Hija de unos modestos agricultores, Josefa fue la primogénita de los seis vástagos del matrimonio formado por Francisco y Josefa. La madre murió cuando ella contaba trece años de edad. Josefa se dedicó desde entonces al cuidado de la casa y la familia. A los dieciocho años, el 4 de diciembre de 1838, hizo voto perpetuo de castidad; a los treinta, guiada por el párroco de la localidad, convirtió su casa en un centro de reunión de mujeres para la lectura y la formación espiritual. Experta bordadora, abrió poco después un taller de bordado donde enseñaba gratuitamente la técnica a las chicas del pueblo, a la vez que las instruía en la vida cristiana. Perteneció a la Orden Tercera de la Virgen del Carmen y era miembro de las Conferencias de san Vicente de Paúl, asistiendo a los enfermos y procurando poner paz en las disensiones familiares. [...]