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Ventura García Sancho e Ibarrondo

Biografía

García Sancho e Ibarrondo, Ventura. Conde de Consuegra (I), marqués de Aguilar de Campoo (XX). México, 20.IV.1837 – Madrid, 22.II.1914. Político.

Hijo de José María García Sancho y Sánchez Leñero y de María Trinidad Ibarrondo y Maruri, ambos mexicanos de una gran riqueza, naturales de Guadalajara, pero afincados en Francia. De hecho, Ventura García Sancho e Ibarrondo estudió en París la carrera de ingeniero industrial, aunque a partir de 1846 —año que fallecen en Francia María Trinidad Ibarrondo, su madre, y José García Sancho y Moreno de Tejada, su abuelo, oriundo de Lumbreras, en La Rioja—, la familia había comenzado a pasar largas estancias en España. Atraído por la política, nada más regresar a España se afilió a la Unión Liberal, pasando en la Restauración a engrosar las filas del Partido Conservador.

El 2 de junio de 1861 contrajo matrimonio con María del Pilar Zavala y Guzmán (Barcelona, 7 de octubre de 1841-Madrid, 11 de febrero de 1915), miembro de la Grandeza de España, pues era hija de Juan Zavala de la Puente, I marqués de Sierra Bullones, y de María del Pilar de Guzmán de la Cerda, XXVIII condesa de Oñate; y que sucedió en 1871 a su tío Isidro Zacarías de Guzmán de la Cerda como marquesa de Aguilar de Campoo que, como consorte, usó a partir de entonces su marido Ventura García Sancho e Ibarrondo.

En 1863 resultó elegido por primera vez diputado a Cortes, por el distrito murciano de Cartagena, y, tras el paréntesis del Sexenio Revolucionario, retomó con fuerza su carrera parlamentaria, representando en la Cámara Baja al distrito burgalés de Castrojeriz (1876-1878) y al de Madrid (1881-1883). Asimismo, fue senador electo por la provincia de Madrid (1886- 1891), vitalicio (1891-1905) y por derecho propio (1905-1914), asumiendo la vicepresidencia del Senado en varias legislaturas (1896 y 1899-1900). Desempeñó una activa labor parlamentaria como miembro y presidente de distintas comisiones, y fue orador incansable.

Desde luego, fue durante la Restauración cuando disfrutó de un mayor protagonismo en la vida pública nacional, pues, además de los mencionados puestos legislativos, desempeñó varios cargos palatinos, como los de mayordomo y caballerizo mayor de la reina María Cristina y gentilhombre de Cámara; así como distintos puestos gubernativos, como los de vocal del Consejo de Gobierno y Administración del Fondo de Redención y Enganches del Servicio Militar (1881), vocal del Consejo Penitenciario (1881-1885), director general de Obras Públicas (1883), vocal del Consejo de Administración del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Madrid (1886), vocal de la Junta de Aranceles y Valoraciones (1889), comisario regio para atender las necesidades ocasionadas por las inundaciones de Consuegra y Almería (1891-1893), alcalde de Madrid (1899-1900), presidente (1902-1904) y miembro del Consejo de Estado (1905) y, comisario regio y presidente del Consejo de Administración del Canal de Isabel II (1909).

Sin embargo, la culminación de su carrera política la alcanzó con su nombramiento, en plena crisis restauracionista, de ministro de Estado, cargo que ejerció en tres ocasiones, formando parte de otros tantos gobiernos. La primera designación le llegó cuando era alcalde de la capital de España, siendo nombrado el 18 de abril de 1900 por el presidente Francisco Silvela y refrendado en el nuevo Ejecutivo que sucedió al de aquél el 23 de octubre del referido año, el encabezado por Marcelo Azcárraga, manteniéndose en el mismo hasta el 6 de marzo de 1901, cuando el Gobierno se vio obligado a dimitir por la presión de liberales y republicanos, que consideraban que la Corona se encontraba en manos del catolicismo más reaccionario y se oponían a la boda entre la infanta Mercedes, hermana mayor del futuro Alfonso XIII, y Carlos de Borbón Dos Sicilias, miembro de una conocida familia carlista. Precisamente, Azcárraga contó con él para su nuevo Consejo de Ministros, formado el 16 de diciembre de 1904, dirigiendo la política exterior española hasta el 27 de enero de 1905; así pues, este último Gobierno duró poco más de un mes, siendo el hombre fuerte del mismo el ministro de Marina Eduardo Cobián, quien aconsejó al presidente que no abriera las Cortes para evitar los probables debates críticos sobre determinadas decisiones poco reflexivas del Rey, que habían provocado la dimisión del Consejo de Ministros anterior, el de Antonio Maura; sin embargo, el Gabinete se vio sometido a una campaña de ridiculización permanente en la prensa y a la acusación de ser una mera pandilla de cortesanos, desgaste que precipitó su caída.

