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Francisco Luis de Bruna Rico

Biografía

Bruna Rico, Francisco Luis de. Lucena (Córdoba), 1682 – Lima (Perú), 18.IV.1688. Fiscal de la Inquisición, obispo.

Natural de la ciudad de Lucena, del señorío del duque de Medinaceli, hijo legítimo de Bartolomé Ruiz de Bruna y de Catalina de Medina Rico. Su familia procedía del tronco Rico de Rueda y era una de las más notables de Lucena. El origen se insertaba en la historia más noble de la ciudad, porque el capitán Juan Rico, fundador de la dinastía, participó en la batalla del Arroyo de Martín González en 1483, bajo el mando de Diego Fernández de Córdoba. En esta batalla fueron derrotadas las fuerzas de Boabdil y, en premio a su papel destacado, Juan Rico recibió la carta de hidalguía. Este capitán procedía de Antequera, donde su familia poseyó un regimiento perpetuo.

Francisco Luis de Bruna Rico fue bautizado en Lucena el 7 de enero de 1682 y murió en Lima el 18 de abril de 1688, donde fue enterrado en la capilla del tribunal del Santo Oficio. Comenzó su formación en la Universidad de Granada, por la que se graduó de bachiller en Cánones en 1656. En 1657 entró como colegial en el Colegio de Santa María de Jesús de Sevilla, ciudad en la que su tío Fernando de Medina Rico era inquisidor del Santo Oficio. Este colegio, germen de la Universidad de Sevilla, era uno de los elegidos con más frecuencia por las familias de Lucena para la formación de sus hijos. En 1661 fue elegido rector del colegio por primera vez, por segunda en 1663 y una tercera en 1666. En 1662 se graduó de licenciado y doctor en la Facultad de Cánones de la Universidad de Sevilla y tuvo en propiedad por oposición las cátedras de Instituta, Víspera de Leyes, Cánones y Decreto entre septiembre de 1659 y abril de 1665.

Probablemente el pariente inquisidor facilitase el camino para que Francisco Luis de Bruna recibiera el título de fiscal de la Inquisición de Cartagena de Indias, otorgado por Real Cédula dada en Sabanillas del Rey, el 28 de febrero de 1669. Realizó los trámites para embarcarse en Sevilla en ese mismo año, en el que su tío murió estando en Veracruz, camino de regreso a España, después de haberse ocupado como visitador del Santo Oficio en las ciudades de México y Cartagena. Del tribunal de Cartagena, en el que estuvo desde 1669 hasta 1674, pasó Bruna al de Lima, en el que estuvo desde 1675 hasta su fallecimiento en 1688. En 1680 el arzobispo de Lima, Melchor de Liñán, propuso a la Suprema a Francisco Luis de Bruna como una de las personas más capacitadas en el virreinato del Perú para encomendarle una prelacía eclesiástica. En efecto, fue presentado como obispo de Huamanga por Real Cédula de 12 de diciembre de 1685 y comunicó a la Suprema su aceptación en octubre de 1687. No obstante, no pudo hacerse cargo de ese obispado porque falleció en Lima el 18 de abril de 1688.

De su actividad como inquisidor en Lima se conoce el encargo extraordinario que recibió de la Corona en 1678 para que investigase al oidor más antiguo de la Audiencia de Lima, Tomás Berjón de Caviedes.

Bruna Rico intentó sin éxito liberarse de este cometido, alegando las dificultades en las que se veían los miembros del Santo Oficio cuando llevaban a cabo encargos que los hacían impopulares en lugares demasiado alejados de Madrid y podían dar lugar a situaciones peligrosas. Esta opinión ya había sido manifestada por otros inquisidores del Santo Oficio de Lima anteriores a Bruna Rico, que pidió al Consejo de la Suprema que no aprobara estas comisiones para no perjudicar las causas de la fe, propias del tribunal.

