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Margarita Xirgu Subirá

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Biografía

Xirgu y Subirá, Margarita. Molins de Rey (Barcelona), 22.VIII.1888 – Montevideo (Uruguay), 25.IV.1969. Actriz.

Hija de Pere Xirgu Martí y de Josefa Subirà Polls, obreros gerundenses que habían recorrido varios barrios del cinturón industrial de Barcelona hasta asentarse en Molins de Rey, población que se había desarrollado durante la Revolución Industrial, sobre todo en el sector textil. Margarita Xirgu y Subirá había nacido en 1888, año que se inauguraba en Barcelona la primera Exposición Universal que se celebraba en España, a la vez que tenía lugar el Congreso Constituyente de la Unión General de Trabajadores. Pronto dejó la escuela por el taller, si bien los ateneos obreros fueron su universidad popular donde comenzó a hacer teatro en grupos de aficionados, en parte gracias a su padre que pertenecía al Ateneo del Distrito V y del cual aprendió que la improvisación era muy valiosa, siempre que estuviera sustentada por la disciplina. Su primer papel fue el de “niña tercera” en La muerte civil de Paolo Giacometti, obra recurrente, por su contenido social, en los grupos de aficionados. Actriz por tanto cultivada en la cantera de los ateneos obreros, la revelación de Margarita Xirgu se produjo en el papel de Teresa Raquin, de Emilio Zola, el 14 de septiembre de 1906. El crítico de La Vanguardia la saludaba al día siguiente como “una primera actriz indiscutible”. Semanas más tarde, la Xirgu se convertía en la dama joven de la compañía del Teatro Romea, el más prestigioso de Barcelona, cuyo debut como profesional tuvo lugar con la obra Mar i cel de Angel Guimerá.

Margarita Xirgu convertida pronto en ídolo popular, abordará en la escena catalana todos los géneros, desde el vodevil a la tragedia. Además, en 1909 se incorpora al mundo del celuloide con la película Guzmán el Bueno, un drama histórico de Fructuoso Gelabert Badiella que, según Porter Moix, representa “una revolución en la técnica de la escenografía cinematográfica”. A esta película sigue Violante y La muerte del tirano, ambas de Narciso Cuyás Parera, que entrando en la nueva década de 1910 había llevado precisamente a la gran pantalla Mar i cel. Ese año contrae matrimonio con Josep Arnall i Melero.

En 1912 se cierra una primera etapa de la vida artística de Margarita Xirgu consagrada al teatro catalán que saluda la crítica madrileña, que ve en ella a la actriz moderna, personalísima e innovadora. En esta segunda etapa dedicada a la escena castellana interpreta desde los clásicos del Siglo de Oro, pasando por los autores malditos de la Generación del 98, hasta los jóvenes con los que nadie se atrevía a arriesgarse: García Lorca, Rafael Alberti y Alejandro Casona. En 1915 estrena la obra El yermo de las almas de Valle- Inclán. El dramaturgo gallego declarará: “Nunca ha existido una actriz como ésta. Haber visto trabajar a Margarita Xirgu será un orgullo para los públicos.” El 16 de octubre de 1916 estrena Marianela, de Pérez Galdós, de quién la actriz protagonizará otras obras. La actriz empieza entonces a proyectar su dimensión artística e intelectual por la cual la memoria colectiva reconocerá que su voz y su gesto será el vehículo cultural del mejor teatro clásico y contemporáneo de la primera mitad del siglo XX. En el campo cinematográfico continuará, sin embargo, ligada a Barcelona con la empresa productora Barcinógrafo para la que protagonizará, en 1915, El nocturno de Chopín, primero bajo la dirección de Adrià Gual y, más tarde, bajo la de Magín Murià. Esta película constituiría el primer gran éxito internacional del cine español, tras lo cual, “la actriz del silencio”, como comienza a calificarla la crítica cinematográfica, rodará para Murià otros cuatro títulos: El amor hace justicia, El beso de la muerte, Alma torturada y La reina joven, de Guimerá, con guión del propio autor.

Pero, Xirgu será la piedra angular del teatro lorquiano. La actriz dio aliento a esa coral de mujeres marginadas por la opresión generada por estructuras sociales y formas de vida anquilosadas, que Lorca denunciaría repetidamente. En 1927 estrenó en Barcelona Mariana Pineda con escenografía y figurines de Salvador Dalí. Le seguirían La Zapatera Prodigiosa, Yerma, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y La casa de Bernarda Alba. El dramaturgo granadino declaró: “Debo a Margarita cuanto he logrado en el teatro”. De este modo, la actriz asume un papel de adelantada del arte interpretativo, con opciones ideológicas, tal y como preconizaban Piscator y Brecht. Se distingue por su proyección intelectual en la escena contemporánea internacional, con autores como Bataille, Hoftmannsthal, Lenormand, Pirandello, D’Annunzio, Bontempelli, Shaw, Wilde, Rice, Ibsen, Dumas, Maeterlinck, Kayser.

