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Francisco Sánchez

Biografía

Sánchez, Francisco. El Escéptico. Tuy (Pontevedra), 1550 – Toulouse (Francia), XI.1623. Médico y filósofo.

El médico y filósofo, matemático y poeta Francisco Sánchez —conocido generalmente como el Escéptico, para evitar la confusión con Francisco Sánchez, el Brocense— nació el año 1550 en Tuy, ciudad gallega que pertenecía entonces a la provincia eclesiástica de Braga (Portugal). Con pocos años de edad, se trasladó a Francia, donde transcurrió casi toda su vida. Residió primero en Burdeos, junto a su padre, Antonio Sánchez, que ejercía allí la profesión de médico. Viajó después a Italia, obteniendo en Roma el doctorado en Filosofía. En 1573, aparece matriculado en la Facultad de Medicina de Montpellier, en la cual consiguió asimismo el grado de doctor. Por último, fijó su residencia en Toulouse, en cuya Universidad enseñó Filosofía durante veinticinco años, y Medicina por espacio de doce. Murió en esta misma ciudad, en noviembre de 1623.

En la sala de actos de la Universidad de Toulouse hay un retrato de Francisco Sánchez, que lleva la siguiente inscripción: “Francisco Sanchez Lusitanus”. Aunque las investigaciones llevadas a cabo por Henry Pierre Cazac a comienzos del siglo xx —presentó, entre otros documentos, un autógrafo de Sánchez que dice así: “Ego, Franciscus Sanctius, Hispanus, natus in civitate Tudensi [...]”— demostraron hasta la saciedad el origen español de Francisco Sánchez, ha existido una larga polémica en torno a su nacionalidad, como se pone de manifiesto en el mismo título de algunas publicaciones que tratan de adscribir el nombre del ilustre médico y filósofo al Renacimiento francés (The Skeptics of the French Renaissance, de John Owen) o portugués (Francisco Sanches e a dúvida metódica na Renascença portuguesa, tesis doctoral de Evaristo de Moraes Filho).

La edición general de sus obras fue llevada a cabo por sus hijos Dionisio y Guillermo Sánchez, quienes las hicieron imprimir en la tipografía de Pedro Bosc, el año 1636, en Toulouse, con un estudio biográfico de Ramón Delassus, y con el siguiente título: Opera medica. His iuncti sunt tractatus quidam philosophici non insubtiles. Los tratados médicos, en número de dieciocho, todos ellos de corta extensión, versan sobre las enfermedades internas, las fiebres, los venenos y diversas medidas terapéuticas, siguiendo con una serie de comentarios a Hipócrates y a Galeno, y terminando con una Summa anatomica elaborada con los estudios de Galeno y de Andrés Vesalio. Los tratados filosóficos son los cuatro siguientes: De longitudine et brevitate vitae, In librum Aristotelis Physiognomicon commentarius, De divinatione per somnium ad Aristotelem y, finalmente, su obra mayor, por la que habría de gozar con toda justicia de universal reconocimiento, el Quod nihil scitur (Que nada se sabe). Además de estos trabajos médicos y filosóficos, elaboró Francisco Sánchez algunos otros, que dan prueba de su preocupación por la ciencia y el pensamiento en general. Muestra de sus conocimientos matemáticos son las Obiectiones et erotemata super geometricas Euclidis demonstrationes ad Cristophorum Clavium.

Compuso un libro en verso latino, Carmen de Cometa, sobre un cometa que apareció en Lyon la noche del 12 de noviembre de 1577. Y, en lengua castellana, redactó, al parecer, el Método universal de las ciencias, del que no se conserva ningún ejemplar, si bien responde a la promesa de un libro en el que se expondría un nuevo método del saber, methodum sciendi, con la cual concluye precisamente el Quod nihil scitur.

