Coyto, Joaquín. Charpa. Sevilla, p. t. s. xix – ?, 1868 post. Torero (picador).
Fue uno de los grandes picadores del siglo xix, una época en la que los varilargueros de verdadero prestigio tenían en muchas ocasiones tanta fama entre los aficionados como la que disfrutaban algunas figuras del toreo. En esa época, intensa en emociones y extensa en el tiempo, picaron Agujetas y Badila, José y Juan Trigo, Antonio Pinto y Curro Calderón, Francisco Sevilla y Artillero, Matacán y Pegote, Habanero y Coriano, etc., y desde luego que también Charpa, entre otros muchos varilargueros de reconocido prestigio y fama.
Natural de Sevilla, las primeras noticias que se tienen de este picador hacen referencia, según Cossío, a su actuación en la plaza de esa ciudad el 26 de septiembre de 1841. El 25 de abril del año siguiente debutó en Madrid, alternando con José Trigo, de quien fue cuñado. López Izquierdo indica que esa corrida la torearon Juan Yust y Roque Miranda “Rigores”.
Cossío señala su presencia, frecuente pero no constante, en los festejos celebrados en Madrid entre 1848 y 1867. Y añade que el 28 de agosto de 1847 “puso una vara tan magistral en la plaza de Málaga que el público pidió para él el toro que la recibió, concediéndolo el presidente.
Charpa fue el picador de confianza de Cúchares durante muchos años. Nieto Manjón relata, siguiendo la revista La Lidia, que también banderilleaba a caballo.
Manuel Gaona Puerta escribió en la revista Sol y Sombra sobre el varilarguero sevillano: “El famoso picador Joaquín Coyto (Charpa) era de los que más se distinguieron en el primer tercio de la lidia de época de Montes, Redondo y Cúchares, y su nombre en cualquier cartel era un poderoso elemento para que la afluencia de concurrentes al circo taurino fuese más numerosa; pues tenía Charpa en todos los puntos de España gran cúmulo de amigos y admiradores que ansiaban el momento de verle trabajar para admirar su gallardía, su brazo (de jierro, decía él que era), su excelente manera de dominar al caballo, el modo de entrar y salir de la suerte, que era admirable, y la extraordinaria pujanza que demostraba cuando tocábale un toro de esos que no se ven hoy, que tenían seis añitos cumplidos, tentados con esmero grande, con buenas defensas, de romana inmensa y que recargaban con un ímpetu que atemorizaba a los espectadores.
Charpa sabía cumplir con su deber como el primero [...]. Tan grande como el arte que tenía era el amor propio que le dominaba”.
Se retiró hacia 1868. Cossío añade que su nieto José Coyto, que se apodaba como su abuelo, fue picador en los años siguientes a la retirada de Charpa.
Bibl.: J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 208-209; F. López Izquierdo, Plazas de toros de la Puerta de Alcalá (1739-1874), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1988; L. Nieto Manjón, La Lidia. Modelo de periodismo taurino, Madrid, Espasa Calpe, 1993, pág. 188; L. F. Barona Hernández y A. E. Cuesta López, Suerte de vara, Valencia, Diputación Provincial, 1999; M. Feiner, Toreros de plata. Historias y vivencias de cuadrillas, Madrid, Espasa, 2004, pág. 33.
José Luis Ramón Carrión