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Eduardo Mariátegui Martín

Biografía

Mariátegui Martín, Eduardo. Madrid, 10.X.1835 – 9.III.1880. Militar, escritor, científico, coronel del Ejército, teniente coronel de Ingenieros.

Ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara el 1 de septiembre de 1852, saliendo como teniente, al terminar los estudios reglamentarios, el 17 de agosto de 1857, siendo destinado al entonces único Regimiento de Ingenieros, el Regimiento de zapadores minadores. Asistió a la Guerra de África (1859-1860), participando en casi todas las batallas, obteniendo la Cruz de San Fernando de 1ª Clase por los méritos contraídos en las de Samsa y Wad-Rass, así como el ascenso a capitán de Ejército (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo). Al crearse el 2.º Regimiento de Ingenieros (1860), se incorporó al mismo como ayudante del primer Batallón, con el que volvió a Tetuán formando parte de las fuerzas de ocupación del territorio, hasta que finalizó tal situación.

En 1862, al ascender a capitán de Ingenieros por antigüedad (10 de mayo), siguió destinado en el 2.º Regimiento del Arma, y en junio de 1866, al mando de su compañía se apoderaba, en la plaza de Santo Domingo en la capital de España, de las piezas de artillería en poder los insurrectos, por lo que fue recompensado con el ascenso a comandante de Ejército.

Habiendo pasado por petición propia a la situación de supernumerario, pudo entregarse mejor a sus estudios favoritos, desempeñando además varias comisiones, entre las que merecen citarse el cargo de vocal del tribunal de oposiciones a la cátedra de Física Matemática de la Universidad central, que le fue conferido por real orden de 18 de abril de 1871 a propuesta del rector, y el de individuo del tribunal de exámenes extraordinarios de la misma Universidad, para el que fue nombrado, por unanimidad, por el claustro de la Facultad de Ciencias.

En 1871 estaba destinado en el Ministerio de Fomento, y en 1873, cuando se inició el sitio de Bilbao, en el marco de la Tercera Guerra Carlista, se encontraba nuevamente como supernumerario en esa plaza. De inmediato se puso a disposición del gobernador militar de la ciudad que le nombraba comandante de Ingenieros de la misma, debiéndose en buena parte a sus acciones de fortificación que la plaza no cayera en manos de los carlistas. Al efecto, Mariátegui solo contaba para los trabajos de ingenieros con una Compañía de Pontoneros, por lo que hubo que auxiliarles con trabajadores civiles, organizando, además, una Compañía de Zapadores auxiliares y una sección de zapadores bomberos. Además, asistió a todas las acciones y combates que se libraron, como la toma de la iglesia de Begoña y la salida realizada el 30 de diciembre de 1874. Merecen citarse entre los que ejecutó como ingeniero las voladuras hechas con dinamita para dejar libre la navegación de la ría, la organización de los servicios de vigías, de alumbrado con luz eléctrica y del personal para la extinción de los incendios que ocasionó el bombardeo y sus disposiciones para conseguir el establecimiento de bombas que surtiesen a la población con agua del rio Nervión, a causa de haber cortado el enemigo las cañerías del abastecimiento ordinario.

Por su incesante labor en el citado sitio, fue promovido al empleo de teniente coronel de Ejército y al grado de coronel, también de Ejército. Estos últimos ascensos eran posible gracias al “dualismo” que permitía, como hemos citado, que los oficiales del Cuerpo pudiesen ascender en tres escalas distintas, grado, Ejército y en el Cuerpo. Con anterioridad, había ascendido a comandante de Ingenieros, el 2 de agosto de ese último año.

Una vez levantado el cerco, siguió integrado en el Ejército del Norte, destacando en las operaciones del levantamiento del sitio de Irún y de Pamplona, por lo que de nuevo era recompensado con el ascenso a coronel de ejército. En febrero de 1875 comenzaba las obras de los “reductos” de Monte-Esquinza, obras que terminaba en junio de ese año, y en las que contrajo la enfermedad que, más tarde, le impediría seguir en el servicio activo. En 1878 estaba sirviendo en la Dirección Subinspección de Burgos y en 1879 en la de Andalucía. Falleció estando al mando del 3º Regimiento de Ingenieros.

Fue escritor militar de gran mérito, al tiempo que dejó obras de estudios artísticos de elevado valor. Manifestó en sus trabajos un gran interés por la Edad Media y sus monumentos, no solo por el componente religioso de la época, propio del siglo XIX, sino con su relación con la Historia Militar.