Que nada se sabe es, sin duda alguna, la obra más importante de Francisco Sánchez. Se imprimió por vez primera, en vida del autor, en Lyon el año 1581, en los talleres de Antonio Gryphius. La obra, en lengua latina, se volvió a editar en Frankfurt (1618). Ediciones póstumas son las de Rotterdam (1649) y Stettin (1665), además de la ya consignada de Toulouse (1636). De la edición príncipe existen ejemplares en la Biblioteca Nacional de España (R. 30074) y en la Biblioteca Nacional de Francia, donde el texto está disponible en formato electrónico. Se han llevado a cabo ediciones modernas en España, Portugal, Francia e Inglaterra, con traducciones a las respectivas lenguas nacionales. El libro, que va dedicado a Diego de Castro, lleva un prólogo fechado en Toulouse el 1 de enero de 1576, en el que ya aparecen esbozadas las líneas maestras del escepticismo metódico de Francisco Sánchez y se evidencian sus concomitancias con el sistema de ideas de René Descartes. El filósofo tudense confiesa cómo, desde su primera edad, se había esforzado en desentrañar el secreto de la naturaleza, en una incesante búsqueda de la verdad. Pero ni los libros antiguos ni los doctores de su tiempo podían dar cumplida respuesta a sus angustiosas preguntas. Decidió entonces encerrarse dentro de sí mismo y poner en duda todas las cosas, y empezó a examinarlas en sí mismas, que es la única manera de saber algo. “Revolvía los libros de los antiguos, interrogaba a los autores presentes” (“Evolvebam praeteritorum dicta, tentabam praesentium corda”). Palabras muy parecidas habrían de imprimirse años después, en 1637: “Revolvía todos los libros que caían en mis manos” (“Libros [...] quotquot in manus meas inciderant evolverant”). Es ahora René Descartes quien revuelve los libros en busca de la verdad, haciendo de la duda un método de investigación.

En su conjunto, el Quod nihil scitur aparece como una serie de pensamientos y digresiones que se suceden sin concatenación lógica alguna, en un desorden absoluto, en el que no obstante es posible descubrir un hilo conductor: la desesperada búsqueda de la verdad. Lo que pretende Francisco Sánchez es contemplar la realidad en sí misma, conseguir un conocimiento de la naturaleza de las cosas personal y directo, que no venga impuesto por ningún tipo de ajena autoridad o por la pretendida fuerza probatoria de un alambicado y estéril raciocinio. De ahí que desprecie la ciencia silogística al uso, que él compara con un edificio en ruinas, construido sobre arena o algún otro lugar inestable y con frágiles materiales. La verdad —escribe Sánchez— no consiste en repetir lo que otros dicen, sino en describir la realidad tal como ella es. Pero, como no se pueden conocer las cosas tal y como son en sí, hay que limitarse a disminuir un poco nuestra ignorancia mediante la experiencia (experimentum) y la reflexión (iudicium), dos medios subsidiarios que no proporcionan una ciencia perfecta, pero que, al fin y al cabo, permiten percibir y aprender algo.

El recurso a la observación y al experimento, punto de arranque del pensamiento científico moderno, sitúa precisamente a Francisco Sánchez, en grupo con Gómez Pereira y Juan Huarte de San Juan, en esa tríada de médicos filósofos, ilustres representantes del renacimiento científico español, que, con toda justicia, han sido considerados como precursores de Francis Bacon y René Descartes. En última instancia, para Francisco Sánchez, el perfecto conocimiento (perfecta cognitio) de las cosas le está vedado a los seres humanos. La insistente pregunta —Quid?— siempre recibe por respuesta un Quod nihil scitur. Nada se sabe. Sólo un camino permanece abierto: la duda. Y a ella nos invita el filósofo tudense: “Tú, quienquiera que seas, pero de mi misma naturaleza y temperamento; tú, que tantas veces has dudado en lo secreto de tu alma, ven ahora a dudar conmigo” (“Prólogo al lector”, hoja 2: “Tu igitur quisquis es eiusdem mecum conditionis, temperamentique; quique de rerum naturis saepissime tecum dubitasti, dubita modo mecum”).

