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Diego Parada y Bustos

Biografía

Parada y Bustos, Diego de. Huete (Cuenca), 28.II.1763 baut. – Madrid, 3.X.1831. Diputado, abogado de los Reales Consejos y catedrático de Alcalá.

Nacido en la ciudad de Huete en la casa que llamaban Grande, frente al Pósito Real, de sus ascendientes Vidaurre de Orduña y que su padre había reformado pocos años antes, fue bautizado en su parroquia de San Pedro el 28 de de febrero de 1763. Era el segundo de los hijos de Antonia de Bustos, natural de Belinchón, hija a su vez de Francisca de Moya, nacida en Belmonte, y de Matías Francisco de Bustos y Frías, natural también de Belinchón; y de Marcos Antonio de Parada y Heredia Bazán, VIII señor de las villas de Huelves, Torrejón y Chozas de Piña, en su corregimiento, caballero de la Orden de Santiago, regidor perpetuo de Huete y su contador de Rentas Reales, patrón allí del Monasterio de Jesús y María y del de franciscanos descalzos en Cuenca, nacido en Toledo el 7 de mayo de 1717 cuando su padre era alcalde mayor. En efecto, Diego de Parada y Bustos era nieto paterno del optense Marcos José de Parada y Vidaurre de Orduña, VII señor de Huelves y demás, del Consejo de Su Majestad, abogado de los Reales Consejos y catedrático de la Universidad de Alcalá, alcalde del Crimen en la Real Audiencia de Valencia y mayor de Trujillo, Toledo, Córdoba, así como corregidor de Soria, Alcaraz, Ciudad Real y provincia de La Mancha, y de su prima Catalina de Heredia Bazán, hermana de Antonio, marqués de Rafal, caballero de Santiago, del Consejo de Su Majestad en Hacienda, y corregidor de Madrid desde 1747 a 1753, hijo de Diego de Heredia Bazán y del Álamo, caballero de Calatrava, y de Margarita de Parada, hermana de Francisco Alfonso, regidor perpetuo de Huete, I conde de Garcinarro, allí, desde 1707, y secretario de Justicia del emperador Carlos VI en Nápoles.

Ordenado de menores y beneficiado en su juventud por su tío abuelo Diego Antonio de Parada y Vidaurre de Orduña, obispo de La Paz y, desde 1761, XV titular de aquella mitra y primado del Perú, recibió cursos de Filosofía en el Convento optense de la Real y Militar Orden de la Beata Virgen Maria de La Merced entre 1777 y 1779. Convalidados luego por la Universidad de Alcalá a su instancia, y sobre los que presentó en latín memoria final a manera de tesis bajo auspicio del profesor de Filosofía fray Saturnino Antonio de Balaguer en impreso muy adornado del año 1779 y en gran tamaño, dedicada a su tío y benefactor el arzobispo, que defendió el 27 de mayo ante el jefe de estudios comendador fray José Rodríguez y demás padres de la casa. Convento muy relacionado con su familia desde casi los tiempos en que se levantó en el siglo xiv, y cuya capilla mayor de la iglesia fue de su patronato desde que en el año 1502 la fundó el licenciado Luis Méndez de Parada, del claustro de Valladolid y del Consejo de los Reyes Católicos, señor en aquella comarca de Villar del Saz de Don Guillén de Abajo y otros lugares cercanos.

Por la Universidad alcalaína obtuvo el grado de bachiller en Leyes en 1784, licenciándose en 1787, y el Consejo de Castilla le concedió el título de abogado de los Reales Consejos en 1789, recibiéndose más tarde de doctor en ambos Derechos y ocupando Cátedra en ella, ejerciendo también de director moderante de su Academia de Jurisprudencia de San Justo y Pastor. Fue rector entre 1791 y 1793, repitiendo durante el último bienio del siglo xviii.

Durante la Guerra de la Independencia fue vocal de la Junta de Gobierno de la ciudad de Huete, encabezando la suscripción popular de 1808 para entregar camisas nuevas al batallón de Cazadores de Bailén, “con la mayor necesidad”, bajo las órdenes del teniente coronel y sargento mayor Josef Salgado, que allí se hallaba acuartelado, según la relación de benefactores y aportaciones que recogió para ejemplo el Diario de Madrid, el 2 de noviembre de 1810.

