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Juan Bautista de Belaunzarán y Zumeta

Biografía

Belaunzarán y Zumeta, Juan Bautista de. Andoáin (Guipúzcoa), 1702 – México, 14.VI.1762. Gobernador de Nueva Vizcaya.

Procedente de una familia con fuerte tradición política local, ingresó en el ejército muy joven. Después de una fructífera carrera en la península, pasó a América hacia 1732 para servir en distintos cargos públicos en el virreinato de Nueva España. En 1733, ya como coronel, ocupó el cargo de alcalde ordinario de Veracruz, la ciudad más importante del virreinato tras ciudad de México. Sus influencias y contactos le dieron la posibilidad de acceder al empleo de gobernador de Nueva Vizcaya en noviembre del mismo año, una vez hubo pagado la cantidad de catorce mil pesos. La compra de cargos era habitual, si se tenían los contactos adecuados.

De esta forma, parece que Belaunzarán pudo haber contado con el apoyo del fuerte sector vasco del virreinato para acceder a ese cargo de responsabilidad.

Asumió formalmente el empleo en octubre de 1738, ocupándose de los cargos de gobernador y capitán general.

Su mala salud, sin embargo, le impidió acabar el mandato de cinco años preceptivo en aquella época, aunque lo mantuvo intermitentemente hasta 1742.

Durante este período fue sustituido dos veces de manera interina en el cargo, una por Manuel Uranga a finales de 1738, y otra por Manuel de Leguinazábal en marzo y abril de 1741. Realizó diversas expediciones militares, como la de 1741 a los linderos de las provincias de Sonora y Sinaloa, adonde llevó una compañía de cincuenta hombres al mando de Uranga, el ex gobernador, para acabar con una sublevación de indios yaquis. El informe que recibió de Uranga una vez estuvo pacificada la revuelta señalaba la mala situación militar de aquel territorio, así como la falta de soldados para proteger las misiones.

Durante su gobierno se fundó, en 1742, la primera escuela primaria para niños, en la ciudad de Chihuahua, aunque, debido a los habituales problemas económicos, tuvo que ser cerrada dos años después porque el ayuntamiento no pudo hacerse cargo de su mantenimiento. Se encargó de llevar víveres y bastimentos a los presidios y lugares más alejados de su gobernación, en concreto a los reales de Santa Eulalia y San Felipe, para lo que requirió la ayuda de los hacendados locales. El propio gobernador pagó de su bolsillo la mayor parte de las vituallas, probablemente porque en la zona había una fuerte presencia vasca, constatable desde principios de siglo, lo que debió de llevarle a ayudar a quienes antes le habían ayudado a llegar al poder.

Realizó una buena labor de control sobre la producción minera, aunque se quejó de la falta de mano de obra para el trabajo en las minas. Solicitó también el traslado del presidio de Santa Rosa de Sacramento y la redistribución de sus soldados, algo que finalmente no se produjo. Mostró más interés por el fomento de la economía que por el control de la administración militar. En este sentido, realizó varios informes donde se quejaba del alto precio del azogue, lo que dificultaba la labor minera y disparaba el precio del metal que se extraía. Propuso al virrey Francisco Güemes y Horcasitas el repartimiento de los indios para disminuir el problema que les rodeaba por sus continuos ataques a las zonas más despobladas de la gobernación.

Abandonó el cargo en 1743, aunque no sin antes haber elaborado un informe sobre el estado de los presidios, en el que recomendaba el traslado de alguno de ellos. Al dejar la gobernación, ésta se hallaba prácticamente pacificada.

Aunque ya no ostentaba cargo público en Nueva Vizcaya, entre 1744 y 1750 propuso algunas mejoras para el repartimiento de los indios y denunció, en más de una ocasión, la explotación a la que los jesuitas sometían a parte de la población india. Siguió enviando memoriales al virrey acerca de cómo mejorar las explotaciones mineras. Acabó instalándose en Veracruz, donde consiguió el arrendamiento de alcabalas entre 1752 y, al menos, 1754. Por motivos de salud se trasladó en 1754 a México, donde solicitó el grado de coronel, así como algunas mercedes para sus hijos. Murió en la capital del virreinato el 14 de junio de 1762 y fue sepultado en el convento de Religiosas del Señor San José.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Guadalajara, 186, 301; escribanía, 217a, 96, 394; México, 1216; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes militares, Santiago, exp. 953.

F. Almada, Diccionario de Historia, Geografía y Biografía Chihuahuense, Chihuahua, Talleres Gráficos del Gobierno del estado, 1927; L. Navarro García, Don José de Gálvez y la Comandancia General de las Provincias Internas del Norte de Nueva España, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1964; A. Saravia, Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya, México, Universidad Autónoma, 1979; J. Sanchiz, “Redes vasco-navarras de poder en el México Virreinal la Orden de Santiago”, en Los vascos en las regiones de México, siglos XVI-XX, vol. II, México, UNAM, 1996; M.ª L. Rodríguez Sala, Los gobernadores de la Nueva Vizcaya en el siglo XVIII. Análisis Histórico-Social de las fuentes primarias, 1700-1769, Durango, Gobierno del estado de Durango, 2001.

 

José Manuel Serrano Álvarez

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