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Antonio Eximeno y Pujades

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Biografía

Eximeno y Pujades, Antonio. Valencia, 26.IX.1729 – Roma (Italia), 9.VII.1809. Teórico musical y polemista.

Fétis y Saldoni sitúan su nacimiento en Barbastro (Huesca) en 1732, y su muerte en Roma en 1798. Subirá da como fecha de nacimiento la de 26 de noviembre de 1729, adelantando un año y un mes (9 de junio de 1808) la fecha de la muerte. Otaño propone 26 de abril de 1729 para el nacimiento. Ruiz de Lihory sitúa su nacimiento el 26 de septiembre de 1729 y adelanta un año y un mes la fecha de la muerte.

Nació Eximeno en Valencia, donde fue bautizado en la parroquia de San Pedro. Hijo de Vicente Eximeno y María Francisca Pujades o Puchades, se educó esmeradamente en el Seminario de Nobles de Valencia, regido por la Compañía de Jesús, y destacó en sus estudios por su gran aprovechamiento y una inteligencia despejada, pues traducía a los clásicos latinos, dictaba a la vez dos poesías latinas de distinto tema e improvisaba poesías latinas y castellanas a temprana edad. Hizo su ingreso en la Compañía de Jesús a los dieciséis años, y al terminar brillantemente los estudios reglamentarios de la Compañía fue ordenado sacerdote y desempeñó el magisterio como profesor de Retórica y Poética en el mismo Seminario de Nobles y en la Universidad de Valencia, alcanzando notoriedad y prestigio con sus sermones, enseñanzas y escritos poéticos. Hizo la profesión solemne el 2 de octubre de 1763. Consiguió publicar en Viena algunos ensayos, y en los cursos de 1762 y 1763 enseñó Matemáticas en el colegio de San Pablo, contiguo al Seminario de Nobles de San Ignacio. A fines de 1762 se propuso que fuese maestro de mecánica en la Academia de Bellas Artes que habría de fundarse en Valencia, y también se pensó en fundar para él una cátedra en la Universidad. Su fama como matemático hizo que el conde de Gazzola le confiase la dirección de los estudios de ciencias exactas en la Academia de Artillería de Segovia, y el 9 de noviembre de 1763 es nombrado director de estudios y profesor de la nueva Academia de Caballeros Cadetes y Oficiales del Real Cuerpo de Artillería en el Alcázar de Segovia, que había de inaugurarse el 16 de mayo de 1764, con el título de profesor primario. Sus preferencias didácticas se inclinaban sobre todo hacia las ciencias aplicadas, aunque no abandonó completamente la retórica.

El cese de Eximeno en la Academia de Segovia llegará el 5 de abril de 1767, comunicado por el conde de Aranda como consecuencia del extrañamiento de los jesuitas españoles. Eximeno hubo de trasladarse rápidamente a Santander, y salió rumbo a Italia el 7 de mayo de 1767. Llegó a Calvi (Córcega), y desde Civitavecchia llegó a Roma, donde se estableció, el 18 de octubre de 1767; en un principio no fue aceptado en los Estados Pontificios, y hubo de vivir precariamente en Florencia y Ferrara. Más tarde le fue concedida una pensión real. El mismo año se separó de la Compañía de Jesús antes de su extinción por Clemente XIV, secularizándose, pero se mantuvo muy cerca del resto de sus hermanos en religión desterrados en Italia, frecuentando su trato y relacionándose especialmente con Juan Andrés y Esteban de Arteaga.

En Roma se relacionó con eruditos y sabios italianos, escribió libros sobre Matemáticas, Astronomía y Filosofía, y fue admitido en el seno de varias sociedades literarias, como los Arcades de Roma, o los Ocultos.

Además, el exilio romano fue aprovechado por Eximeno para entregarse con verdadera pasión al estudio de la Música.