En 1905, el rey Alfonso XIII le concedió la merced de conde de Consuegra, en reconocimiento a los servicios que prestó en calidad de comisario regio en apoyo de los damnificados por las inundaciones que afectaron a la mencionada localidad almeriense. Ostentó asimismo diversas condecoraciones, como la Gran Cruz de Isabel la Católica o el Collar de la Orden de Carlos III, este último concedido en 1908.

Amasó una importante fortuna, formada sobre todo por inmuebles urbanos en Madrid y por una diversificada cartera de valores (con numerosos títulos de la deuda, cédulas del Banco Hipotecario, obligaciones de varias compañías ferroviarias, acciones del Banco de España, etc.).

Al final de sus días, su mujer acumuló todos los títulos y mercedes de sus progenitores, al morir sin sucesión, en 1913, su hermano Luis Zavala y Guzmán, XXV duque de Nájera. Pero apenas pudo usar y disfrutar de los mismos, pues murió el 11 de febrero de 1915, un año después de haber enviudado de Ventura García Sancho e Ibarrondo, que había fallecido el 22 de febrero de 1914. Los títulos fueron distribuidos entre sus tres hijas, sucediendo María del Pilar García Sancho y Zavala, la hija primogénita, como II condesa de Consuegra a su padre, y a su madre como XXVII duquesa de Nájera, XXI marquesa de Aguilar de Campoo, XXII condesa de Oñate, estos tres títulos con Grandeza de España, así como marquesa de Torreblanca y de Quintana del Marco y condesa de Treviño y de Castañeda, que, al fallecer poco tiempo después que su madre, sucedió en estas mercedes su hijo Juan Travesedo y García Sancho. Por su parte, María de la Trinidad García Sancho y Zavala sucedió como XX condesa de Paredes de Nava, con Grandeza de España, título que también recayó en su sobrino Juan Travesedo y García Sancho, al morir sin sucesión. Y, finalmente, la tercera hermana, María del Milagro García Sancho y Zavala ostentó el marquesado de Montealegre.

 

Obras de ~: Memoria sobre las obras públicas desde 1.º de enero de 1873 a 31 de diciembre de 1881: comprendiendo lo relativo á puertos, faros, boyas, valizas, rios, canales y aprovechamiento de aguas, presentada a [...] Ministro de fomento por el director general de obras públicas, Madrid, Est. Tipográfico de El Correo, á cargo de Francisco Fernández, 1883; Consuegra- Almería: Memoria del comisario regio nombrado por Real Decreto de 18 de septiembre de 1891 referente a los trabajos realizados por la Comisaría, Madrid, Hijos de J. A. García, 1894.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Senado, exps. personales, sig. HIS-0007-02. Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 48 n.º 7, 77 n.º 9 y 91 n.º 1.

P. Carasa (dir.), Elites castellanas de la Restauración. Diccionario biográfico de Parlamentarios castellanos y leoneses (1876-1923), Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1997, págs. 291-292; J. M. Cuenca y S. Miranda, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Editorial Actas, 1998, págs. 546- 549; J. R. Urquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles (1808-2000), Madrid, CSIC, 2001, pág. 222; M. C. Hall, Alfonso XIII y el ocaso de la monarquía liberal, 1902-1923, Madrid, Alianza Editorial, 2005, págs. 43- 44 y 76.

 

Francisco Miguel Espino Jiménez

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