Junto a sus numerosos artículos publicados en el Memorial de Ingenieros, publicó otros artículos en varias revistas, como, El Arte en España (“Signos lapidarios de la torre del Puente de San Martín de Toledo”; “Arquitectura militar de la Edad Media en España. Toledo”; “La Vera Cruz, Iglesia de los Templarios en Segovia”, etc.), La Gaceta Militar, La Revista del Ateneo Militar o, finalmente, en La Ilustración. Dirigió los periódicos madrileños El Averiguador y El Museo de la Industria (1869-1870) ​ y El Propagador del Arte Militar. ​Usó como firma el pseudónimo Rhuderic Al-Magherit​ y fue autor de una Crónica de la provincia de Toledo.

El Almanaque de El Museo de la industria, la revista mensual dedicada a las bellas artes industriales, que comenzó a publicarse en octubre de 1869, con ediciones para 1871, 1872 y 1873, también estuvo dirigido por Mariátegui. Para su edición contó con una serie de colaboradores españoles especializados en diversas ramas de las bellas artes aplicadas a los oficios y a la industria, que escribieron las correspondientes reseñas y crónicas anuales, así como destacados artículos, acompañados de decenas de bellos grabados. En total, más de cincuenta artículos y en torno a 150 grabados, tanto dentro como fuera de texto.

Además de la Cruz de San Fernando, ya citada, poseía la Cruz de San Hermenegildo, una Cruz de 3ª del Mérito militar, roja y dos blancas y dos de 2ª, igualmente blancas (mérito civil), las Medallas de África y de Bilbao, era Caballero de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, Medalla de la Guerra civil con los pasadores de San Marcos, San Marcial e Irún, de Alfonso XII con los de Oria, Elgueta y Pamplona, de la Diputación provincial de Madrid y declarado dos veces benemérito de la patria.

Para finalizar, se puede señalar que acreditó sus extensos conocimientos científicos al obtener la cátedra de Física-Matemática de la Universidad Central en 1871.

 

Obras de ~: “Signos lapidarios de la torre del puente de San Martín de Toledo”, en El Arte en España, 2 (1863), pág. 55; “Arquitectura militar de la edad media en España. Toledo”, en El Arte en España, 2 (1863); “Antigüedades de España. Los toros de Guisando”, en El Arte en España, 4 (1865); “Arquitectura militar de la edad media. Ávila de los Caballeros”, en El Arte en España, 5 (1866); Crónica de la provincia de Toledo, Madrid, 1866; “Castillo de Torruella de Montgri”, en El Arte en España, 6 (1867); “La arquitectura en la Exposición de 1866”, en El Arte en España, 6 (1867); Reseña histórica de las guerras de Alemania e Italia en 1866, Madrid, 1867; “Carpintería de lo blanco y tratado de alarifes”, en Biblioteca del Arte en España (1867); “La Vera Cruz: iglesia de los Templarios en Segovia”, en El Arte en España, 7 (1868); “Glosario de algunos antiguos vocablos de arquitectura y de sus artes auxiliares”, en Memorial de Ingenieros (1876); P. L. Escrivá, Apología en excusación y favor de las fabricas del reino Nápoles. Primera obra sobre fortificación escrita en castellano (1538), ed. de ~, Memorial de Ingenieros, 1878; “El Capitán Cristóbal de Rojas, ingeniero militar del siglo XVI”, en Memorial de Ingenieros (1879); Recuerdos de la defensa de Bilbao (1873-1874), s.f. (inéd.); Estudio sobre Zumalacárregui, s.f. (inéd.).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exps. personales.

Estados (escalillas) del Cuerpo de Ingenieros, 1857-1881; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876; Redacción, “Necrologías”, en Memorial de Ingenieros Revista Científico Militar (1880); M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Madrid, Imprenta y litografía de J. Palacios, 1903; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.os 63-66 (2001 y 2002); J. Arencibia de Torres, Diccionario Biográfico de Literatos, Científicos y Artistas Militares Españoles, Madrid, Colección Heráldica Perseverante de Borgoña, Ediciones E y P Libros Antiguos, 2001; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Valor, Ciencia y Arte en el Cuerpo de Ingenieros”, en Real y Militar Oren de San Fernando200 años, Madrid, Ministerio de Defensa, 2011, págs. 64-67; P. Ramírez Verdún, “Eduardo de Mariátegui y Martín”, en Revista Ejército, 858 (2012); págs. 119; M.ª V. Álvarez Rodríguez, El pensamiento arquitectónico en España en el siglo XIX a través de las revistas Artísticas del Reinado Isabelino, Salamanca, Ediciones Universitarias, 2015; “Tratadista del Siglo XIX: Eduardo de Mariátegui y Martín”, en Tratadistas, 24 de mayo de 2018 [en línea], disponible en https://tratadistas.wordpress.com/2018/05/24/tratadista-del-siglo-xix-eduardo-de-mariategui-y-martin/.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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