Durán Morales, Pedro. Santiago de Compostela (La Coruña), 27.X.1860 – Madrid, 29.IV.1938. Platero.
Aunque fue el menor de trece hermanos y sus padres eran de condición humilde, supo desenvolverse hasta llegar a convertirse en uno de los principales plateros de Madrid. Su singular habilidad para el dibujo le permitió incorporarse muy joven a uno de los oficios de más renombre de su ciudad natal: la orfebrería.
Comenzó su andadura profesional en el taller de Eduardo Rey Villaverde, pero a la edad de veinte años se trasladó a Madrid. Encontró trabajo en el taller de Leoncio Meneses, donde destacó por su dominio técnico y sus dotes artísticas. Pero para acabar de perfeccionar su ya probada preparación decidió marchar a París, donde estuvo hasta 1885. Al volver a Madrid se asoció con Carlos Muñoz para crear el Taller de Platería y Cincelado Muñoz y Durán. En 1886 se casó con Aurora Rey, su novia de toda la vida. En julio de 1887 nació su primer hijo, que murió a los nueve meses. El segundo —Pedro— nacería en septiembre de 1888 y después fueron llegando otros hasta un total de ocho.
Mientras tanto, el negocio progresaba. Personajes de la nobleza y congregaciones religiosas fueron sus principales clientes en esta época. El taller fue aumentando de tamaño y a la vez modernizándose: la preocupación por el progreso técnico fue una constante inquietud de Durán y una de las claves de su éxito empresarial. En 1891 los dos socios decidieron separarse, pasando la empresa a denominarse Taller de Platería, Repujado y Cincelado de Pedro Durán. La maestría del platero empezó a ser notoria y en 1899 fue nombrado proveedor de la Real Casa. El nombramiento fue un gran honor y también fue importante para afianzar el negocio. Los años en torno al cambio de siglo representaron para la empresa una época de fuerte expansión y modernización. La incorporación de nueva maquinaria permitió incrementar la capacidad técnica y productiva. El taller fue uno de los pioneros en la industrialización de una actividad que hasta entonces había sido esencialmente artesanal.
Gracias a la expansión de la demanda, el taller siguió incrementando el número de empleados, de cuyo bienestar siempre se preocupó el fundador. En 1901 constituyó la Sociedad de Socorros Mutuos de Operarios y Dependientes de la Fábrica de Platería de Don Pedro Durán, que estuvo funcionando hasta la implantación de la moderna Seguridad Social.
Durante las primeras décadas del siglo xx consiguió convertirse en proveedor de otros establecimientos, tanto de Madrid como de otras ciudades. Iniciaba así una política de ventas al por mayor de productos estandarizados. Los objetos de Durán empezaban a verse en los escaparates de comercios de muchas ciudades y dejaban de convertirse en un producto casi exclusivo de la nobleza para ponerse al alcance de la burguesía e, incluso, de la creciente clase media. En esta nueva estrategia empresarial, tuvo un papel destacado Pedro Durán Rey, el hijo mayor de la familia, que sería el sucesor de su padre al frente del negocio.
En el aspecto personal, Pedro Durán fue convirtiéndose en un personaje de prestigio y de fortuna. Esto le permitió dedicar más tiempo a su familia, al descanso y a sus aficiones.
Pero el advenimiento de la República, el exilio del Rey y la convulsión social y política que se produjo a partir de 1931, influyeron negativamente en la marcha del negocio. Sin embargo, Pedro no perdió el optimismo ni la visión de futuro. En 1932 decidió comprar un terreno de cinco mil metros cuadrados pensando en las necesidades de expansión de la empresa.
A sus setenta y dos años, seguía mostrando una gran vitalidad. Pero al estallar el conflicto civil, la fábrica fue ocupada por el ejército. En 1937 le fueron requisados más de mil kilos de metales preciosos y la familia fue obligada a abandonar su domicilio. Anciano, enfermo y despojado de sus bienes, Pedro Durán Morales fallecía el 29 de abril de 1938. Nueve meses después, el 8 de enero de 1939, lo haría su esposa.
Terminada la guerra, Pedro Durán Rey, con la misma energía que su padre, volvió a poner la fábrica en funcionamiento. En 1943 la empresa tomó la forma de sociedad anónima. En esta época los productos de Durán empezaron a ser conocidos y valorados en los mercados internacionales. Pedro Durán Rey falleció el 6 de agosto de 1958, haciéndose sus hijos cargo de la empresa, que ha seguido expandiéndose desde entonces hasta la actualidad.
Lo que empezó siendo un pequeño taller artístico de platería, se ha convertido en una fábrica de quince mil metros cuadrados con más de ciento sesenta empleados, que sigue realizando tanto obras puramente artesanales como productos estandarizados de calidad.
Los bienes de “Pedro Durán. Plata Firmada” se venden de manera estable en más de cincuenta y cinco países.
Bibl.: Pedro Durán. 112 años diseñando en plata y joyas, 1886- 1998, Madrid, Pedro Durán, S.A., 1998.; www.pedroduran.es; www.duranjoyeros.com
José María Ortiz-Villajos López
