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Nicolás de Vergara

Biografía

Vergara, Nicolás de. El Mozo. Toledo, c. 1542 – Toledo, 11.XII.1606. Arquitecto, escultor y vidriero.

Nicolás de Vergara el Mozo debió nacer en Toledo en torno a 1542. Fue hijo del escultor, vidriero, pintor y diseñador arquitectónico Nicolás de Vergara el Viejo y de su esposa, Catalina de Colonia. Fue un artista muy polifacético, como lo fue su padre, pero a las labores de vidriero que heredaba de sus antepasados, y la de escultor, que tan bien había desempeñado su progenitor, sumó la de arquitecto en el más amplio sentido de la palabra, no sólo de diseñador de estructuras de retablos o de decoraciones, sin contacto con mayores complicaciones, como Vergara el Viejo. Vergara el Mozo fue la figura más importante de la arquitectura toledana del último cuarto del siglo XVI. Se ocupó de las obras más destacadas de la Ciudad Imperial y fue durante veinticinco años arquitecto de la Catedral Primada y de la ciudad. Tan dilatado período hizo que su actividad como arquitecto sea de una magnitud sólo comparable a alguna de las figuras principales del Toledo de la primera mitad del siglo, como Alonso de Covarrubias.

Su trabajo en los ámbitos de la escultura, la rejería, las vidrieras no fue cosa menor, pero sí secundaria comparándola con la magnitud de su faceta constructiva.

Vergara fue un escultor cuyo estilo está aún por definir.

Impregnado por los residuos manieristas que le llegaban a través de su progenitor, llenos de referencias provenientes tanto del gran Miguel Ángel como del castellano Berruguete, hizo un esfuerzo destacado por hacerse con un estilo más clasicista y sosegado, aunque el influjo de El Greco en cierta manera desviara esa línea hacia otra no menos manierista pero de un pelaje bien diferente. De todas formas, dado que su obra escultórica es fundamentalmente de sus primeros años en ejercicio, se debe suponer que el clasicismo que buscó en la arquitectura no tuvo demasiadas oportunidades de trasladarlo a sus quehaceres figurativos.

Nicolás de Vergara el Mozo fue, seguramente, el primogénito de la familia, y su formación debió de tener lugar en el taller del padre junto a su hermano Juan.

Lo mismo se puede decir de sus primeros pasos como artista, que comenzaron de la mano de su progenitor, y tan estrechamente ligado a su obrador, que hasta la muerte de éste en 1574 no es posible diferenciar su intervención en las obras que se hacían allí (y a veces hasta es difícil distinguir a ambos en los documentos, por su homonimia). Se tiene constancia documental clara de la existencia de este artífice desde la época de fallecimiento del padre, especialmente cuando Nicolás el Mozo se ocupaba de los asuntos relacionados con el testamento de su progenitor. De hecho, el mismo día del fallecimiento, Vergara se ocupaba de que se realizase inventario de sus bienes. Había recibido de su padre el encargo de concluir las obras que había dejado sin acabar, y al igual que le sustituía en las obras que tenía encomendadas, hacía lo propio con los cargos de éste al servicio de la Catedral de Toledo: pasaba a ser el maestro de escultura y vidrieras. Con estos cargos, que mantendría a lo largo de toda su trayectoria —salvo cuando los cedió a su hermano Juan— pudo tener la seguridad de su mantenimiento y un sueldo estable.

Una vez establecido como maestro independiente y con oficios catedralicios, la carrera de Vergara el Mozo empezó una fase ascendente. Debió de contraer matrimonio en estos años con su esposa Luisa Mariana, con quien tendría dos hijos, Francisco y Mariana. Su dedicación también a la arquitectura le permitió, a la muerte de Hernán González en 1575, sustituir a éste en el puesto de maestro mayor de obras de la catedral, y en obras de primera fila en la propia Ciudad Imperial, como el Hospital Tavera. El prestigio de copar los puestos artísticos más sobresalientes no sería menos que el beneficio económico de sumar el sueldo de maestro mayor de obras a los que ya tenía. Junto a todo ello, se tienen los primeros encargos importantes encarados por Vergara el Mozo.

Entre 1562 y 1571 había comenzado a ayudar a su padre en los atriles del coro de la catedral, e incluso fue enviado por éste a buscar mármol para la lonja ante la puerta de los Leones a Alicante, Murcia y Cartagena.

