Nogales Sevilla, José. Málaga, 3.XI.1860 – 28.XI.1939. Pintor.
José Nogales Sevilla es uno de los pintores más completos de la escuela pictórica malagueña. Abarcó todos los géneros y temáticas, destacando tanto en los cuadros de historia, en el retrato y en el paisaje, especialmente en la composición de flores, en una opción, la académica en su versión del realismo, que era la oficial en el amplio panorama pictórico de la segunda mitad del siglo XIX español.
En 1878 tuvo que ingresar como auxiliar en las oficinas de los ferrocarriles para ayudar a su familia, actividad que lo obligó a matricularse en las clases nocturnas de Pintura que Bernardo Ferrándiz ofrecía en la Escuela de Bellas Artes de San Telmo de Málaga.
En 1880 se presentó por primera vez a la Exposición de la Sociedad Artística, Industrial y Agrícola con tres obras: Fraile, Interior de una capilla, Una japonesa y Puesta de sol. Al año siguiente, curso de 1881-1882, terminó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes, obteniendo un Primer Premio en acuarela y el Segundo Premio en dibujo del antiguo. Su primera participación en una exposición nacional fue en 1884 con un Paisaje, y tres años más tarde, en 1887, lo hizo de nuevo con Paisaje. Este mismo año fue nombrado ayudante meritorio de la Academia de San Telmo, y en 1888 participó en el Álbum realizado para celebrar el jubileo sacerdotal del papa León XIII, con un dibujo a lápiz, Paisaje.
Su valía como pintor fue reconocida por sus maestros, especialmente por Muñoz Degrain que le instó en varias ocasiones a marcharse a vivir a Madrid, oportunidad que siempre rechazó Nogales permaneciendo durante toda su vida en Málaga. Con todo, Nogales no encaja en la figura típica del pintor convencional de su época, no parecía impresionarse mucho por sus éxitos oficiales, y aun sabiendo de su valía y tras haber obtenido rotundo éxito con su Milagro de santa Casilda, prefirió quedarse a vivir en su ciudad natal, Málaga, llevando una vida cómoda de pintor establecido.
En 1890 obtuvo en la Nacional una Tercera Medalla con la obra Flores y espinas, y en la de 1892, Medalla de 1.ª Clase con su obra más reconocida, El milagro de santa Casilda (Museo de Bellas Artes de Málaga, depósito de la Junta de Andalucía). El encargo le vino a través de un banquero de Málaga como regalo para su hija Casilda, que ingresaba como novicia en el Convento de las Salesas Reales de Oviedo. La obra fue donada al convento, y en ella se narra el episodio más conocido de la vida de la santa. Según la leyenda, Casilda, hija del rey moro de Toledo Almamún (siglo XI), solía llevar alimentos a los cristianos cautivos en contra de la voluntad de su padre. Enterado éste de sus actividades, la sorprendió llevando pan oculto en su ropaje para los presos. Nogales utilizó el tema como pretexto para desarrollar una pintura de tono academicista, demostrando su gran maestría y documentación iconográfica. El pintor recurrió a la tradición pictórica barroca en el tratamiento del espacio y la ambientación, así como en el empleo de la luz artificial y la gama cromática. Destaca el tratamiento que reciben las figuras del primer plano de la composición, y la capacidad para representar las calidades texturales de los tejidos, con una técnica minuciosa y depurada, partícipe de las lecciones aprendidas de su maestro Muñoz Degrain.
Después de esta importante obra, Nogales continuó con su actividad pictórica y académica en Málaga, siendo destacable el año de 1893, en el que ingresó por oposición obteniendo el título de ayudante numerario, en la Escuela de Bellas Artes de Málaga, para la clase de Dibujo de Figuras. Continuó participando en las exposiciones nacionales de Madrid, como en 1895 con la obra Flores, año en el que obtuvo por oposición la Cátedra de Dibujo Artístico de la Escuela de Bellas Artes de Málaga con el primer número. Debido a su creciente fama, el presidente del Senado de Chile le ofreció invitación para que se fuera a vivir a su país, petición que rechazó Nogales, a quien nunca le gustó viajar mucho, tan sólo se puede constatar uno de sus pocos viajes, una salida a Granada en 1896, viaje al que pertenece la obra Cipreses del Generalife.
