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Juan Ruiz Soriano

Biografía

Ruiz Soriano, Juan. Higuera de la Sierra (Huelva), 1690-1693 – Sevilla, 1763. Pintor.

Aunque nació en Higuera de la Sierra, llamada en la época “de Aracena”, se trasladó a Sevilla cuando comenzó su aprendizaje como pintor. Es probable que ingresara en el taller de su primo, el artista murillesco Alonso Miguel de Tovar. En 1714, cuando todavía era oficial pintor, se casó con María Antonia García de las Infantas, hija del batihoja Benito García de Santiago. Acabó su formación poco después, ya que aparece citado como maestro en 1717.

El estilo de su pintura se relaciona con la escuela sevillana que, desde la muerte de Murillo y a lo largo del siglo xviii, mantuvo viva la estética del maestro tan demandada por la clientela. Aunque Ruiz Soriano no alcanzó las cotas de corrección, la expresividad de colorido y la elegancia compositiva en el dibujo, se convirtió en uno de los pintores más industriosos del Barroco sevillano. El volumen de su producción abarcó casi todos los campos de la creación pictórica, lo que fue posible gracias al respaldo de su gran taller y al manejo de un extensísimo repertorio de grabados.

Orientó el trabajo tanto a particulares como a la realización de series para las órdenes religiosas, perfilando algunos de los temas religiosos que empezaban a popularizarse.

Esta versatilidad se manifestó también en la larga serie de murales, que resulta el campo de trabajo más idóneo para demostrar la disciplina del taller y la operatividad del maestro.

Una de las primeras obras fechadas de Ruiz Soriano es la imagen de 1724 de San Millán de la Cogolla, que se halla en un altar junto a la puerta del Perdón de la catedral sevillana. En 1729 firma La Presentación de Jesús en el templo, monumental lienzo que se encuentra en el archivo de la Catedral de Jaén. En 1734, realiza una larga serie para el Convento de San Francisco de Sevilla sobre la vida del Santo, que actualmente pertenece al Museo de Bellas Artes de esta ciudad aunque se encuentra depositada de manera dispersa en edificios diferentes. Para el Convento de San Agustín pintó otra serie similar de diez pinturas con formato de medio punto, que igualmente pasó al Museo tras la “desamortización” aunque, en este caso, se encuentra depositada en la Casa de Ejercicios de San Juan de Aznalfarache.

La realización de esta última serie es más cuidada que la serie de los franciscanos: usó estampas de Schelte Adams Bolswert, procedentes de la vida de San Agustín editada en París en 1624. También procede del Convento de San Agustín una obra de factura más cuidada que decoraba una capilla del claustro llamada “de la Correa”, que actualmente se encuentra depositada por el Museo sevillano en el antiguo Archivo de Protocolos; representa a La Virgen con el Niño, San Agustín, Santa Mónica y San Juan Bautista, es decir, se trata de un lienzo de los protectores de los fieles cristianos a los que tienden la correa simbólica de la Orden.

El último de los repertorios iconográficos que pintó Soriano es el dedicado a los jesuitas de Salamanca, realizado entre 1741 y 1746. Pertenece al Colegio de la Clerecía y probablemente fue encargado por el Padre Diego Tovar, provincial de los Jesuitas salmantinos y quizá pariente del pintor —ya que en su familia consta este apellido—. Las obras representan La quinta sesión del Concilio de Trento y La exaltación de la Compañía de Jesús. En la bóveda de la misma aula general de Teología, aparecen encastrados Doctores jesuitas junto a los Padres de la Iglesia. El Colegio atesora además, procedente de la Real Clerecía de San Marcos, un Retrato de Felipe V, inspirado en los realizados por Jean Ranc.

Entre sus mejores pinturas se encuentra La Coronación de Santa Gertrudis, de una colección particular de Madrid que también contó con La Virgen entregando el Niño a Santa Gertrudis, actualmente en el Museo Marés de Barcelona, ambas firmadas. Cabe destacar por sus consecuencias iconográficas el retrato que pintó de Fray Isidoro de Sevilla, donde presenta al creador de la devoción de la Divina Pastora, conservado por la Hermandad de dicha advocación. El murillismo aparece muy marcado en obras como La Sagrada Familia de la Catedral de Sevilla, hasta el punto de haberse atribuido en un principio a aquel autor.

