Teodemiro. Teodemirus vir illuster. ¿Orihuela (Alicante)?, ú. t. s. vii – c. 743. Señor autónomo, bajo dominio islámico, de la “cora de Tudmir” (sudeste español).
Los datos seguros sobre Teodemiro proceden de una larga glosa inserta en el texto conservado de la Crónica Mozárabe del 754, y del famoso pacto firmado entre él y ‘Abd a-Azīz b. Mūsà (segundo emir de al-Andalus) en abril del 713, transmitido por varias fuentes árabes referidas a la conquista islámica de España. La autenticidad e importancia del primer testimonio se basa en que muy seguramente su texto fue tomado de otra obra histórica del anónimo autor de la Crónica Mozárabe, que tenía una muy buena relación de amistad con Teodemiro.
Por ese primer testimonio, se sabe que Teodemiro en tiempos del reinado conjunto de Egica y Witiza (694-695/702) había obtenido una victoria sobre una flota bizantina que intentó desembarcar en tierras del sudeste, de donde era oriundo. Lo más probable es que el episodio haya que fecharlo entre el 698 y el 702 y que la flota bizantina se compusiera sobre todo de los restos del Ejército imperial del Exarcado de África y otros fugitivos tras la segunda y definitiva caída de Cartago en poder islámico. También parece probable que Teodemiro ejerciera entonces como conde en ese territorio del sudeste peninsular centrado en Orihuela, cuyo dominio le sería reconocido después por el gobierno islámico. Otra posibilidad nada desdeñable, dada la amplitud de ese territorio, es que Teodemiro fuera entonces duque de toda la Cartaginense.
Si esta segunda posibilidad fuera cierta convertiría a Teodemiro en un miembro de la alta nobleza palatina vinculada a la casa de los reyes Egica y Witiza (fallecido en 710). Sin duda esa circunstancia esta en favor de identificar a Teodemiro con un personaje de igual nombre que, junto a otros miembros de la familia de Egica, era el mortal objetivo de la conjuración liderada por el obispo toledano Sisberto contra Egica y su linaje poco antes de mayo del 693. La mayoría de la fuentes árabes que transmiten el famoso pacto apellidan a Teodemiro ibn ‘abdus (hijo de Abdus), lo que ocultaría un nombre godo con el elemento “-bado”. Un nombre para su padre que permitiría vincularle también con la familia de Egica, muy probablemente con la de su suegro y antecesor el rey Ervigio (muerto en 687). Un linaje y nombre que pudiera remontarse al mismo de la reina Baddo, esposa de Recaredo I (fallecida en 601).
El siguiente acontecimiento conocido de la vida de Teodemiro tiene que ver con el famoso pacto firmado con ‘Abd a-Azīz en abril del 713. Bastante de las fuentes islámicas que han transmitido lo explican como consecuencia de la resistencia armada que con un cierto éxito dirigió Teodemiro en sus dominios contra la conquista musulmana. Esta última habría tenido lugar en la segunda fase de la invasión, aquella que habría dirigido personalmente el gobernador del África musulmana, Mūsà b. Nużayr (padre de ‘Abd a-Azīz). Sin embargo parece probable que la campaña contra el territorio de Teodemiro fue realizada por el hijo de aquél, ‘Abd a-Azīz. La firma del tratado de paz y vasallaje privilegiado (aman) sería firmada por éste, por que su padre hacía unos pocos días que había abandonado la Península para dirigirse a Damasco, urgido a dar cuenta de su actuación ante el califa al- Walīd (muerto en febrero de 705). Las fuentes musulmanas hablan de la utilización por Teodemiro de una estratagema, situando a mujeres vestidas de soldados en la muralla de Orihuela, para forzar al invasor a una paz tan favorable para sus intereses. Un dato que posiblemente haya que considerar fruto del interés de esas fuentes por no admitir ningún tipo de inferioridad militar para las armas islámicas en la conquista del reino godo. El que la campaña contra Teodemiro tuviera lugar en esa fecha tardía no puede considerarse tampoco indicio, como con frecuencia se ha dicho, de que éste perteneciera a la facción de los que estaban en contra del rey Rodrigo o hubiera reconocido como soberano a Agila II. La tardanza en la campaña se explicaría fácilmente por el carácter periférico del territorio controlado por Teodemiro, y al margen del eje principal de la primera fase de la invasión. Si fuera cierta la pertenencia de Teodemiro a la familia de Ervigio- Egica-Witiza no habría que dudar, además, de su original reconocimiento de Rodrigo como rey.
El pacto firmado por Teodemiro reconocía a éste la continuidad de la situación socioeconómica existente en el momento de la invasión y en el gobierno, con autonomía interna, de un territorio compuesto por siete distritos que se reducen a importante localidades del sudeste peninsular. Centrado en Orihuela ese territorio incluía por el norte a Elche y Alicante, por el sur a Lorca, y por el oeste Bigastro (Cehegín) e Iyih (Toldo de Minateda, Hellín). A cambio de esa autonomía, de la seguridad de vidas y hacienda, y del libre culto cristiano, Teodemiro, sus nobles y sus dependientes y esclavos se obligaban al pago de un tributo personal (ųizîa), leal reconocimiento de la soberanía califal y admisión de una guarnición islámica.
Nada más firmado ese pacto Teodemiro debió abandonar la Península para reunirse a la comitiva de cautivos y nobles del reino godo que acompañaba a Mūsà en su camino a Damasco. Aquí obtuvo la confirmación del pacto del propio califa al-Walīd. Teodemiro pasaría algún tiempo en Damasco, sin duda atento a los problemas de la sucesión califal y al desenlace del juicio contra su valedor Mūsà, al que aconsejó el pago de la enorme multa impuesta por el sucesor de al-Walīd a cambio de conmutar la anterior pena de muerte. De vuelta a España Teodemiro lograría el respeto por los gobernantes islámicos de las condiciones del pacto. Su muerte tendría lugar poco antes de la venida del nuevo walí Abū l-Jaţţār. A su muerte le sucedió un tal Atanagildo.
Aunque la glosa de la “Crónica Mozárabe” es igualmente elogiosa para con éste desgraciadamente no afirma taxativamente que sea hijo de Teodemiro, lo que induce a pensar que se tratara de un familiar.
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Luis Agustín García Moreno