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Juan Floris

Biografía

Floris, Juan. Amberes (Bélgica), c. 1520 – Talavera de la Reina (Toledo), 1567. Ceramista y pintor.

Juan Flores es la traducción literal de Jan Floris, nombre y sobrenombre familiar con el que en Flandes se conocía a Hans de Vriendt, hermano del pintor Frans Floris y del arquitecto y escultor Cornelis Floris.

Nacido en Amberes en torno a 1520, en 1550 ingresa en la Academia de Pintores de San Lucas de esa ciudad, marchándose al extranjero al año siguiente, emigrando posiblemente a España. No se conoce ninguna obra de su etapa flamenca, aunque se sabe por el cronista Karel van Mander (1604) que su hermano Frans conservaba cerámicas pintadas por él y que debió ser en Amberes el ceramista más importante tras la muerte de su maestro, el italiano Guido di Savino (Guido Andríes).

Floris es un artista de gran importancia para la cerámica española por haber reimplantado en Castilla, poco después de 1550, la técnica de la pintura cerámica policroma de origen italiano, después de haberlo hecho Niculoso Francisco hacia 1500 en Sevilla, y de haberse perdido tras su fallecimiento en esa ciudad hacia 1529. No se sabe con seguridad en qué punto de Castilla se establece Floris inicialmente, pero sí que poco después de llegar reside en la ciudad de Plasencia (Cáceres), donde ya aparece casado con la española Ana López de Almendral. Además de ejercer como ceramista, también mantuvo allí obrador abierto como pintor; en él recibía aprendices, aunque su labor sobre tabla no es bien conocida; sólo un cuadro de la Asunción de la Virgen, hecho para el marqués de Santa Cruz, cuadro que, aunque firmado y fechado por él en 1561, había comenzado el pintor flamenco Jorge de la Rúa y que se conserva en la iglesia de San Nicolás, en Plasencia.

Allí permaneció trabajando para parroquias, palacios y conventos hasta junio de 1562, cuando Felipe II lo nombra proveedor oficial de azulejos de sus obras reales, para lo que debía establecerse en Talavera, donde residió hasta que falleció, siendo aún joven, en 1567.

Sus novedosos trabajos como pintor cerámico debieron proporcionarle un enorme prestigio e importantes pedidos de grandes cantidades de azulejos para los palacios del Rey, lo que debió forzarle a recibir más aprendices y a formar oficiales que luego se independizaron, de forma que su magisterio fue, sin duda, el origen de la brillante tradición de Talavera de la Reina como centro productor de lozas y azulejos policromos durante nuestro Siglo de Oro. Sus obras respondían tanto a un repertorio narrativo de escenas ejecutadas con la corrección propia de un excelente pintor bien formado, como también —lo que va a dejar consecuencias de mucho mayor alcance— un repertorio de motivos ornamentales concebidos para ser pintados en serie y para revestir grandes superficies de la arquitectura.

Algunos de estos motivos, llamados entonces “recortes” y hoy “ferroneries” por su inspiración en labores de hierro forjado, están inspirados en un repertorio de gran originalidad creado por su hermano Cornelis y divulgado por medio de estampas que llegaron a España y que él debió de manejar.

 

Obras de ~: Cuatro paneles de las alegorías de la Fe, la Caridad, la Justicia y la Fortaleza como banco del retablo mayor, catedral, Palencia (hoy lamentablemente oculto por otro superpuesto de madera, sin apenas valor artístico), c. 1550-1555; Pavimento en el Palacio del Licenciado Butrón, Valladolid, c. 1550-1555; Pavimento para la Capilla de los Benavente, iglesia de Santa María, Medina de Rioseco (Valladolid), c. 1551- 1554; Mesas de altar para la iglesia de San Pedro, Garrovillas (Cáceres), 1559; Frontal de azulejos para la iglesia parroquial, Cañaveral (Cáceres), c. 1560; Azulejos para Gaspar Enríquez de Montalvo, vecino de Oropesa, para el Santuario de San Martín (hoy en la ermita del Cristo de Garganta la Olla, Cáceres), 1560; Azulejos para el Refectorio del convento de Santo Domingo, Plasencia (Cáceres), c. 1561; Azulejos para el Palacio de El Pardo, Madrid, c. 1562 (desapar.); Azulejos para el Palacio de Valsaín (Segovia), c. 1562 (desapar.); Azulejos para los aposentos privados del rey del Real Alcázar, Madrid, 1564 (desapar.); Azulejos para el palacio de Alfonso de Alburquerque, hoy Quinta de Bacalhao, Azeitâo (Lisboa), 1565; Paneles para la Quinta das Torres, Azeitâo (Lisboa), c. 1565; Sala de la Armería, del Real Alcázar, Madrid, 1566-1567 (desapar.).

 

Bibl.: K. van Mander, Het Schielder-Boek, Amberes, 1603, fol. 239r.; J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las bellas artes en España, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1800, pág. 109; J. Martínez Quesada, “Notas documentales sobre el Divino Morales y otros artistas y artesanos de Extremadura”, en Revista de Estudios Extremeños, t. XVII (1961), pág. 93; A. W. Frothingham, Tiles panels of Spain, New York, The Hispanic Society of America, 1969; A. García Blanco, “Unos azulejos fechados y firmados en Garrovillas (Cáceres)”, en Boletín del Seminario de estudios de Arte y Arqueología (Universidad de Valladolid), n.º 36 (1970), págs. 173-191; V. Gerard, De Castillo a Palacio. El Alcázar de Madrid en el siglo XVI, Bilbao, Xarait, 1984; A. Pleguezuelo Hernández, “Los azulejos de la Capilla de los Benavente en Medina de Rioseco. Una posible obra de Juan Flores”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, n.º LXIV (1998), págs. 289-304; F. J. García Mogollón, “Los paneles de azulejería conservados en la parroquia de Cañaveral (Cáceres) y el maestro flamenco Juan Flores”, en Norba-Arte, XVIII-XIX (1999), págs. 51-65; A. Pleguezuelo Hernández, “Juan Flores (c. 1520-1567), azulejero de Felipe II”, en Reales Sitios, n.º 146 (2000), págs. 15-25; “Flores, Fernández y Oliva, tres azulejeros para las obras reales”, en Archivo Español de Arte, LXXV (2002), págs. 198-206.

 

Alfonso Pleguezuelo Hernández

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