Hijo de una familia de editores cuya importancia creció paralela a la vida del pintor, su formación fue muy dispersa: a los catorce años estudiaba con José Salís en Irún, a los quince en la escuela oficial de la Llotja de Barcelona, y a los diecisiete en la de San Fernando de Madrid. Cultivó la ilustración mundana y humorística en varias revistas y también en obras literarias —a veces con el seudónimo Alegret—, aunque ésta fue siempre en él una actividad secundaria tras la pintura. Estuvo también en Múnich, alumno de un hoy poco conocido Paul Hoecker, antes de realizar, en 1899, sus primeras exposiciones, en la Sala Parés de Barcelona y en la Casa López de Lérida. Después completó su formación en Frascatti y Roma (1900), pensionado por la Diputación de Lérida, tras pasar unos días en París. Los frutos de su estancia en Italia los expuso, de nuevo en la Sala Parés de Barcelona, en 1902, pero la exposición pasó bastante inadvertida ya que compartía sala con la primera gran serie de óleos de gitana de Isidre Nonell, que causaron un enorme impacto. En aquella ocasión, aparte de diversos paisajes, expuso un óleo naturalista de grandes dimensiones, Sol d’hivern (Lérida, Museo Morera). Hizo, mientras tanto, un viaje por Francia, donde volvió a París, la capital que atraía a la mayoría de artistas inquietos de su generación, y por la que, en cambio, sólo pasó fugazmente. Allí expuso Nature, de influencias simbolistas, en el Salon Nationale de 1903. Expuso también en la Nacional de Madrid (1901) y en la Internacional de Atenas, entre otras colectivas internacionales a las que concurriría. [...]