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Tasufín b. Alí

Biografía

Tāšufīn b. ‘Alī. ?, s. m. s. XI – Orán (Argelia), 27 de ramadán de 539 H./24.III.1145 C. Tercer y último Emir almorávide de al-Andalus.

Tāšufīn b. ‘Alī era hijo del emir ‘Alī b. Tāšufīn y una esclava cristiana llamada Ḏū-l-Ṣabāḥ, ignorándose la fecha exacta de su nacimiento. Fue el tercer y último de los soberanos almorávides que ejerció el poder sobre al-Andalus, territorio en el que desarrolló una intensa actividad antes de su proclamación como emir.

Dentro de su trayectoria es preciso distinguir dos etapas distintas, ambas caracterizadas por la intensa actividad bélica desplegada. La primera, más larga cronológicamente, transcurre en al-Andalus, donde Tāšufīn ejerció las funciones de gobernador entre 522-531/1128-1137, haciendo frente a la renovada ofensiva cristiana protagonizada por Alfonso VII. A partir de esa fecha se inicia la segunda etapa, que transcurre en el Magreb y se caracteriza por la continuidad de la actividad defensiva, ahora frente a los almohades de ‘Abd al-Mu’min, enfrentamiento en el cual acabó encontrando la muerte, ya como emir de los almorávides.

En principio, Tāšufīn no estaba destinado a ejercer la soberanía entre los almorávides y su acceso al poder fue producto de las circunstancias. Tras consultar a los jefes de las cabilas, su padre decidió que su sucesor sería su hijo Sīr, quien recibió el juramento de fidelidad de las principales ciudades andalusíes en el año 1128. Entonces, el emir ‘Alī envió a Tāšufīn a al-Andalus, cuyo gobierno le fue confiando poco a poco, a medida que probaba su eficacia política y militar, entregándole primero el control de la zona oriental (Granada y Almería) a lo que poco después añadió Córdoba (524/1130).

Se inicia así la primera fase de la carrera política y militar de Tāšufīn, cuya tarea fundamental fue la reactivación del ŷihād y el control de las fronteras. Es preciso tener en cuenta que las circunstancias habían cambiado notablemente desde las décadas anteriores, caracterizados por la crisis interna del reino castellano-leonés que se abre con la muerte de Alfonso VI en 1109. A partir de 1131, el rey Alfonso VII logró pacificar el reino y desde 1133 reinició la política expansiva, de forma que, durante varios años, Tāšufīn se entregó a la lucha contra los cristianos. Como señalara A. Huici, esta pugna se materializó en una sucesión anual de ataques y contraataques, aunque sin batallas decisivas ni variaciones significativas en la frontera, salvo la conquista o pérdida de castillos y fortalezas estratégicos pero secundarios.

Sin embargo, en el momento en que la pugna se hacía más intensa, Tāšufīn fue llamado a Marrakech por su padre, ya enfermo. Corría el año 531/1136-1137 y aunque las crónicas árabes atribuyen este hecho a los celos de su hermano, el heredero Sīr, por sus éxitos en el ŷihād frente a los cristianos, sin duda el factor decisivo hubo de ser la necesidad de hacer frente a la cada vez más intensa amenaza almohade. Tāšufīn no volvió jamás a regresar a al-Andalus, ya que, desde entonces y hasta su muerte su única tarea consistirá en tratar de detener el avance almohade, cuyo empuje se hizo creciente desde la proclamación de ‘Abd al-Mu’min en 1130. A partir de su llega a Marrakech se desarrollan siete años de luchas continuas durante los cuales Tāšufīn trató de sostener, sin éxito, a la declinante dinastía almorávide.

