Irene, Santa. España, s. IV – Roma (Italia), s. IV. Virgen y santa.
Los únicos datos históricos que se poseen sobre santa Irene los proporciona el epitafio de quince versos que, para ella, escribió su hermano, san Dámaso.
En 1901, monseñor Wilpert descubrió, en la Vía Argentina de Roma, las ruinas de una pequeña basílica donde, según el Liber Pontificalis, el Papa había sido enterrado en unión de su madre y su hermana.
Irene probablemente tuvo origen hispano, hija de Antonio, de oficio escribano y de Lorenza, que murió nonagenaria, habiendo consagrado su viudedad a Dios.
Muy joven, según su epitafio, ofreció su virginidad a Dios y murió cuando contaba unos veinte años.
Su tumba, junto con la de su hermano, fue venerada por los peregrinos de la antigüedad, y en el siglo XVII los hagiógrafos españoles compusieron una breve biografía y colocaron su fiesta el día 21 de febrero.
Bibl.: A. Ferrua, Epigrammata Damasiana, Città del Vaticano, Istituto di archeologia cristiana, 1942, págs. 107-111; R. Valentini y G. Zucchetti, Codice topografico della città di Roma, Roma, Tipografia del Senato, 1946, pág. 110; L. Duchesne (ed.), Liber Pontificalis, vol. I, Parisii, E. de Boccard, 1955, pág. 213; A. Amore, “Irene”, en Bibliotheca Sanctorum, vol. VII, Roma, Pontificia Università Lateranense, 1961-2000, col. 885; Acta Sanctorum Database, Antuerpiae-Bruxellis, Sociedad de Bollandistas, 1643-1940, febrero III, cols. 244-245, acta.
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Elena Sainz Magaña