Entre 1572 y 1574 se ocupó de hacer, basándose en trazas de Vergara el Viejo, la talla del altar de la capilla de la Descensión de la Primada. En 1573 aparece trasladándose al Escorial para decorar las cantoneras de bronce de los libros del coro del monasterio, obra que al poco tiempo se abandonó. Con el fallecimiento de Vergara el Viejo en 1574, el artista debió hacerse cargo de diversas obras dejadas por el padre, como ya se vio. Se obligó a terminar la reja del sepulcro Cisneros para la Universidad de Alcalá, obra que le motivó muchos problemas, especialmente de tipo económico.

En 1575 empezó la talla de los escudos de las columnas de la puerta de los Leones de la catedral toledana, cobró una Virgen de mármol realizada para la Dehesa de Vergonza y se comprometió a hacer la imagen de San Eugenio para la puerta Nueva de Bisagra. En 1577 Nicolás de Vergara intervino, con Monegro, en la obra del sepulcro catedralicio de Alonso de Rojas, al tiempo que solicitaba un aumento de sueldo como maestro de escultura catedralicio. Poco después se encuentra a Vergara en la tasación del cuadro de El Greco El Expolio, y por entonces fallecía en su casa el famoso pintor Juan Fernández de Navarrete el Mudo. La obra de la reja del sepulcro de Cisneros avanzaba en su ejecución, aunque con algunos retrasos.

En el campo de la arquitectura, su actividad comenzó en 1572, cuando otorgaba condiciones para la obra del cuarto nuevo del refectorio del monasterio de los Mínimos de San Bartolomé de la Vega, obra que no se conserva pero cuyas trazas debieron de ser de Hernán González. Debió de completar su formación arquitectónica (en lo más técnico, no sólo en cuanto a diseño o decoración) en estas fechas, pues en 1575 —como se ha visto—, pasaba a maestro de la Catedral de Toledo y de otras obras. En el mismo año del nombramiento ya intervenía en la segunda construcción más relevante de la ciudad, el Hospital Tavera. También comenzó reformas en el palacio arzobispal. De momento fueron obras de poco calado, y es extraño que no recayera en Vergara el cargo de maestro mayor de la ciudad junto con los citados. La explicación estaría en la pesada sombra de Juan de Herrera, quien se ocuparía de trazar el nuevo ayuntamiento toledano, que construiría, fiel a las trazas, el propio Vergara el Mozo, con el cargo ciudadano ya en su haber (1576).

En 1576, además, se le encargó a Nicolás la realización de las trazas de la iglesia del monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo. Hizo varias, así como distintos pliegos de condiciones para su ejecución. Sea por considerar el cliente que era muy costosa la obra, sea por razones de estilo, lo cierto es que se ordenó a Vergara el Mozo acudir a El Escorial a someter sus diseños a la aprobación del propio Juan de Herrera, quien las modificó por completo. Vergara debió de volver a Toledo para realizar las nuevas trazas, que ejecutó con fidelidad. La cuestión es que la primera arquitectura de Nicolás de Vergara el Mozo se basaba en los diseños tradicionales toledanos, tanto en proporciones como en planimetrías y alzados. En resumen, que empezó siendo un creador tradicional, anclado en modelos anteriores de la Ciudad Imperial. A partir del contacto con Herrera, el cambio de concepción en el arquitecto iba a ser radical. Esto se comprueba ya en su segundo proyecto para el claustro del Monasterio de San Bernardo de Monte Sión, con trazas de 1576 y contrato de 1578, que se inspira en el patio del palacio de El Escorial. Ahora bien, Vergara no se convirtió sin más al clasicismo de Herrera, en un acólito del gran montañés, sino que fue un arquitecto muy personal, un interpretador más que un copista. En adelante, se ocupó de obras en las puertas del Cambrón y nueva de Bisagra, así como del desaparecido patio del Colegio de Santa Catalina. También, para fuera de Toledo, empezó a diseñar otras obras, como las del Monasterio de San José de Malagón. De 1576 deben de ser también los diseños de la puerta delantera de San Lázaro de Toledo y el alzado interior y exterior de la capilla y de la sacristía del Hospital Tavera, una de sus obras más interesantes y monumentales.

En la gran obra del Hospital Tavera dejó, a lo largo de su carrera, una impronta que sólo es comparable a la que le imprimió el mismísimo Alonso de Covarrubias.

Desde luego, la potente presencia de la iglesia del recinto hospitalario es ya todo un sello de su personalidad.

