Oquendo, Antonio de. ?, p. m. s. xvi – 1547 post. Platero.
Artista de origen vasco. Es el más renombrado e influyente de los plateros activos en Segovia durante el siglo xv, y el máximo exponente del notable florecimiento de la platería religiosa local en época renacentista, en lo esencial, como en su caso, con tipología y ornamentación gótica.
Se le supone formado con el platero Juan de Ledesma, de quien fue criado, encargándose de terminar un relicario que él comenzó para la Catedral. Está documentado de forma continuada en los libros de cuentas catedralicios entre 1506 y 1523, junto con Diego del Valle, sucediéndole desde 1523 Pedro Muñoz y más tarde su hijo Diego. Su postergación se ha querido explicar como consecuencia de su adscripción a la causa comunera, aunque no recibió sanción y siguió trabajando sin dificultad, llegando a reaparecer en las cuentas de la Catedral en 1536. Para ella había realizado con anterioridad un acetre con su hisopo (1506), un cetro (1509), un pie de la cruz, un cetro y unos cálices (1518) y otro cetro pequeño (encargo en 1519); y en 1520 cinceló el pie de un cáliz dorado que había de donar el arcediano Cristóbal de la Concha. En 1513 se le encomendó también un relicario de San Frutos iniciado por el platero Juan de Ledesma, pero el registro de los pagos parece probar que el encargo fue cancelado.
Sus cruces procesionales se cuentan entre las más notables de la orfebrería segoviana. Son de tipología gótica, con algunos pormenores ornamentales renacentistas. Pero sólo la rica manzana de la cruz de plata y cristal de roca seiscentista de la Catedral (1519) —también con punzón de Diego Muñoz— y la notabilísima cruz de El Salvador de Segovia, empezada en 1525, están datadas, y resulta difícil establecer su evolución. Destaca en ellas su complejo castillete gótico de tracería, en cuatro alturas, y tubo de enmangar muy trabajado. En varias de sus obras aparece junto a su punzón el de Diego-bajo acueducto, posiblemente de Diego del Valle.
Las no menos notables cruces Sotosalbos y El Salvador de Fuentepelayo sobresalen por su monumentalidad y aparato arquitectónico. Llevan tubo de enmangar doble, con decoración gótica, manzana de tracería de tres pisos, con capillas y superior circular, cuadrón con doseletes y brazos trebolados o flordelisados, con capillitas. Las de El Salvador y de San Miguel de Segovia —antes creída de Diego Muñoz— son de menores proporciones, con árbol calado y brazos trebolados con cuadrifolios más sencillos; disponen de ricas manzanas de tracería gótica, en dos cuerpos, e incorporan algunos elementos ornamentales renacentistas (niños, grutescos, Hércules...). Son también suyas las de Santa María de Aguilafunte, Santa María de Maderuelo, Moral de Hornuez, Navas de Oro y Aldeonsancho. La de la Colegiata de La Granja, procedente de la iglesia de Santa Columba de Segovia, con manzana hexagonal de rica tracería gótica y cuadrón con doseletes, responde también a su estilo, pero es de atribución dudosa, debido a la única marca identificable: “diego”. El cáliz de San Esteban de Segovia, similar a los de Diego del Valle, comparte la suntuosidad de las cruces, aunque con nudo ovoide y de labra menuda. También es suyo el de la ermita de Valverde de majano y un hostiario de Cantalucia (Soria).
Firma con punzón cuadrangular, en dos secciones “oqe/ndo”, preferentemente sobre la espiga o en el cuadrón del reverso, junto al contrataste: Acueducto sobre diego o “sego”.
Vivió en la calle Real de Segovia, en la plaza que hoy lleva su nombre. Era feligrés de San Martín, donde fundó una capellanía.
Obras de ~: Acetre con su hisopo, Catedral, Segovia, 1506; Cetro, Catedral, Segovia, 1509; Pie de la cruz, un cetro y unos cálices, Catedral, Segovia, 1518; Cetro pequeño, Catedral, Segovia, 1519; Cruz de plata y cristal de roca, Catedral, Segovia, 1519; Cáliz del arcediano Cristóbal de la Concha, Catedral, Segovia, 1520; Cruz, El Salvador, Segovia, 1525.
Bibl.: A. Gómez de Somorrostro, Descripción del Real sitio de San Ildefonso y sus jardines y sus Fuentes, Madrid, 1852, pág. 28; Marqués de Lozoya, “Notas sobre plateros segovianos del siglo xvi” y J. de Vera, “Cruces parroquiales y otros objetos de orfebrería religiosa” (XXIV exposición de Arte Antiguo), en Estudios Segovianos, XXIII (1971), págs. 99-100 y págs. 234, 242 y 246-248, respect.; E. Arnáez, “Orfebrería del siglo xvi en Segovia: los punzones de Diego bajo Acueducto”, en Archivo Español de Arte, LIV, n.º 215 (1981), pág. 252; Orfebrería religiosa en la provincia de Segovia hasta 1700, vol. I, Madrid, Esmeralda Arnáez, 1983, págs. 126-148; J. M. Cruz Valdovinos, “Platería”, en Las artes decorativas en España, II, en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, t. XLV, Madrid, Espasa Calpe, 1999, pág. 553; VV. AA., Las edades del Hombre [El árbol de la Vida] (Santa Iglesia Catedral, Segovia, 2003), Valladolid, Fundación las Edades del Hombre, 2003, págs. 229 y 231-232.
Fernando Collar de Cáceres