Las características que destacan en estas obras permiten atribuir a Ruiz Soriano varios lienzos conservados en la parroquia de su pueblo natal, como una Inmaculada de medio cuerpo basada en la de los Venerables de Murillo, a través de la versión del Cleveland Museum o bajo la influencia de su maestro Alonso Miguel de Tovar que también hizo suyo el tipo, y una Trinidad; igualmente, San Isidro labrador y San Felipe Neri de Zufre (Huelva), la Adoración de los ángeles al Niño Jesús del Puerto de Santa María (Cádiz) y los dos episodios de la vida de San Juan Nepomuceno, también basados en estampas, se hallan en una de las capillas de la iglesia parroquial de San Pedro (Sevilla).

En el campo del muralismo cabe resaltar tres conjuntos realizados al temple, de amplio repertorio iconográfico, que coinciden con el estilo de Ruiz Soriano, aunque no se conserven evidencias documentales de su intervención. Hacia los años treinta debió de realizar la decoración del Convento de las mártires Justa y Rufina, o de la Trinidad de Sevilla, actualmente de los Salesianos. Soriano revistió los pilares del crucero, influido por los que habían pintado Lucas Valdés y Clemente de Torres en el Convento de San Pablo, a principios de siglo. En los muros laterales de la cabecera desarrolló diversas escenas de las vidas de San Félix de Valois y San Juan de Mata. En las capillas sacramental y anexa de la iglesia de los Terceros de Sevilla, retrató a diversos personajes que formaron parte de la Orden.

El conjunto mural más rico de cuantos pintó se conserva en la antigua iglesia de los Carmelitas de Utrera (Sevilla), actualmente también Salesianos. Las escenas de la vida de la Virgen y los retratos de miembros de la Orden quedaron enmarcados por roleos con los que se pretendió enfatizar las líneas arquitectónicas.

 

Obras de ~: Serie sobre la vida de San Agustín, s. t. s. XVIII; La Virgen con el Niño, San Agustín, Santa Mónica y San Juan Bautista, s. t. s. XVIII; La Coronación de Santa Gertrudis, s. t. s. XVIII; La Virgen entregando el Niño a Santa Gertrudis, s. t. s. XVIII; Fray Isidoro de Sevilla, s. t. s. XVIII; Sagrada Familia de la catedral de Sevilla, s. t. s. XVIII; Trinidad, s. t. s. XVIII; San Isidro labrador, s. t. s. XVIII; San Felipe Neri, s. t. s. XVIII; Adoración de los ángeles al Niño Jesús, s. t. s. XVIII; Episodios de la vida de San Juan Nepomuceno, s. t. s. XVIII; Decoración del convento de la Trinidad, s. t. s. XVIII; Serie sobre la vida de San Félix de Valois, s. t. s. XVIII; Serie sobre la vida de San Juan de Mata, s. t. s. XVIII; Retratos de miembros de la Orden Tercera de San Francisco, s. t. s. XVIII; Escenas de la vida de la Virgen, s. t. s. XVIII; Retratos de miembros de la Orden carmelita, s. t. s. XVIII; San Millán de la Cogolla, 1724; La presentación de Jesús en el templo, 1729; Decoración del convento de las mártires Justa y Rufina, c. 1730; Serie sobre la vida de San Francisco, 1734; La quinta sesión del Concilio de Trento, 1741-1746; La exaltación de la Compañía de Jesús, 1741-1746; Doctores jesuitas, 1741-1746; Padres de la Iglesia, 1741-1746; Retrato de Felipe V, 1741-1746.

 

Bibl.: A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórica de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, IV, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1800, pág. 287; F. Girón María, “El pintor que retrató a Fray Isidoro de Sevilla”, en Archivo Hispalense (Sevilla) (1945), pág. 117; D. Angulo, Murillo y su escuela, Sevilla, Caja de Ahorros Provincial de San Fernando, 1975, pág. 26; E. Montaner, “La obra de Juan Ruiz Soriano en Salamanca”, en Simposio Murillo y su época (Sevilla), 1982; F. Quiles, Fuentes para la historia del arte andaluz. Noticias de pintura (1700-1720), Sevilla, Guadalquivir, 1990; E. Valdivieso, La pintura en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, Sevilla, Ediciones Galve, 1993, págs. 305-316; A. Aranda Bernal y F. Quiles, “La pintura de Juan Ruiz Soriano en la Sevilla del XVIII”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar (Zaragoza), LXXXVI (2001), págs. 7-15 y 85-104; E. Valdivieso, Pintura barroca sevillana, Sevilla, Guadalquivir, 2003, págs. 516-523.

 

Ana Aranda Bernal