La trayectoria vital e intelectual de Antonio Eximeno se divide en dos períodos bien diferenciados, antes y después del destierro romano. En su etapa española no parece haber recibido en sus estudios formación musical alguna. El exilio italiano está marcado por el acercamiento a la filosofía y, sobre todo, a los temas musicales: estudia historia, estética y técnica de la música, y como desarrolla su cultura musical en edad adulta, reflexiona sobre los principios de la música y la metodología de los tratadistas de su tiempo y de épocas pasadas. En 1768 comenzó a estudiar probablemente con el padre Felice Massi, maestro de capilla de la iglesia de los Santos Apóstoles de Roma, que nunca lo reconoció como discípulo; Eximeno consideró a su maestro rutinario y rigorista, amante de las reglas justificadas por la fuerza de la costumbre, a las que el ex-jesuita valenciano no encontraba fundamento ni explicación. Por ello, abandonó desalentado el estudio del contrapunto para dedicarse a experimentar solo por otros derroteros, decepcionado por la rutina, el normativismo y la falta de preocupaciones estéticas. Quizás hubiera renunciado a sus estudios si no hubiera sido por la fortísima impresión que le produjo la audición del Veni Sancte Spiritus de Jommelli, interpretado en San Pedro por la capilla pontificia. Eximeno no encontraba explicaciones satisfactorias en sus lecturas de teoría musical, pero bajo los efectos de la audición de la obra de Jommelli sus dudas se disiparon. Abomina del contrapunto, además de manifestar su antipatía por las proporciones, temperamentos y números. Critica la teoría tradicional de la música europea, rechaza su fundamento matemático, y afirma su originalidad proyectando a la música sus convicciones filosóficas sensualistas, pues considera que toda regla musical tiene un origen instintivo.

El sistema sensualista de Eximeno se reduce a un único principio, “la música procede del instinto, lo mismo que el lenguaje”. La música es un lenguaje que conmociona el espíritu, con el mismo origen que la prosodia. La proyección del sensualismo en la música suponía la revolución de enfrentarse a teorías con una vigencia de siglos. La actitud crítica, la profunda reflexión ante los principios del arte musical y la ironía, componentes importantes del carácter de Eximeno, se ajustan a los principios neoclásicos; establece una base para superar el relativismo del juicio del gusto, delinea una doctrina de la significación moral de la música y ofrece la interpretación del hecho de la creación musical en clave psicológica. La música puede ser un medio moralizador, de educación y elevación espiritual del hombre, y una manera de evitar el ocio en los nobles. Además, Eximeno distingue perfectamente entre la música profana y religiosa, siempre que ésta adopte los criterios estilísticos de la época, defendiendo el uso litúrgico del canto llano sin emplearlo como base para las composiciones contrapuntísticas.

El conjunto de sus teorías formula unos principios derivados de la filosofía de su tiempo, que suplantan a las reglas anteriormente vigentes, para encontrar los principios fundamentales del arte musical y deducir de ellos sus reglas principales, con una actitud plenamente neoclásica a la búsqueda de principios inalterables y unas pocas reglas generales que no coarten la libertad del artista.

En 1771, Eximeno publica una hoja suelta con un prospecto y plan detallado del gran tratado Dell’origine e delle regole della Musica..., que se publicaría tres años más tarde. El prospecto escandalizó a los puristas, pero suscitó la curiosidad de todo el mundo. Al fin el tratado apareció en 1774, con el monumental título Dell’origine e delle regole della Musica colla storia del suo progresso, decadenza e rinnovazione. Opera di D. Antonio Eximeno, fra i Pastori Arcadi Aristosseno Megareo. Dedicata all’Augusta Real Principessa Maria Antonia Valburga di Baviera, Elettrice Vedova di Sassonia fra le Pastorelle Arcadi Ermelinda Talea. Su publicación produjo una polémica virulenta: los expertos italianos recibieron la obra con recelo y hostilidad, y Eximeno tuvo la paciencia de responder a todos los ataques, aunque también hubo elogios. En 1796 se publicó el primer tomo de la traducción castellana, Del origen y reglas de la Música, con la historia de su progreso, decadencia y restauración, y dio lugar a una polémica concretada en una serie de escritos aparecidos en el Diario de Madrid y en El Memorial Literario (1796). En 1796 y 1797 aparecieron los dos tomos restantes. Agustín Iranzo y Herrero, maestro de capilla de la colegiata de Alicante, y Manuel Cavazza, oboe de la Real Capilla, atacaron las teorías defendidas por el autor en el tratado. Eximeno, en Del origen... ataca a todos los que buscan en los cálculos matemáticos las bases de la música, arte que busca agradar al oído. Además, quiere basarse en los principios de la correcta prosodia para la composición musical.

Expone teorías que resultaban revolucionarias, como el origen común de la música como lenguaje y prosodia, o su carácter de lenguaje. Su idea de la ópera está impregnada de los ideales neoclásicos y rechaza el drama barroco en términos similares a los de la reforma de Gluck, aborreciendo los excesos del virtuosismo vocal. Las afirmaciones contenidas en Del origen... dieron lugar a grandes polémicas, pero también influyeron enormemente en la estética musical.

En el ambiente musical italiano, el escándalo que siguió a la publicación de Dell’origine... movió a los adversarios de Eximeno a pedir al padre Giambattista Martini que interviniera en la disputa, con escritos por ambas partes y la intervención de los discípulos del padre Martini en apoyo de su maestro.