La primavera de 1932, Margarita Xirgu estrenaba el drama El otro, de Miguel de Unamuno. A raíz del estreno de esta obra en el Teatro Español, Fernando de los Ríos que había comentado el olvido en que se tenía a Séneca como autor dramático, el rector de Salamanca le entregó a la actriz la versión castellana de la tragedia Medea, que se estrenó el 18 de junio de 1933 en el teatro romano de Mérida. En 1934 la actriz empieza a vivir sus últimos resonantes triunfos en España: estrena Divinas Palabras de Valle-Inclán; Ni al amor ni al mar, de Benavente y La sirena varada, de Alejandro Casona. El dramaturgo montañés dirá de su intérprete: “Mi gratitud por la Xirgu no reconoce límites. No es sólo porque sea la primera actriz que me ha tendido la mano; es una gratitud de espectador. Margarita ha dado lo primero de Alberti; lo primero de García Lorca... y se ha atrevido a representar a Séneca y El gran teatro del mundo...” La actriz despedirá esta temporada en pleno triunfo, con el estreno de Yerma, de García Lorca, en el Teatro Español, de Madrid. Al año siguiente Margarita y Lorca cerraban el círculo de su testamento escénico con el estreno, en Barcelona, de Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores. Lorca había salido por primera vez a un escenario, como dramaturgo, en Barcelona, de la mano de Margarita Xirgu, y en la misma ciudad y de la misma mano se despedirá el poeta en un homenaje a las floristas de las Ramblas, en el barcelonés Teatro Principal. Lorca será asesinado en Granada en agosto de 1936, mientras la actriz quema la última y tercera etapa de su fecunda vida artística por tierras de Hispanoamérica. Primero en Cuba, aunque a su llegada a La Habana en febrero de 1936, la precaria salud de su marido se había agravado y Margarita Xirgu deja momentáneamente los escenarios e incluso se plantea regresar a la Península con su Compañía. Reaparece tras la muerte de Josep Arnall para continuar su carrera por Colombia, Perú, Chile, Argentina, México y Uruguay. La noche del 15 mayo del 1937 estrenaba en el teatro Odeón, de Buenos Aires, la obra póstuma de Lorca que escribiera para ella. Ese mismo año, la actriz representaba Cantata en la tumba de Federico García Lorca, de Alfonso Reyes, y protagonizaba la película Bodas de Sangre, con la “Industrial Filmadora Argentina”.

Sucesivamente fundó y dirigió Escuelas de Arte Dramático y Comedias Nacionales de varios países. Comienza en 1942 en Chile en colaboración con un grupo de exiliados de la España peregrina, poco tiempo después de casarse en Santiago por segunda vez con su amigo Miguel Ortín, que había comenzado con ella su carrera teatral y la había seguido al exilio para administrar la Compañía Xirgu. El curso siguiente quedará vinculada a la Universidad. La actriz, en su dilatado magisterio, desarrolló una intensa labor dramática y pedagógica, creando inquietudes y orientando vocaciones. El 8 de junio de 1944 estrenaba El adefesio, escrita para ella por Rafael Alberti; La dama de alba, de Alejandro Casona, El malentendido de Albert Camus, en Buenos Aires. Las autoridades peronistas, sin embargo, prohibieron la obra y se vio obligada a disolver la compañía. Pero continuó simultaneando la labor pedagógica con la escénica y, así, en 1950 fue nombrada directora de la Escuela de Arte Dramático de Montevideo. En años sucesivos interpreta La Celestina, de Rojas; La loca de Chaillot, de Giraudoux, Macbeth, de Shakespeare, El abanico, de Goldoni; Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, Don Gil de las calzas verdes, de Tirso de Molina; El mundo de cristal de Tennesse Williams...

En 1963 dirigió a María Casares en Yerma. La actriz se despediría de Lorca, con la dirección de esta misma obra en la primavera de 1968, en el departamento teatral de Smith College de Northampton, cerca de Boston en Massachusetts. Era su adiós para el que la había considerado “Lumbrera del teatro español”. Su labor había polarizado durante treinta y tres años la renovación escénica en Hispanoamérica, rompiendo “la monotonía de las candilejas con aires renovadores y arrojó puñados de fuego y jarros de agua fría a los públicos adormecidos sobre normas apolilladas”.

 

Obras de ~: Filmografía: Actriz en: F. Gelabert Badiella (dir.), Guzmán el Bueno, 1909; N. Cuyás Parera (dir.), Violante, 1910; N. Cuyás Parera (dir.), La muerte del tirano, 1910; A. Gual Queralt y M. Murià Torrents (dirs.), El nocturno de Chopín, 1915; M. Murià Torrents (dir.), El amor hace justicia, 1915; M. Murià Torrents (dir.), Alma torturada, 1916; M. Murià Torrents (dir.), El beso de la muerte, 1916; M. Murià Torrents (dir.), La reina joven, 1916; E. Guibourg (dir.), Bodas de sangre, 1938.

 

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Antonina Rodrigo García