 

Obras de ~: Quod nihil scitur, Lyon, Ant. Gryphius, 1581 (Frankfurt, 1618; Toulouse, 1636; Rotterdam, 1649; Stettin, 1665; Que nada se sabe (primera traducción en lengua castellana, con un prólogo de Menéndez Pelayo), [Madrid], Renacimiento, s. f. [c. 1920] [col. Gil-Blas]; Que nada se sabe, trad. de C. Mellizo, Madrid, Aguilar, 1977; Quod nihil scitur, ed. y trad. de S. Rabade, J. M. Artola y M. F. Pérez, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1984: Il n’est science de rien, ed. y trad. de A. Comparot, Paris, Klincksieck, 1984; That nothing is known, ed. y trad. de D. F. S. Thomson, Cambridge, Cambridge University Press, 1988; Quod nihil scitur, Biblioteca Nacional de Francia, 1995 [doc. electr. de la ed. príncipe, Lyon, 1581]); Opera medica. His iuncti sunt tractatus quidam philosophici non insubtiles, Toulouse, Pedro Bosc, 1636; O Cometa de 1577, ed. de A. Moreira de Sá, trad. de M. Pinto de Meneses, Lisboa, 1950; Opera philosophica, ed. de J. de Carvalho, Coimbra, Universidade, 1955; Tratados filosóficos, trad. de B. de Vasconcelos, Lisboa, Universidade, 1955.

 

Bibl.: R. Delassus, “Introducción”, en F. Sánchez, Opera medica. His iuncti sunt tractatus quidam philosophici non insubtiles, Toulouse, Pedro Bosc, 1636; J. Owen, The Skeptics of the French Renaissance, New York, Macmillan, 1893; H. P. Cazac, “El lugar de origen y las fechas de nacimiento y de defunción del filósofo Francisco Sánchez”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, t. XI (1904), págs. 1-12 y 159-176; J. Iriarte, “Francisco Sánchez, el autor de Quod nihil scitur, a la luz de muy recientes estudios”, en Razón y Fe, n.os 468 y 469 (1936); J. Iriarte, “Francisco Sánchez el Escéptico disfrazado de Carneades en discusión epistolar con Cristóbal Clavio”, en Gregorianum, XXI (1940), págs. 413-451; VV. AA., “Francisco Sánchez no IV Centenário do seu nascimento”, en Revista Portuguesa de Filosofía, t. VII, n.º 2 (1951); E. de Moraes Filho, Francisco Sanches e a dúvida metódica na Renascença Portuguesa, Rio de Janeiro, Imprenta Nacional, 1953; J. de Carvalho, “Introdução”, en Francisco Sanches. Opera philosophica, Coimbra, Universidade, 1955; A. Moreira de Sa, “Prefácio e notas”, en F. Sanches, Tratados filosóficos, Lisboa, Universidade, 1955; J. Cobos, “Renaissance et/du scepticisme”, en Annales (Université de Toulouse), XV, 8 (1979), págs. 53-73; C. Mellizo, Nueva introducción a Francisco Sánchez ‘El Escéptico’, Zamora, Monte Casino, 1982; E. Torre, Sobre lengua y literatura en el pensamiento científico español de la segunda mitad del siglo xvi. Las aportaciones de G. Pereira, J. Huarte de San Juan y F. Sánchez el Escéptico, Sevilla, Universidad, 1984; E. Torre, “Three Physicians of the Spanish Renaissance on Language”, en Histoire, Epistémologie, Langage (Paris, Presses Universitaires de Vincennes), 9, fasc. II (1987), págs. 61-73; M. González Fernández, “Ciencia y metafísica en la obra de F. Sánchez, el ‘Escéptico’ (1550-1623)”, en Filosofía y ciencia en el renacimiento. Actas del Simposio celebrado en Santiago de Compostela del 31 de octubre al 2 de noviembre de 1985, Santiago de Compostela, Servicio de Publicaciones e Intercambio Científico de la Universidad, 1988, págs. 89-110; L. Craveiro da Silva, Ensaios de filosofia e cultura portuguesa, Braga, Facultade de Filosofia, 1994; R. Ariew, J. Cottingham y T. Sorell (eds.), Descartes’ Meditations: background source materials, Cambridge, University Press, 1998; P. Calafate, “Prefácio”, en Francisco Sanches. Obra filosófica, Lisboa, Imprenta Nacional-Casa da Moeda, 1999; L. Craveiro da Silva, “Francisco Sanches”, en P. Calafate (ed.), História do pensamento filosófico português, vol. II, Lisboa, Caminho, 2001.

 

Esteban Torre Serrano

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