Es una iglesia de una sola nave con crucero corto y cabecera semicircular con bóveda de horno, articulada al exterior como un “tholos” clásico. La nave tiene un poderoso ritmo de pilastras y la bóveda es de cañón con lunetos y vanos termales, derivados de lo escurialense con el siempre personal acento de Vergara, definitivamente cargado de sobriedad y ortodoxia.

En sus primeros tiempos también realizó obras menores en Toledo y en otras partes, y diseños para la catedral. Proyectó la iglesia del Monasterio de San Bartolomé de la Vega de Toledo, sobre todo en organización de alzados y decoraciones, respetando lo ya realizado. Diseñó iglesias parroquiales de diversas poblaciones (San Martín de Pusa, Carmena), con variantes de un tipo de iglesia clasicista. Empezó a utilizar la bóveda baída sustituyendo la cúpula. Trazó también la cabecera de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz de la Puebla de Montalbán, con cuerpo levantado por Hernán González.

Esta línea ascendente se quebró en 1582, cuando Vergara fue despojado del cargo de maestro mayor de obras de la Catedral de Toledo en favor de Diego de Alcántara. Los investigadores han hecho notar que este hecho tuvo que deberse a las intrigas de Juan de Herrera, pues Alcántara pertenecía a su círculo y el cabildo catedralicio se mostró indignado por la sustitución, pidiendo a María de Austria que intercediera por Vergara ante el Rey. Aunque Vergara conservaría sus cargos catedralicios de escultura y vidrieras, el golpe debió ser fuerte tanto en lo económico como en lo profesional. Hubo de encarar préstamos y hacerse cargo de obras menores, así como hacer grandes esfuerzos por mantenerse al frente de otras que le resultaban gravosas. En 1583 contrató, como diseñador y entallador, el retablo de Auñón (Guadalajara) y en adelante se ocupó de otros retablos de iglesias parroquiales, que seguramente eran el mejor medio de ganar dinero por tratarse de las obras más comunes y de mayor calado entre las no puramente arquitectónicas.

Por esta época tenía serios problemas para mantener obras importantes como la reja de Cisneros, pues consta que no cumplía sus compromisos de entrega y que, en un momento dado (en 1583) ofrecía a los universitarios de Alcalá de Henares nuevas trazas en las que se eliminaban partes de lo diseñado por su padre (especialmente figuras de gran tamaño), así como medidas económicas para poder continuar la obra, pues su situación económica era bastante mala.

Desde el punto de vista de su obra arquitectónica, para conseguir más ingresos debió de sumar la faceta de contratista-constructor a la de tracista-diseñador.

Proyectó el nuevo claustro del monasterio de la Sisla y contrató la construcción de una capilla en la iglesia del Convento de Santa Isabel de los Reyes. Pero la faceta de contratista aparejador no debió de satisfacerle, pues la abandonó pronto. Prefirió dedicarse de lleno al Hospital Tavera y a clientes particulares, como Luisa de la Cerda o el conde de Barajas, para el que diseñaría en la villa de su titularidad la iglesia del Monasterio de franciscanos descalzos de Nuestra Señora de la Concepción. Por estos años participaría en la parroquia de Santo Tomé de Toledo y, a pesar de la tasación de El Expolio de 1579, en la que debía favorecer al cliente, Nicolás de Vergara mantuvo muy buenas relaciones con El Greco. Muchas veces Vergara se ocupó del diseño de los retablos y otras piezas en las que intervino el cretense. Otra obra destacada de arquitectura de Nicolás el Mozo en esta fase fue la sacristía del Monasterio de San Pedro Mártir de Toledo.

Hubo de esperar Nicolás de Vergara hasta la muerte de su competidor y capital enemigo para enderezar su carrera profesional. Diego de Alcántara falleció el 11 de abril de 1587, y el 9 de junio Vergara era nombrado de nuevo maestro mayor por el arzobispo de Toledo. Por aquellos tiempos era asesinado su hermano Juan, y Nicolás debía hacerse cargo de su hijo natural. Fue en la década de 1590 cuando Nicolás de Vergara volvió a la senda del éxito, cuando de nuevo disponía de dinero en abundancia, encargaba censos y compraba heredades, inmuebles y viñedos. Desde el momento de su vuelta al cargo de maestro de obras catedralicio, Nicolás dejó de ocuparse progresivamente de obras como retablos de parroquias o piezas escultóricas. En esta época trazó la capilla de Santa Leocadia de la Colegiata de Talavera de la Reina, hizo casas y participó en la redacción de informes sobre urbanismo municipal de la Ciudad Imperial. Más importantes son dos obras de 1588, como la capilla de San José en Toledo y la iglesia del Hospital de la Caridad de Illescas (Toledo), en la que se avanza decisivamente en la definición del camarín. El mismo año participaría en Salamanca, junto con algunos de los arquitectos más importantes, herrerianos de primera fila, en discusiones sobre la obra de la catedral.