Conviene tener en cuenta la gran presencia social de los inquisidores, que en Lima ocupaban un lugar de privilegio determinado en la catedral, solían ser incensados en las ceremonias litúrgicas, se les daba a besar el Evangelio y los ministros del altar les daban la paz, entendido esto tanto en las funciones de la Iglesia diocesana como cuando recibían invitaciones para participar en centros de las órdenes religiosas.

La presencia en Indias de esta familia se amplió con Pedro de Medina Rico, que acompañó a Francisco Luis de Bruna a Cartagena, y con Bartolomé de Bruna, que fue oidor de la Audiencia de Nueva España y pasó a ocupar su cargo en 1755. Esta presencia repercutió en Lucena a través de donaciones y fundaciones realizadas a veces por vía testamentaria.

Francisco Luis de Bruna ordenó que se enviaran a Lucena catorce mil pesos para fundar tres capellanías y una memoria de huérfanas. Aparte de los beneficios que suponía la entrada de ese dinero, que sería invertido de manera que produjera una renta anual de alrededor de mil pesos, favorecía a la familia mediante el nombramiento de capellanes a Miguel de Góngora, que se trasladaba a Lucena desde Perú, Fernando de Medina Rico, viudo y vecino de Lima igualmente, y Juan y Fernando de Medina Rico, criollos naturales de Andaguay e hijos de su primo Fernando, el primero nombrado. La renta de la memoria de huérfanas la dejó a su hermana Clara de Morales Medina Rico, monja dominica en el monasterio de Santa Ana de Lucena, que a su vez fue patrona de todas las fundaciones, junto con su primo Pedro de Medina Rico.

A Sevilla envió quinientos pesos para el colegio de Santa María de Jesús, que debían ser destinados al sustento de los colegiales. Por fin, en Lima mandó fundar otra capellanía con una dotación de dos mil pesos para emplear la renta en la celebración anual de la fiesta de San Pedro de Arbués, el 17 de septiembre, en la capilla de San Pedro Mártir.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, Nombramiento de fiscal de la Inquisición de Cartagena (Real Cédula), Sabanillas del Rey, 28 de febrero de 1669, n.º 5794, L2, fols. 333v.-334v.; Fondo Indiferente, secc. Secretaría del Perú, Relación de méritos y servicios de Don Francisco Luis de Bruna Rico (Firmado por Pedro López de Echaburu), Madrid, 9 de julio de 1667, n.º 197; Pasajeros, Paso a Indias para ocupar el cargo de fiscal de la Inquisición de Cartagena, 23 de mayo de 1669, L12, E2505; Contratación, Expediente de Información y licencia de Francisco Luis de Bruna Rico, que va a Cartagena con dos criados, uno de Lucena llamado Fernando de Medina, 23 de mayo de 1669, n.º 5436, N82; Contratación, Sobre los bienes de Don Francisco Luis de Bruna. Con los del Alférez Andrés Moreno, n.º 979; Contratación, Bartolomé de Bruna, oidor de Nueva España, n.º 5497-14; Archivo General del Obispado de Córdoba, Capellanías, Sobre las capellanías fundadas en Lucena por Francisco Luis de Bruna Rico, n.os 614, 615 y 616.

A. García-Abásolo, “El inquisidor Francisco Luis de Bruna”, en M.ª Lourdes Díaz-Trechuelo y A. García- Abásolo (eds.), Andalucía y América, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1987, págs. 83-87; A. García-Abásolo, La vida y la muerte en Indias, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1992; P. Castañeda Delgado y P. Hernández Aparicio, La Inquisición de Lima, II. 1635-1696, Madrid, Deimos, 1995; M. A. Serrano Tenllado, El poder socioeconómico y político de una elite local. Los regidores de Lucena en la segunda mitad del siglo XVII, tesis doctoral, Córdoba, Universidad, 2004; J. A. Ollero Pina, “La Universidad (de Sevilla) en los siglos XVI y XVII”, en R. Serrera Contreras y R. Sánchez Mantero, La Universidad de Sevilla 1505-2005, Sevilla, Universidad-Fundación El Monte, 2005, págs. 135-204.

 

Antonio García-Abásolo

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