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Diego Antonio de Viga

Biografía

Viga, Diego Antonio de. Béjar (Salamanca), c. 1650 – Filipinas, 1688. Letrado, fiscal y oidor en Filipinas.

Estudió en la Universidad de Salamanca, graduándose en ella de bachiller en Cánones el 21 de abril de 1668. El 26 de septiembre de 1672 fue examinado y aprobado como abogado por los Reales Consejos.

Sobre consulta del 24 de mayo de 1677 se le concedió la fiscalía de la Real Audiencia de Manila, de la que se le libró título por real provisión fechada en Madrid el 18 de junio de ese mismo año, a la vez que se le dio título de protector de los sangleyes, concediéndosele la licencia para embarcar el 1 de julio siguiente.

Por real provisión fechada en Madrid el 28 de septiembre de 1678 se le despachó título de oidor de la Real Audiencia de Manila, para ocupar la vacante por muerte de Fernando Escaño.

Tuvo diversos desencuentros con el gobernador Juan de Vargas Hurtado quien, en carta fechada en Manila el 9 de junio de 1681, le acusaba de intentar varias maquinaciones en su contra junto al oidor Montemayor y Mansilla, pero de mayores consecuencias fue su activa participación en las diligencias que, junto a sus colegas y al gobernador Juan de Vargas y Hurtado, acabaron en el decreto de destierro del arzobispo de Manila fray Felipe Pardo y de varios religiosos dominicos, resolución de la que enterada la Corona dispuso que fuera en calidad de juez pesquisidor a las islas el alcalde de Casa y Corte Francisco de Campos Valdivia, a quien, por real cédula fechada en Madrid el 18 de enero de 1687 se le informaba que se había suspendido de sus oficios a los oidores Diego Calderón Serrano, Diego Antonio de Viga, Pedro Sebastián de Bolívar y Mena, y al fiscal Esteban Lorenzo de la Fuente Alanís, y se agregaba que se había dado orden al nuevo gobernador y a los nuevos oidores de la audiencia, que prendieran a dichos ministros y que, junto con Juan de Vargas Hurtado, los llevaran, bajo custodia, a los lugares donde habían estado desterrados el arzobispo y los dominicos, y que una vez que les tomara confesión los hiciera salir en el primer navío que hubiera a la Nueva España, pero sin permitirles la entrada en las ciudades de Méjico y Guatemala. Como consecuencia de su suspensión, su plaza de oidor en Manila y sobre consulta del 22 de enero de 1687 se proveyó en su lugar a Lorenzo Avina.

Sus relaciones con el nuevo gobernador, Gabriel de Curucelaegui y Arriola, fueron particularmente tensas, pues el gobernante le acusó en 1688, junto al oidor Bolívar y Mena, como autores de diferentes libelos infamatorios, respecto de cuyos hechos advertía que: “pareció ser los pasquines preludio de conspiración y medio de concitar, para en llegando el caso de executarlo, con el de darme veneno”. A los pocos días moriría el oidor Viga.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.441, n. 2, r. 48; Contratación, 5.790, l. 1, fol. 300v-303r; Filipinas, 11, r. 1, n. 21; Filipinas, 14, r. 1, n. 1; Filipinas, 90, n. 1; Filipinas, 273, n. 18; Filipinas, 331, l. 8, fol. 167v-168r, 294v-295v; Filipinas, 348, l. 5, fol. 265r-268v, 269r-270v, 287r-290r; Filipinas, 522; Indiferente General, 125, n. 65.

E. H. Blair y J. A. Robertson, The Philippine Islands, 1493-1803, t. XLII, Cleveland, Ohio, A. H. Clark Co., 1903-1909, págs. 170-171; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, págs. 522, 523.

 

Javier Barrientos Grandon

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