Jassá Foncuberta, Saturnina. Calaceite (Teruel), 3.III.1851 – Tortosa (Tarragona), 13.X.1936. Una de las ocho fundadoras de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, su primera superiora general, venerable.
En 1874 conoció a san Enrique de Ossó, fundador de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. El 4 de mayo de 1877, tras vencer serias dificultades, ingresó en dicho instituto. Unos meses después participó en la gran peregrinación teresiana a Ávila y Alba de Tormes.
Al año siguiente, en 1878, obtuvo el título de maestra. Vistió el hábito el 12 de diciembre de 1978 y al día siguiente emitió la profesión religiosa en la capilla de San Pablo de Tarragona con las demás fundadoras.
El 12 de octubre de 1879 era superiora y maestra de novicias en Tortosa. En 1882, el día 1 de enero, en que hizo su profesión perpetua, fue elegida superiora general, aunque en realidad estaba actuando como tal desde 1880.
Cumplido el mandato, en 1889, cesó del cargo y marchó a México. Ejerció la docencia en el colegio de Puebla de los Ángeles. Cuatro años después pasó como superiora de Chilapa. Y en 1898, se integró, para dos años, en la naciente Congregación de las Religiosas de la Cruz, para ayudarles a consolidar dicho instituto, primero, como superiora general y, después, como simple hermana de la comunidad.
En 1900 regresó a la Compañía de Santa Teresa y, ya en España, fue nombrada superiora del colegio de Valencia. En 1904 fue nombrada superiora provincial de la provincia del Sagrado Corazón de Jesús, que entonces comprendía León y Portugal, cargo que compartió con el de superiora de Ciudad Rodrigo.
El 11 de abril de 1908 en el IV Capítulo General fue elegida superiora general, cargo que ostentó durante doce años. Durante su mandato fueron trasladados los restos mortales del fundador, Enrique de Ossó, desde el monasterio franciscano de Santo Espíritu del Monte (Gilet), donde había fallecido el 27 de enero de 1896, a la casa de Tortosa en 1908.
Consiguió el mismo año la aprobación definitiva de las Constituciones. Durante este período, la Compañía de Santa Teresa experimentó una notable expansión, no sólo en España, sino también en América. En 1910 se abrió un noviciado en México y en 1917 otro en Buenos Aires.
El instituto se extendió por Estados Unidos (1910), Brasil (1911), Argentina, Paraguay, Cuba (1915) y Chile (1016). Por otra parte, se experimentó la amargura de que fuesen cerradas las casas de México (1915), con motivo de la persecución religiosa y la clausura de los cuatro colegios existentes en Portugal, pero, en vez de producir estos reveses una crisis en el instituto, suscitó un desplegar frondoso y fecundo.
En el V Capítulo General, celebrado el 11 de abril de 1920, Saturnina Jassá fue elegida consultora general.
Tenía sesenta y nueve años de edad.
En 1932 se le permitió retirarse al noviciado de Jesús-Tortosa. Allí residía cuando estalló la Guerra Civil, el 18 de julio de 1936, dando comienzo a un cruento calvario, que culminaría con su muerte. El 21 de dicho mes las religiosas tuvieron que dejar el noviciado, las acogieron sucesivamente en varias partes, y al final optaron por regresar al noviciado, convertido en Hospital de la Comisión Nacional de Trabajadores (CNT). Allí falleció, edificando a todos, la noche del 13 de octubre de 1936. Introducido su proceso de canonización el 10 de septiembre de 1966 en la casa noviciado de Jesús-Tortosa y llevado cuatro años después a Roma, el papa Juan Pablo II, el 3 de julio de 1989, firmaba el Decreto de la heroicidad de sus virtudes, concediéndole, con ello, el título de venerable.
Bibl.: V. Tena, Inmolación, La Madre Saturnina Jassá y Fontcuberta, Zaragoza, Editorial STJ, 1947; VV. AA., Cien años de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, Barcelona, Ediciones STJ, 1983; A. Fernández Pombo, Saturnina Jassá, Barcelona, Ediciones STJ, 1991.
Arturo Llin Cháfer
