Pérez, Ignacio. Madrid, 1574 – 1609. Calígrafo, docente, grabador y examinador de maestros.
Este madrileño, hijo del maestro Juan Pérez, fue partidario de los patrones caligráficos establecidos por Francisco Lucas, reformador de la letra bastarda.
Su educación corrió a cargo de su padre, lo que ocasionó que desde muy joven se sintiera inclinado hacia la docencia, desempeñando el cargo de maestro de instrucción primaria, en el que llegó a conseguir gran crédito.
El renombre alcanzado por Ignacio Pérez le supuso que, el 21 de junio del año 1600, el corregidor de Madrid Mosén Rubín de Bracamonte le nombrase examinador de maestros, lo que provocó que otros docentes (Juan Vélez, Antonio Rico, Juan Roque, entre otros) interpusieran un recurso, esgrimiendo que era todavía inexperto y demasiado joven. El resultado fue que, amén del madrileño, también fuese elegido por aprobador el maestro Benito Ruiz, quien falleció en 1606; ante esta coyuntura, fue sustituido por el toledano Francisco Montalvo y, poco después, por Tomás de Zabala, célebre docente guipuzcoano. Sin embargo, en 1609 Ignacio Pérez perecía en Madrid.
No se puede olvidar que esta ocupación conllevaba, además de dignidad y reputación, un notable beneficio económico.
Diez años antes había publicado su Arte de escrevir, ejemplar de carácter didáctico en el que estudiaba y analizaba la hechura de diversas letras, tanto comunes como no, a la vez que incluía cincuenta y ocho láminas, cortadas y grabadas por él mismo, presentando ejemplares de caracteres bastardos, procesados, redondos, romanillos, franceses, grifos, de libros de coro, etc. La obra también contiene diversos sonetos, que le dedican autores tales como Luisa Quirós, Juan de Piña o el conocido escritor rondeño Vicente Espinel. Asimismo, en 1599 había sacado a la luz una especie de segunda edición de su Arte de escrevir, adicionándole un breve tratado aritmético, igualmente de naturaleza pedagógica y divulgativa.
Aunque en la ejecución de las letras grifa y redonda no sobresalió, sí fue meritorio como escritor de bastarda, dulcificando cierta aspereza que aún tenía la del sevillano Lucas, dándole trazos finales más armónicos.
Asimismo, aconsejó el uso de seguidores para aprender a escribir, procedimiento ideado por él y que consistía en colocar la muestra debajo de la plana en blanco en que han de trazarse las letras, la cual al transparentarse con bastante claridad permitía copiar las propias grafías del modelo, consolidando la soltura, seguridad y equidistancia de una escritura correcta y pendolística.
Obras de ~: Arte de escrevir con cierta industria e invención para hazer buena forma de letra, y aprenderlo con facilidad, Madrid, Imprenta Real, 1599 (ed. facs., intr. de C. Crespo Tobarra, Madrid, Biblioteca Nacional-Instituto de España, 1993); El nuevo arte de contar y de escrevir con cierta industria e invención para hazer buena forma de letra, y aprenderla con facilidad, Madrid, Imprenta Real, 1599.
Fuentes y bibl.: Archivo de Villa (Madrid), Secretaría; Biblioteca Nacional de España, mss. R/101208 y R/101209.
B. A. de Ceballos, Libro histórico y moral sobre el origen y excelencias del nobilísimo arte de leer, escrivir y contar, y su enseñanza, Madrid, Antonio González, 1692, pág. 170; M. Rico y Sinobas, Diccionario de calígrafos españoles, Madrid, Real Academia Española, 1903, pág. 136; E. Cotarelo y Mori, Diccionario biográfico y bibliográfico de calígrafos españoles, Madrid. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1913 (t. II, Madrid, Visor Libros, 2004, págs. 162- 169); R. Blanco y Sánchez, Arte de la escritura y la caligrafía, Madrid, Perlado, Páez y Cía., 1920 (6.ª ed.), págs. 232-234; M. Barona Cherp, Historia de la escritura y de la caligrafía española, Gerona, Antonio Franquet Gusiñe, 1926 (2.ª ed. corr. y aum.), págs. 106-107; J. C. Galende Díaz, “La paleografía y las escuelas caligráficas españolas”, en VV. AA., Actas del III Congreso de Historia de la Cultura Escrita, Madrid, Universidad de Alcalá, 1988, págs. 142-143; N. Antonio, Biblioteca hispana nova, o de los escritores españoles que brillaron desde el año MD hasta el de MDCLXXXIV, trad. de G. de Andrés y M. Matilla Martínez, vol. I, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999, pág. 625.
Juan Carlos Galende Díaz