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Lázaro Fonte

Biografía

Fonte, Lázaro. Cádiz, c. 1508 – Quito (Ecuador), ú. t. s. xvi. Conquistador de Nueva Granada, encomendero y alguacil mayor de Quito.

Nació en Cádiz en torno a 1508, pues, en agosto de 1553 declaró tener cuarenta y cinco años. Era uno de los tres hijos de Rafael Font o Fonte, comerciante de origen catalán, y de Paula Fonte. La familia se afincó en Cádiz, donde Rafael Fonte fue regidor del Cabildo.

En Cádiz lograron una holgada posición económica, aunque, posteriormente, estando ya Lázaro en las Indias, pasaron a Tenerife, donde Rafael Fonte volvió a ocupar una regiduría. Allí gozaron de rentas superiores a los 3.000 ducados al año.

Pese a la buena posición social de su familia, Lázaro Fonte decidió pasar a América, probablemente por los oscuros incidentes en los que estuvo implicado el Jueves Santo de 1533. Ese día, en la procesión de los disciplinantes, se vio envuelto en la muerte de un alguacil.

Tras los hechos, huyó a las sierras del interior de la provincia, entre Jerez de la Frontera y Tarifa. Sin embargo, al poco tiempo decidió regresar y presentarse en la cárcel ante la justicia. Hubo juicio y consiguió salir absuelto al demostrarse que el autor material no fue él, sino un criado suyo, llamado Francisco Ruiz. Desde entonces hasta finales de 1534, en que se embarcó con destino a Santa Marta, “anduvo libremente por la dicha ciudad”.

Por tanto, cuando el nuevo gobernador de Santa Marta, Pedro Fernández de Lugo, le pidió que le acompañase en su expedición, no le faltaron motivos para responder afirmativamente. Así, a finales de 1534, cuando contaba con unos veintiséis años de edad, inició su andadura indiana. Llevó una nao a su costa con más de ciento cincuenta soldados, gastando en ello más de 4.000 ducados. Durante años tomó parte en la conquista y “pacificación” del Nuevo Reino de Granada. Según él mismo confesó, además de los trabajos que sufrió, gastó más de 20.000 pesos porque un caballo —decía— costaba entonces más de 50 pesos de oro.

Recibió tres encomiendas en Santa Fe, a saber: Fusagasugá que en 1566 tenía nada menos que quinientos indios de encomienda, Engativá con poco más de un centenar de indios y Tocancipá que entonces debía superar el centenar y medio. En total dispuso de unos setecientos cincuenta indios tributarios que le permitieron unas holgadas rentas.

Pero su enemistad con el teniente de gobernador del Nuevo Reino de Granada, el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, provocó su procesamiento como reo. En enero de 1539 se pregonó que ningún español rescatase esmeraldas con los indios. Sin embargo, Lázaro Fonte, al igual que otros españoles, continuó con sus rescates. A finales de ese mismo año encabezó una expedición de castigo contra los indios de Fusagasugá en la que fueron quemados vivos cuarenta principales.

También fue acusado de violar a niñas indígenas, concretamente a una hija del cacique Bogotá y a otra del pueblo de Turmequé. El licenciado Giménez le condenó a muerte. Él apeló la sentencia a través de su procurador y, a mediados de 1541, la Audiencia de Panamá dictó sentencia, conmutándole la pena de muerte por la de destierro de la gobernación.

Entre primeros de septiembre de 1541 y abril de 1543 estuvo en la expedición del Dorado, capitaneada por el gobernador Hernán Pérez de Quesada.

A su regreso, se le procesó de nuevo, acusado de haber quebrantado el exilio al que le obligó la sentencia.

Tras un breve período en la cárcel fue absuelto por Alonso Fernández de Lugo. Pero lo hizo prevaricando, es decir, a cambio de la venta a un precio irrisorio de sus rentas en Canarias.

Tras salir de la cárcel, y para evitar males mayores, decidió finalmente abandonar Santa Marta y afincarse en San Francisco de Quito. En 1548 estaba ya perfectamente instalado en esta última ciudad. Allí se desposó con Juana de Bonilla, hija del gobernador Rodrigo Núñez de Bonilla. Con ella tuvo tres hijos, el mayor de ellos llamado Juan Rafael Fonte. Su suegro, como es normal, lo favoreció enormemente, nombrándolo corregidor de Quito y después contador de la Real Hacienda.

En 1546 se enroló en la expedición del presidente Pedro de La Gasca contra el insurrecto Gonzalo Pizarro.

Éste prometió el perdón de los delitos a todos los españoles que se sumasen a su campaña. Y el gaditano fue enviado como alférez general al mando de trescientos hombres para unirse a las fuerzas del presidente. Por el camino, se supo que no hacía falta su ayuda y que el presidente ordenaba su regreso. Su tropa regresó, pero él con unos pocos hombres prosiguió su viaje hasta el Cuzco, recorriendo según él mismo afirmó setecientas leguas de distancia. Además en San Francisco de Quito le entregaron un cofre con despachos para La Gasca que le entregó puntualmente, “atravesando grandes peligros”.

Pese a vivir en Quito bajo la protección del gobernador, el proceso continuó su curso y la justicia continuó incomodándolo. Por ello, a principios de 1553 decidió nuevamente acogerse al perdón que se daba a los que sirviesen contra el alzamiento del cacereño Francisco Hernández Girón. Cuando este último derrotó al mariscal Alonso de Alvarado los oidores de la Ciudad de los Reyes le encargaron una importante misión. Debía recoger las armas de todos aquellos españoles que no se incorporasen a filas y reclutar asimismo al mayor número posible de indios. El despacho le fue entregado el 7 de junio de 1554 y fue con tal cometido en compañía de Francisco Benítez, Miguel López y Gregorio Genovés, que cumplieron sus objetivos satisfactoriamente. Y en ello, estuvo hasta la derrota y ajusticiamiento del extremeño, el 7 de diciembre de 1554.

En 1568 obtuvo varias cartas de recomendación del Rey para que el virrey del Perú le concediese una buena encomienda de indios en gratificación por sus servicios. Pero pasaron los años y la recomendación no llegó a hacerse efectiva. En 1577, es decir, nueve años después, seguía reivindicando su encomienda.

Y nuevamente, el 22 de diciembre de 1577, obtuvo una Real Cédula por la que se ordenaba al presidente y oidores de la Audiencia de San Francisco de Quito que le diesen una encomienda que rentase 400 pesos de 450 maravedís cada uno. Pero tampoco debió de hacerse efectiva, pues nuevamente el 30 de septiembre de 1578 se lamentaba de no haber recibido su ansiada prebenda, reiterando la Corona su deseo de que se le diese. Tenía en ese momento setenta años; entonces se pierde el rastro en la documentación.

No obstante, la familia Fonte debió de consolidarse entre la elite quiteña, pues el 20 de diciembre de 1606 Lázaro Fonte Ferreira, probablemente nieto del gaditano, compró una regiduría en el Cabildo de Quito.

 

Bibl.: M. A. Eugenio Martínez, Tributo y trabajo del indio en Nueva Granada, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1977; J. I. Avellaneda Navas, Los compañeros de Féderman, cofundadores de Santa Fe de Bogotá, Bogotá, Academia de Historia de Bogotá, 1990: G. Fernández de Oviedo, Historia general y natural de las Indias, Madrid, Atlas, 1992; E. Mira Caballos, “Terror, violación y pederastia en la conquista de América: el caso de Lázaro Fonte”, en Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas (Hamburgo), n.º 43 (2006).

 

Esteban Mira Caballos