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Andrea Doria

Biografía

Doria, Andrea. Príncipe de Melfi (I), en Nápoles. Oneglia (Italia), 30.XI.1466 – Génova (Italia), 25.XI.1560. Militar, político, consejero de Estado.

Nacido en Oneglia en noviembre de 1466, a los diecinueve años partió a Roma a servir a las órdenes de Domenico, uno de los miembros de su numerosa parentela, que en aquellos momentos era capitán de la guardia del Sumo Pontífice, Inocencio VIII. Durante los años siguientes, creció su destreza militar, que puso al servicio de diferentes señores: el duque de Urbino y los reyes de Nápoles, Fernando I y Alfonso II. La Italia de la segunda mitad del cuatrocientos fue el terreno ideal para el florecimiento de los Condottieri, soldados de fortuna de los cuales el joven Doria se convirtió en un ejemplo depurado. Y, cuando el reino de Nápoles fue ocupado por los franceses, ingresó en la Orden de San Juan de Jerusalén, y partió a guerrear a Tierra Santa. A su regreso, se puso a sueldo de Giovanni Della Rovere, pieza central del rey galo para la tenencia y custodia de las plazas fuertes de Nápoles. Allí se las vio con otra leyenda de la época, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que peleaba en Italia bajo las banderas de Fernando el Católico. El genio de Gonzalo venció a Doria, pero reconoció su destreza ofreciéndole un sitio de honor en su ejército, prebenda que el soldado italiano rechazó. Empleó los próximos años (1503-1506) a aplastar una rebelión en Córcega y después se dedicó al que habría de ser su medio de acción más conocido, el mar, y su ubicación, la república de Génova. Empleó todos sus medios en armar ocho galeras, nao a remos típica del Mediterráneo, y las destinó en colaborar a la expulsión de los franceses de aquella ciudad, donde se asentó definitivamente, reorganizando su marina. Claro que, con aquellos cambios de lealtades tan típicos de la mentalidad y el comportamiento de la época, en 1522 entró de nuevo al servicio del rey francés, Francisco I. Con sus galeras derrotó las escuadras imperiales y estaba con el monarca galo en la batalla de Pavía (1525) en la que cayó prisionero Francisco I. Tras la firma del Tratado de Madrid, que liberaba al francés, Doria se apoderó de Génova en nombre de los franceses. Pero, al igual que había sucedido con el Gran Capitán, Carlos V estaba decidido a contar entre sus filas con un general tan experimentado y con tanta influencia en Italia.

Esta vez las armas hispanas tuvieron más éxito, pues, asegurada la independencia de su ciudad, Génova, en 1528 Andrea Doria pasó al servicio del Emperador.

Sirvió bajo el estandarte de Carlos V en la campaña de Túnez (1535), la batalla de Prevesa (1538) y la empresa de Árgel (1541). El césar fue agradecido con tan eficaz servidor y le cubrió de honores: almirante mayor, gran canciller del reino, Toisón de Oro y príncipe de Melfi (1532). Como uno de los principales ministros de Carlos V, a Felipe II le interesó contar con su aquiescencia cuando subió al trono en 1556, y le integró en el numeroso Consejo de Estado que nombró al poco de recibir su herencia dinástica. Se trató más de un gesto que un acto efectivo, pues para entonces Doria entraba en la década de los noventa, y es muy poco probable que apareciera por la Corte del Rey Prudente. Todavía le alcanzó el aliento para colaborar en la organización de la desastrosa empresa de Djerba (1560), pero murió el 25 de noviembre de ese mismo año. En el gobierno de Génova se distinguió por organizar las instituciones republicanas (rechazó el título de Dux, pero aceptó el de “padre de la patria”).

Además, aplastó sin misericordia la conspiración de Fieschi y consolidó en el poder de la ciudad a los nobili vecchi, oligarquía financiera ligada a la Monarquía hispana, en detrimento de los nobili nuovi. Su heredero fue Juan Andrea Doria, que sirvió como destacado general de galeras (capitán general de la mar) de Felipe II.

 

Bibl.: L. Capelloni, Vita di Andrea Doria, Génova, 1863; E. Petit, Andrea Doria, un amiral condottiere aun xvi siecle (1466-1560), Paris, 1887; J. García Mercadal, Juan Andrea Doria, condotiero y almirante del emperador Carlos V (1466- 1560), Madrid, El Gran Capitán, 1944; S. Fernández Conti y M. Rivero Rodríguez, “Doria, Andrea”, en J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527- 1598). La configuración de la Monarquía Hispana, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1998, págs. 365-366.

 

Santiago Fernández Conti