En 1798 regresaría Eximeno a España una vez proclamada la República en Roma, para llegar a Valencia y reunirse con sus dos hermanos. José Pons, compositor y maestro de capilla de la Seo valenciana, será su amigo y asesor musical. Una nueva subida de la pensión real que percibía estabilizó su situación financiera lo bastante como para que el ex-jesuita se lanzase por el camino de la literatura con su novela satírico-musical titulada Don Lazarillo Vizcardi, que Francisco Asenjo Barbieri hizo publicar por la Sociedad de Bibliófilos Españoles en 1872 y 1873, con un interesante estudio preliminar. En la novela se fustiga la práctica musical del siglo anterior y la teoría representada por Pietro Cerone y Pablo Nassarre. Don Lazarillo Vizcardi retrata con feroz sátira las oposiciones a un magisterio de capilla y las extravagancias del maestro de capilla Agapito Quitóles, que enloquece por leer asiduamente el Melopeo de Cerone y Escuela Música de Nassarre. El autor defiende sus tesis musicales, criticando a los defensores de la música matemática, sideral, y del contrapunto barroco. Hay en la novela tipos y situaciones verdaderamente cómicos, pero a veces la sátira es bastante tosca y las ideas y personajes que el autor defiende pecan de dilettantismo.

Eximeno encontró en su novela un medio de verter de nuevo toda su estética en un formato que permitía los ejemplos, las reflexiones y la acción de un relato, y logra un producto de las tendencias didactistas del xviii, con una mezcla de tono doctoral y divertidas anécdotas. A pesar de ello, la fantasía del ex-jesuita valenciano logró crear una narración entretenida dentro de una temática abstracta llena de digresiones y discusiones teóricas, pero con una caracterización certera de los personajes y su entorno. Con un nuevo destierro de la Compañía de Jesús en 1801, Eximeno se embarca de nuevo para Italia. Establecido en Roma, concluyó allí su novela Don Lazarillo Vizcardi en 1802, y falleció el 9 de julio de 1809.

Para Fétis, los contemporáneos de Eximeno no le hicieron justicia; aunque sus bases musicales, teóricas, históricas y artísticas no fueran excesivamente profundas, demostró a menudo tener un juicio certero, buen sentido y apreciaciones claras. A finales del siglo xix se consideró a Eximeno un héroe nacional por sus polémicas y ataques contra los teóricos del xvii y xviii, además de ensalzarlo como un precursor del nacionalismo musical.

 

Obras de ~: Dell’origine e delle regole della Musica, colla storia del suo progresso, decadenza, e rinnovazione, Roma, Michelangelo Barbiellini, 1774 (trad. alemana del vol. 1, cap. 2 en Der neuen Aristoxener, Leipzig, 1846; trad. francesa inéd. de G. R. F. d’Olivier); Risposte al giudizio delle “Effemeridi Letterarie di Roma” del di 19 di Marzo 1774 sopra l’opera di D. Antonio Eximeno, circa li origine e le regole della Musica, [Roma, “Bouchard e Gravier, Librari Francesi al Corso”, 1774]; Dubbio di D. Antonio Eximeno sopra il “Saggio fondamentale pratico di contrappunto” del Reverendissimo Padre Maestro Giambattista Martini, Roma, Michelangelo Barbiellini, 1775; Lettera del abate D. Antonio Eximeno al Rmo. Sr. D. Fr. Tomasso Maria Mamacchi sopra l’opinione del abate D. Giovanni Andres intorno a la letteratura ecclesiastica de’secoli barbari, Mantua, Giuseppe Braglia, 1783 (trad. esp. Madrid, Impr. de Sancha, 1784); Elogio del Sig. Gaetano Carpani, Maestro di Cappella, Romano, en Memorie per le Belle Arti, vol. I, 2.ª parte, Roma, 1785, págs. LXXXIX-XCVIII; Del origen y reglas de la música, con la historia de su progreso, decadencia y restauración, Madrid, Imprenta Real, 1796, 3 vols.; Duda de D. Antonio Eximeno sobre el ensayo fundamental práctico de contrapunto del M. R. P. M. fray Juan Bautista Martini, Madrid, Imprenta Real, 1797; Don Lazarillo Vizcardi. Sus investigaciones músicas con ocasión del concurso a un magisterio de capilla vacante... Novela sobre motivos de contrapunto y canto llano, ed. de F. A. Barbieri, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1872-1873; Elogio Fúnebre de la famosa cantante Ruffina Battoni, leído en una sesión de la Accademia degli Arcadi de Roma (desapar.).

 

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María Sanhuesa Fonseca

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