fecha. Al año siguiente, el 1 de julio de 1726, ingresó y participó de la fundación de la Tercera Orden de Santo Domingo en Buenos Aires, integrando el primer Consejo directivo con el cargo de subprior y tesorero. Al año siguiente fue designado prior. La escasez documental no ha permitido reconstruir su paso por dicha institución, sólo hay registros de su presencia hasta 1732.
En los años posteriores fue delegado por el gobernador Zabala para los actos de emplazamiento de la ciudad de Montevideo, y desarrolló, a partir de entonces, una vasta labor en el emprendimiento. En Acta del 24 de diciembre de 1726 fijó la jurisdicción de la ciudad.
Su primera gestión fue el empadronamiento de los pobladores, labor que le ocupó dos años, hasta el 20 de diciembre de 1728. En sucesivos actos distribuyó solares entre los pobladores llegados de Canarias y estableció las festividades oficiales, acorde a las instrucciones oficiales otorgadas el 15 de enero de 1727. Diversos errores administrativos, por omisión o confusión, han dificultado precisar con certeza la reconstrucción de los hechos, llevando a presumir la existencia de una posible enfermedad ante dichas irregularidades.
En su testamento, fechado en Buenos Aires el 23 de junio de 1732, pidió en favor y caridad hacia sus hijos, merced de algunas tierras en concepto de remuneración a sus múltiples servicios.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Hermandad Seglar Dominicana (Buenos Aires), Libro I de Acuerdos y Elecciones (1726-1880).
L. E. Azarola Gil, Los orígenes de Montevideo, 1607-1749, Buenos Aires, La Facultad, 1933; E. Udaondo, Diccionario Biográfico Colonial Argentino, Buenos Aires, Huarpes, 1945, págs. 596-597; R. González (OP), “Algunos Hermanos ilustres de la Tercera Orden Dominica de Buenos Aires (1726-1810)”, en Segundo Congreso Nacional Terciario Dominicano, Córdoba (Argentina), 1963, pág. 74; H. Fernández de Burzaco, Aportes Biogenealógicos para un Padrón de Habitantes del Río de la Plata, vol. IV, Buenos Aires, 1989, pág. 344; R. Molina, Diccionario Biográfico de Buenos Aires, 1580-1720, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 2000, pág. 488; L. Jijena, “La Tercera Orden de Santo Domingo en Buenos Aires, 1726- 1810. Los Priores y su protagonismo”, en Primeras Jornadas de Historia de la Orden Dominicana en la Argentina, Tucumán (Argentina), Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, 2003, págs. 231-244; “La Tercera Orden de Santo Domingo en Buenos Aires: Inserción y participación social durante el siglo XVIII”, en Congreso Internacional de la Historia de la Orden Dominicana en América, Córdoba (Argentina), 2004, págs. 73-87.
Lucrecia Jijena