En este contexto de enfrentamiento con los almohades, la muerte prematura del príncipe heredero Sīr en 533/1138 impuso un cambio inesperado en la trayectoria de Tāšufīn. Siguiendo la costumbre establecida entre los almorávides, el emir ‘Alī b. Yūsuf consultó a los jeques de las cabilas, quienes, de forma unánime, se pronunciaron a favor del nombramiento como heredero de Tāšufīn, auténtico “hombre fuerte” del régimen y único que podía garantizar su subsistencia frente a la doble amenaza cristiana y almohade. Fue proclamado el 8 de rabī‘  II de 533/13 de diciembre de 1138 y su tarea siguió centrada en la lucha contra ‘Abd al-Mu’min y los almohades, contando con la ayuda de su lugarteniente cristiano, el caballero catalán Reverter. La muerte del emir ‘Alī b. Yūsuf el 24 de raŷab de 537/11 de febrero de 1143 significó el acceso a la soberanía de Tāšufīn, aunque sólo la ejerció durante dos años, plenamente dedicados a la lucha contra los almohades.

Al concentrarse toda su atención en la defensa del territorio magrebí, la situación en al-Andalus se fue deteriorando con gran celeridad. El descontento de la población andalusí, cuya primera manifestación importante fue la rebelión cordobesa de 1121, se fue convirtiendo paulatinamente en abierta independización, dando lugar a un nuevo proceso de fragmentación política del territorio similar al que se produjo con el hundimiento del califato. Por ello se habla ahora de las “taifas postalmorávides” que, en su mayor parte, fueron reconociendo la soberanía almohade. La rebelión frente a los almorávides se inició en el Occidente de al-Andalus con la figura de Ibn Qasī y su movimiento de los “novicios” (murīdūn), de resonancias sufíes, siendo proclamada por vez primera la adhesión a los almohades en al-Andalus el 17 de rabī‘ I de 539/17 de septiembre de 1144 en la localidad de Mértola. Poco después se produjeron las proclamaciones de los cadíes Ibn Ḥamdīn en Córdoba e Ibn Ḥassūn en Málaga (1145) y, progresivamente, las principales localidades andalusíes fueron saliendo de la soberanía almorávide.

Mientras al-Andalus escapaba al dominio almorávide, Tāšufīn se encontraba desde 538/1144 combatiendo a ‘Abd al-Mu’min en la zona Oriental de sus dominios magrebíes junto al caíd cristiano Reverter, el cual murió al año siguiente en las cercanías de Tremecén, anticipo de la muerte inmediata del propio emir, que se produjo en este mismo contexto cronológico y espacial. Tāšufīn se dirigió hacia Orán, con la intención de escapar de la presión almohade embarcándose en la flota comandada por el almirante Ibn Maymūn, probablemente hacia al-Andalus. Sin embargo, cuando intentaba acceder a las naves murió despeñado en los riscos costeros y su cadáver cayó en manos de los almohades en la noche del 27 de ramadán de 539/22 de marzo de 1145, siendo su cabeza enviada a ‘Abd al-Mu’min.

Tāšufīn es el último emir almorávide que merece realmente tal nombre y, tras su desaparición, la dinastía sólo duró dos años más. Su sucesión es bastante confusa aunque, en cualquier caso, resulta evidente que su muerte marca el completo declive del Imperio almorávide, cuyo acto final fue la toma de la capital por los almohades en marzo de 1147.

 

Bibl.: J. Bosch Vilà, Los almorávides, Tetuán, Editora Marroquí, 1956; A. Huici Miranda, Historia política del Imperio almohade, Tetuán, Editora Marroquí, 1956-1957, 2 vols.; “El Rawḍ al-qirtās y los almorávides”, en Hesperis-Tamuda, I/3 (1960), págs. 515-541; “Contribución al estudio de la dinastía almorávide. El gobierno de Tāšfīn ben ‘Alī ben Yūsuf en el Andalus”, Études d’Orientalisme dédiées à la mémoire de Lévi-Provençal, vol. II, París, G.-P. Maisonneuve et Larose, 1962, págs. 605-621; M.ª J. Viguera Molins, Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes, Madrid, Mapfre, 1992; (coord.), El retroceso territorial de al-Andalus. Almorávides y almohades (siglos XI al XIII), t. VIII/2 de Historia de España Menéndez Pidal, Madrid, Espasa Calpe, 1997; V. Lagardère, Les almoravides. Le djihâd andalou, París, L'Harmattan, 1998; H. T. Norris y P. Chalmeta, “Al-Murābiṭūn”, Encyclopédie de l’Islam, vol. VII, Leiden, E. J. Brill, págs. 584-591.

 

Alejandro García Sanjuán

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