Misol. ?, p. m. s. XII – Monasterio de Las Huelgas (Burgos), c. 1189. Religiosa cisterciense (OCist.), fundadora de Las Huelgas.
Aunque se ignoren la mayor parte de los datos personales de esta religiosa, el hecho de haber sido elegida para fundar el monasterio ideado y puesto en marcha por Alfonso VIII —Santa María de las Huelgas de Burgos— le coloca entre los personajes más distinguidos de Castilla en el siglo XII. Lo único que se sabe sobre su persona antes de 1187, momento en que asume la fundación del monasterio de Las Huelgas, es que pertenecía al monasterio de Santa María de la Caridad de Tulebras (Navarra), descendiente —según algunos historiadores— de la Casa Real de Aragón, mientras otros la hacen burgalesa, pero ni unos ni otros aducen documentos fehacientes.
El primer diploma en el que aparece como abadesa de Las Huelgas es en el que aparece el rey Alfonso, junto con su esposa Leonor y sus hijos, haciendo entrega “a vos doña Misol, abadesa de este monasterio y a todas vuestras hermanas, así presentes como venideras, que en él vivieren según la orden cisterciense para que leo poseáis perpetuamente”. En este diploma no sólo se le hace entrega de la fábrica del monasterio, sino también de muchas franquicias, liberalidades, villas, heredades, campos y multitud de posesiones con objeto de que las religiosas puedan desarrollar su vida consagrada de una manera digna. El Monarca quería hacer del Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas cabeza de los restantes monasterios existentes dentro de sus estados.
Desde entonces logró el Rey ver dependientes de Las Huelgas casi todos los monasterios de Castilla y León, y aunque esto contradecía las normas tradicionales de la Orden, en que no podía un monasterio más antiguo vivir sujeto a otro más moderno, las autorizaciones obtenidas de las jerarquías de la Orden lograron que ese caso se dispensaran esas normas antiguas. Una vez solucionado concurrieron a Las Huelgas para tener el primer Capítulo General de abadesas, presidido por ilustres monjes de la Orden, entre ellos el obispo de Sigüenza fray Martín de Finojosa, fundador y abad de Huerta, principal promotor de aquella nueva entidad monástica ideada por Alfonso VIII.
Desde este momento quedó constituida la primera federación femenina de monasterios que perduraría durante siglos hasta 1874 en que fue disuelta por la Santa Sede habiendo sido Misol la principal promotora.
En menos de tres años vio levantarse rápidamente este ilustre monasterio sobre todos los que había en los reinos españoles, agruparse en torno a su autoridad reconociéndola como prelada y superiora de muchos conventos.
No se sabe ni el día ni el lugar exacto de su enterramiento, tan sólo que no aparece firmando diplomas regios después del año 1189. Se cree que, por lo mismo, no tiene razón A. Manrique cuando retrasa su muerte hasta 1202.
Bibl: A. de Yepes, Corónica General de la Orden de San Benito, Valladolid, Matías Marés, 1609; A. Manrique, Anales Cistercienses II, Lugduni, 1642 a. 1187, c. IX, n.º 4; J. Moreno Curiel, Jardín de flores de la gracia, vida de la venerable Antonia Jacinta de Navarra [...], Burgos, Imprenta de Atanasio Figueroa, 1736; R. Muñiz, Médula histórica Cisterciense, t. V, Valladolid, Imprenta Viuda de Tomás de Santander, 1786; J. M.ª Calvo, Apuntes sobre el célebre monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, Burgos, Imprenta de D. Sergio de Villanueva, 1846; M. Novoa Varela, El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos, Reseña de su fundación y privilegios, Burgos, Agapito Díez y Cía., 1884; J. Agapito Revilla, El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos, Apuntes para su estudio histórico artístico, Valladolid, Imprenta de Juan Rodríguez Hernando, 1903; A. Rodríguez López, El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos y el Hospital del Rey, Burgos, Centro Católico, 1907; J. Ávila y Díaz-Ubierna, El Real Monasterio de las Huelgas, su origen y fundación, Burgos, Imprenta Marcelino Miguel, 1941; J. M.ª Escrivá de Balaguer, La Abadesa de las Huelgas, tesis doctoral, Madrid, 1944; D. Yáñez Neira, “La espiritualidad en las Huelgas, doña Misol o Marisol”, en Cistercium, 39 (1987), págs. 383-384.
Damián Yáñez Neira, OCSO