Acudió como diputado por la provincia de Cuenca a las Cortes Generales y Extraordinarias de 1810, siendo elegido el día 11 de febrero de 1810 por trece votos de los dieciocho posibles de los electores correspondientes en el Ayuntamiento de la ciudad, según la Instrucción del primer día de ese año, y se le otorgó su poder el 13 de febrero, siendo aprobado por la Comisión de poderes el 16 de septiembre de 1810, jurando su cargo en la sesión nocturna del 24 de octubre. Participó en cuatro debates: organización de provincias, secretarios de las Cortes, reformas de Ultramar y planes de Hacienda. Cuando ya era inminente la lectura de la primera parte de la Constitución, optó por una reforma del poder ejecutivo, proponiendo la traslación de las responsabilidades desde la Regencia a los ministerios. Hizo una exposición bastante favorable a los beneficios que proporcionaban las rentas de Correos, Fusiles y Fortificaciones y, el 23 de noviembre, sustituyó al diputado Castelló en la comisión del Diario de Cortes. Se le concedió una licencia de dos meses para ausentarse por motivos de salud y, una vez restituido, entró a formar parte de la comisión de Biblioteca de las Cortes. Perteneció a dos comisiones más, la de Justicia y la especial de causas atrasadas. Apoyó, el 1 de marzo de 1812, la propuesta que el diputado gallego José Alonso presentó el 25 de febrero para que se suprimiera el llamado “voto de Santiago”, gravoso impuesto sobre cosechas agrícolas a favor de la iglesia metropolitana de Santiago. También aquéllas referentes a la primera parte de la Constitución, proponiendo que la responsabilidad de la Regencia, que actuaba en nombre y por el Rey mientras estuviera cautivo en Francia, pasara y quedase en los ministerios. Recogida en el título IV, capítulo 1.º, artículo 168: La persona del Rey es inviolable, y no está sujeta á responsabilidad. Y, tratando el 12 de septiembre de 1812 sobre reforma del poder ejecutivo, insistió en que se debería reducir el número de regentes de cinco a tres, y nunca aumentarlos como se pretendía. Vivió en Cádiz en la calle del Veedor, n.º 56, y según el padrón de Cádiz del año 1813, también en el n.º 129 de la calle Ángel.

Retornó a la política durante el Trienio Liberal y fue nombrado miembro del Consejo y Junta de Gobierno del Banco de San Carlos, dependiente de la Real Hacienda, en los años 1822 y 1823, por sus parentescos y amistad con personajes principales de similar inclinación, liberales moderados, a quienes trataba frecuentemente, coincidiendo en ambos años con Núñez de Haro, su compañero conquense en Cortes. Murió en Madrid el 3 de octubre de 1831, en su domicilio de la calle Huertas, n.º 9, de Madrid, con asiento en la parroquia de San Sebastián del inmediato 8, y entierro en el cementerio de la Puerta de Toledo.

Declarándose soltero, y ordenando oficios en el Monasterio de Jesús de Huete, testó el 25 de diciembre de 1827 en Madrid ante el escribano Raimundo de Gálvez y Caballero. Con testamentaría en la que figura pormenorizado inventario de acciones, créditos a su favor, y fincas rústicas y urbanas en Madrid, Barajas de Melo, Huelves, Huete y Tarazona de La Mancha. Muebles, alhajas, ropas, con numerosa pintura e importante biblioteca en las de Huete y Madrid, donde era dueño, calle de Ribera de Curtidores, n.º 6, de una fábrica de papel con casa de habitación y oficinas. Tasado todo en 1.327.850 reales, cantidad muy importante para la época, más lo que resultara de las fincas en Tarazona y lo pendiente entre las cuentas de administración, como un depósito al amparo del juez que se ocupaba de la Real Junta de Reclamaciones contra Francia.

 

Obras de ~: Has Theses Philosophicas de Ethica, seu Morali, in gratitudinis, servitutis, & amoris monumentum aeternum, Madrid, 1779.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 1 n.º 10.

M. Pando Fernández de Pinedo, marqués de Miraflores, Apuntes histórico-críticos para escribir la historia de la revolución de España, desde el año 1820 hasta 1823, Londres, Oficina de Ricardo Taylor, 1834; Congreso de los Diputados, Diario de sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias, Madrid, Imprenta de J. A. García, 1870; V. de Cadenas y Vicent, Caballeros de la Orden de Santiago. Siglo xviii, t. IV, Madrid, Hidalguía, 1979, págs. 253-254; A. Gil Novales (dir.), Diccionario Biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1990, pág. 505; J. M.ª García León, Los diputados doceañistas, t. II, Cádiz, Ayuntamiento, 2006, pág. 465; M. Parada y Luca de Tena, marqués de Peraleja, “Diputados por la Provincia de Cuenca en las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz. Años de 1810 a 1813”, en Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, vol. XII (2009- 2010); M. Urquijo Goitia (dir.), Diccionario biográfico de parlamentarios españoles. Cortes de Cádiz 1810-1814, Madrid, Cortes Generales, 2010 (CD-Rom).

 

Manuel Parada y Luca de Tena, marqués de Peraleja

 

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