En su ciudad natal obtuvo todos los reconocimientos posibles: el 18 de febrero de 1901 fue nombrado académico por la Academia de Bellas Artes de San Fernando; fue nombrado ese mismo año vocal de la Comisión Provincial de Monumentos Artísticos e Históricos de Málaga. Desde principios de siglo se vio aquejado por un proceso reumático agudo que no le impidió seguir pintando y participando en exposiciones hasta el año de su muerte. Participó en la Nacional de 1899 con Fulanita y en la de 1904 con Un pequeño estudio de flores, siendo propuesto por el Jurado para comendador de número de la Orden de Alfonso XII. En 1906 expuso Estudio; en 1908 realizó la obra Floristas valencianas (Museo de Bellas Artes de Málaga) y en 1910, Estudio de paisaje. También participó en la exposición de Valencia en 1910, consiguiendo un Diploma y Medalla de Oro por Dibujos artísticos e industriales; e igualmente concurrió con obra en la Exposición Española de Arte e Industrias Decorativas de México, donde le fue concedida una Medalla y Diploma conmemorativo. El 15 de diciembre de 1910 fue nombrado académico de número en la Academia de Málaga.
Siguió participando en exposiciones en su ciudad en los años 1914 con Paisaje, Interior de un molino, Estudio de desnudo, Estudio de flores, Fuegos artificiales, Boceto para retrato; 1915, Flores; 1916, Retrato, Estudio de cipreses. Ese año sufrió un ataque de hemiplejía, mas pese al agravamiento de su estado de salud, volvió a participar en la exposición de 1921 con Retrato de niño y Cipreses de Granada. En 1931 tuvo lugar su jubilación, pero continuó pintando y participando en la Exposición de Bellas Artes con los cuadros por los que obtuvo su gran reconocimiento: Flores y espinas, El Cautivo, El milagro de santa Casilda. Un año antes de su muerte, el 17 de junio de 1937, le nombraron académico de honor de la Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga.
Obras de ~: Fraile, Interior de una capilla, Una japonesa, Puesta de sol, 1880; Paisaje, 1884; Paisaje, 1887; Flores y espinas, 1890; El milagro de santa Casilda, 1892; La Hacienda, 1892; Flores, 1895; Cipreses del Generalife, 1896; Retrato del Dr. Linares, Fulanita, 1899; Un pequeño estudio de flores, 1904; Estudio, 1906; Rosas, 1907; Floristas valencianas, 1908; Estudio de paisaje, 1910; Interior de un molino, Paisaje, Estudio de desnudo, Estudio de flores, Fuegos artificiales, 1914; Retrato, Estudio de cipreses, 1916; Retrato de niño, Cipreses de Granada, 1921; Flores, decoración Salón de los Espejos, Ayuntamiento, Málaga; Alegoría de la Poesía, Salón de Fiestas, Ayuntamiento, Málaga; Flores, decoración Salón de los Espejos, Antiguo Real Conservatorio María Cristina, Málaga; Magnolias, El Nogal, Camino del Higueral, s. f.
Bibl.: “José Nogales”, en La Esfera, Madrid, 28 abril 1917; B. Peña Hinojosa, José Nogales, catálogo de exposición, Málaga, Caja de Ahorros Provincial, Obra Cultural, 1972; J. M. Morales Folguera, José Nogales Sevilla, Málaga, Caja de Ahorros Provincial, 1975; F. J. Palomo Díaz, Historia social de los pintores del siglo XIX en Málaga, Málaga, 1985, págs. 88 y 272; T. Sauret Guerrero, El siglo XIX en la pintura malagueña, Málaga, Universidad, 1987, págs. 203, 568, 590 y 720-722; A. Canales, Pintura del siglo XIX Colección de Unicaja, catálogo de exposición, Málaga, Obra Social Cultural de Unicaja, 1999, págs. 68-69 y 113; L. Pérez del Campo y M.ª M. González González, “Intervención en el óleo sobre lienzo El milagro de Santa Casilda de José Nogales Sevilla, 1892”, en PH, Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (Sevilla), año 8, n.º 3 (2000), págs. 59-69; R. Camacho, ‘“El Milagro de Santa Casilda’, obra del pintor José Nogales, recuperada para Málaga. Informe a la Academia de Bellas Artes de San Telmo”, en Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo (2001), págs. 8-11; T. Sauret, “El Museo de Bellas Artes. Su historia”, en Tradición e innovación en el Museo de Málaga (1850-1949), catálogo de exposición, Málaga, Junta de Andalucía, Fundación Unicaja, 2004, págs. 22, 26 y 82.
Lourdes Jiménez Fernández