En 1590 dio trazas para el arca de las reliquias de Santa Leocadia, y también por entonces debió de preocuparse de la reparación de las vidrieras de la catedral, obra que duraría hasta 1598, aunque es poco probable que participara personalmente en el trabajo.

Gracias a su mejor situación económica, pudo superar los problemas que tenían prácticamente detenida la reja del sepulcro de Cisneros y concluirla y asentarla en 1591, aunque no sin contratiempos. Los Universitarios renunciaron a la obra y se negaron a pagar el precio en que se tasaba, que era muy elevado. El asunto concluyó, tras un pleito, con la tasación que de la obra hizo Pompeo Leoni y con una concordia entre las partes. El resultado fue mucho más sobrio y clasicista no sólo que lo diseñado por Vergara el Viejo, sino incluso que lo que el propio Vergara el Mozo había planteado en 1583.

Después de trazar reparos del claustro de los Naranjos del Monasterio de San Pedro Mártir de Toledo y de acudir a Madrid por asuntos relacionados con la Casa de la Panadería, en el mismo año 1591 trazaría su primer proyecto para su obra más famosa: el Sagrario de la Catedral de Toledo, que le encargó el cardenal Quiroga. Conseguido el visto bueno del Rey, y con un segundo proyecto de 1592, la construcción se dilató hasta 1598. Es una obra compleja perfectamente organizada y de un clasicismo escurialense muy bien concebido. Una hábil sucesión de espacios que se contraen y amplían, con antesagrario, sagrario amplio y rectangular, sotocamarín y ochavo. En 1593 trazaba la plaza mayor y el Hospital de la Misericordia de Talavera de la Reina (Toledo), y la iglesia de Chinchón (Madrid). Dos años después, envió trazas para la obra de la capilla de las reliquias del monasterio de Guadalupe (Cáceres), basado en el ochavo (también relicario) de Toledo. En 1600 se encargó de las obras del altar mayor, puertas y ventanas de la iglesia del Hospital de la Caridad de Illescas (Toledo), y en 1603 trazaba junto con Monegro el retablo mayor de la parroquia de Santa María de Ocaña (Toledo). Otras trazas que se le atribuyen son las de los monasterios de la Asunción y la Madre de Dios de Illescas, la capilla de Santa Catalina de San Bartolomé de Sansoles (Toledo) y el cuerpo de la iglesia de los jerónimos de Talavera de la Reina. De 1597 data la iglesia y convento de la Inmaculada Concepción de Chinchón, y de 1598 su traza para el monumento funerario por Felipe II de la Catedral Primada, el claustro nuevo de San Clemente el Real de Toledo y la cabecera de la iglesia de Noblejas. En años sucesivos proyectaría la iglesia del monasterio de Jesús y María, la torre y pórtico de la parroquia de San Vicente Mártir, ambas de la Ciudad Imperial, y haría la villa o cigarral del cardenal Quiroga, así como el proyecto para la iglesia del Convento de San Agustín, el de la iglesia de San Pedro Mártir de Toledo, e iglesias parroquiales.

Nicolás de Vergara el Mozo falleció en Toledo el 11 de diciembre de 1606. Se desconoce el contenido de su testamento y últimas voluntades, que aún no se han localizado. Serían de gran ayuda documentos como el inventario de bienes, para conocer su personalidad y preferencias, al permitirnos analizar, por ejemplo los libros que poseía, con las fuentes teóricas y literarias que movieron su actividad creadora.

Se debe suponer que murió teniendo una posición económica desahogada y siendo un hombre de gran cultura, pues así lo indican informes y escritos de sus últimos años: sus comentarios teóricos y técnicos nos lo sitúan como un profundo conocedor de Vitruvio y de la cultura de la Antigüedad.

