Argote, Francisco de. ¿Montilla? (Córdoba), p. t. s. XVI – Córdoba, 1604-1616. Juez de bienes confiscados de la Santa Inquisición de Córdoba.
Hijo de un segundo matrimonio de Alonso Fernández de Argote, veinticuatro de Córdoba, con Leonor de Angulo y Aranda. Nació probablemente en Montilla (Córdoba), de donde fue alcalde su abuelo materno, Alonso de Aranda. Varias noticias legales sobre un pleito por herencia contra su hermanastro Alonso, hijo del primer matrimonio de su padre, cuya primera instancia se remontaría a 1522, indican que era menor de edad en 1533, por lo que se puede fijar su fecha de nacimiento en la segunda década del siglo XVI.
Francisco de Argote no heredó el mayorazgo de su padre ni la veinticuatría. Vivió en Montilla hasta 1557, fecha en que, tras recibir una donación con parte de los bienes de su madre y de su tía materna, contrajo matrimonio con Leonor de Góngora y fijó su residencia en Córdoba. De esa unión nacieron los siguientes hijos: Francisca, Luis, Alonso, María y Juan.
El 26 de mayo de 1561 se emite una cédula real firmada por Juan Vázquez de Molina, secretario de Felipe II, que le ordena ir a Madrid como juez de residencia. El 11 de junio de ese mismo año jura el cargo de corregidor de Madrid. Justo un mes después, el 11 de julio de 1561, nace su hijo Luis. En 1563, dos cédulas reales firmadas por Francisco de Eraso, secretario de Felipe II, lo nombran juez de residencia en Andújar y Jaén. En un documento del 16 de octubre de 1576 y en numerosos testimonios posteriores es citado como juez de los bienes confiscados en el Oficio de la Santa Inquisición de Córdoba, cargo que ocupará hasta su muerte. En 1580, es nombrado caballero veinticuatro de la Ciudad de Córdoba, por renuncia voluntaria de Gonzalo de Saavedra, uno de sus yernos. El 2 de enero de 1604 escribe su testamento.
Se desconoce la fecha exacta de su muerte; sólo se sabe con seguridad que había fallecido antes del 18 de febrero de 1616, pues ésa es la fecha del testamento de su hijo Juan, quien lo menciona como difunto.
Licenciado en Cánones por la Universidad de Salamanca, se relacionó muy pronto con eruditos cordobeses del siglo XVI, como su amigo Ambrosio de Morales, quien lo elogia en su Crónica general, y Juan Ginés de Sepúlveda, con quien mantuvo una correspondencia en latín en torno a 1552. Los círculos intelectuales de su ciudad dejaron encomiásticos testimonios de la nutrida y valiosa biblioteca de este humanista y bibliófilo del siglo XVI, padre de Luis de Góngora y Argote.
Bibl.: M. Artigas, Don Luis de Góngora y Argote. Biografía y estudio crítico, Madrid, Real Academia Española, 1925, págs. 8-14; J. de la Torre y del Cerro, “Documentos gongorinos”, en Boletín de la Real Academia de Córdoba, vol. VI, n.º 18 (1927), págs. 93-98, 112-113, 124, 173-177 y 195- 198; A. Martín Lázaro, “El padre de D. Luis de Góngora, corregidor de Madrid”, en Revista de Bibliotecas Archivos y Museos, IV (1927), págs. 363-364; D. Alonso y E. Galvarriato de Alonso, Para la biografía de Góngora: documentos desconocidos, Madrid, Gredos, 1962, págs. 37-38, 43-48 y 56-58; R. Jammes, Etudes sur l’Oeuvre poétique de Don Luis de Góngora y Argote, Bourdeaux, 1967 (trad. de M. Moya, La obra poética de Don Luis de Góngora y Argote, Madrid, Castalia, 1987, págs. 7-10, 66 y 185).
Joaquín Roses Lozano