 

Obras de ~: Escultura, retablos, vidrieras: con N. de Vergara el Viejo, atriles del coro, catedral, Toledo, 1562-1571; escultura de la capilla de la Descensión, catedral, Toledo, c. 1572; Retablo de la capilla de San Gil, catedral, Toledo, 1573; Reja del sepulcro de Cisneros, 1574-1591; Virgen para la Dehesa de Vergonza, c. 1575; Escudos de las columnas, puerta de los Leones, catedral, Toledo, c. 1575; San Eugenio, Puerta de Bisagra, Toledo, c. 1575; con J. B. Monegro, Sepulcro de Alonso de Rojas, catedral, Toledo, c. 1577; proyecto del retablo, Auñón (Guadalajara), c. 1583; retablo, Malagón (Ciudad Real), c. 1585; trazas del arca de Santa Leocadia, 1590; altar mayor de la iglesia del Hospital de la Caridad, Illescas (Toledo), c. 1600; con J. B. Monegro, trazas del retablo mayor de Santa María, Ocaña (Toledo), 1603; vidrieras de la catedral; con N. de Vergara el Viejo, trascoro, catedral, Toledo.

Arquitectura: obras e iglesia del Hospital Tavera,Toledo, 1575-1606; iglesia de Santo Domingo el Antiguo, Toledo, 1576 y ss; claustro del monasterio de San Bernardo de Monte Sión, Toledo, 1576-1583; obras en la puerta del Cambrón, Toledo, c. 1576; obras en la puerta de Bisagra, Toledo, 1576; patio del Colegio de Santa Catalina, Toledo, 1576; monasterio de San José, Malagón (Ciudad Real), 1576; puerta delantera de San Lázaro, Toledo, 1576; Obras en el palacio arzobispal, Toledo, 1577-1603; capilla del Espíritu Santo de San Vicente Mártir, Toledo, 1577; iglesia, Fuentelahiguera (Cuenca), 1577; Proyecto de la capilla de la Descensión, catedral, Toledo, 1578; capilla Ayala, iglesia de Borox (Toledo), c. 1579; capilla Rincón, iglesia de Borox (Toledo), c. 1579; capillas laterales, iglesia de Ciruelos (Toledo), 1579; proyecto de la iglesia del monasterio de San Bartolomé de la Vega, Toledo, 1581; iglesia, San Martín de Pusa (Toledo), 1581; iglesia, Carmena (Toledo), 1581; cabecera de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, La Puebla de Montalbán (Toledo), 1581; claustro del monasterio de la Sisla, 1582; capilla Meneses de la iglesia del convento de Santa Isabel de los Reyes, Toledo, 1582; Monasterio de Nuestra Señora de la Concepción, Barajas (Madrid), 1582; intervención en la iglesia de Santo Tomé, Toledo, 1584; sacristía del monasterio de San Pedro Mártir, Toledo, 1587; capilla de santa Leocadia, Colegiata de Talavera de la Reina (Toledo), 1587; capilla de San José, 1588; iglesia del Hospital de la Caridad, Illescas (Toledo), 1588-1602; reforma de la plaza de Zocodover (trazas de J. de Herrera), Toledo, 1588; traza de la reparación del claustro de los Naranjos, monasterio de San Pedro Mártir, Toledo, 1591; Sagrario y ochavo, catedral, Toledo, 1591-1598; traza del relicario del monasterio, Guadalupe (Cáceres), 1595; traza del Hospital de la Misericordia, Talavera de la Reina (Toledo), 1593; traza de la plaza mayor, Talavera de la Reina (Toledo), 1593; traza de la iglesia, Chinchón (Madrid), 1593; trazas del monasterio de la Asunción, Illescas (Toledo), 1595; trazas del monasterio de la Madre de Dios, Illescas (Toledo), 1595; trazas de la capilla de Santa Catalina de San Bartolomé de Sansoles, Toledo, 1595; cuerpo de la iglesia de San Jerónimo, Talavera de la Reina (Toledo), 1595; traza de la iglesia y convento de la Inmaculada Concepción, Chinchón (Madrid), 1597; túmulo funerario por Felipe II en la catedral de Toledo, 1598; reforma de la Casa de la Inquisición, Toledo, 1598; proyecto del claustro nuevo del monasterio de San Clemente el Real, Toledo, 1598; cabecera de la iglesia de Noblejas (Toledo), 1598; proyecto de la iglesia del monasterio de Jesús y María, Toledo, 1599; villa del Cardenal Quiroga, Toledo, c. 1600; traza de la iglesia, Mascaraque (Toledo), 1605; traza de la iglesia de San Pedro Mártir, Toledo, 1605.

 

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Roberto González Ramos